Estados Unidos convirtió el estado de Arizona en "un laboratorio desde el que exportar medidas antiinmigrantes al resto del país", afirmó este viernes en Madrid la activista y abogada estadounidense de origen mexicano Isabel García.

Con la entrada en vigor, en julio de 2010, de la conocida como "Ley Arizona", "la situación en la frontera no ha cambiado, sino que está en pleno apogeo y va a más", aseguró García en una entrevista con Efe en la Casa de América de la capital española.

Destacada defensora de los derechos de los inmigrantes en EEUU, en especial de los mexicanos, la activista explicó que cada año aumenta el número de muertes en la frontera de Arizona y Sonora, y cada vez son más los desaparecidos y reclamados por sus familias.

"Anualmente contabilizamos más de 250 muertes y sólo desde el pasado mes de octubre llevamos ya más de 169, sin contar las de agosto y septiembre", destacó.

García señaló que solamente en la frontera de Arizona y Sonora hay ahora mismo 600 cuerpos a la espera de ser identificados mediante las pruebas de ADN.

"Las muertes se tratan de ocultar y por eso hemos establecido un protocolo de trabajo con los médicos forenses que queremos extender por el resto de fronteras", añadió.

Pero lo que está pasando, aseguró, no es algo que haya aparecido de un día para otro, "sino que los 12 millones de indocumentados que viven actualmente en EEUU, más de la mitad mexicanos, son consecuencia de más de cien años animándolos a emigrar de forma irregular.

"Esto lo ignora el público norteamericano, que son los que ahora apoyan la aprobación de políticas antiinmigrantes, que acusan a la persona que es traficada de traficante o de conspiradores de su propio tráfico", dijo.

García denunció que en EEUU existe un clima tóxico en contra del inmigrante, principalmente del mexicano, que se ha ido incrementando desde los años 90, y que en la actualidad "es muy parecido al apartheid".

Destacó, además, la aparición de candidatos "que se eligen ya con ese perfil, y que se postulan con programas electorales que incluyen cada vez más medidas en contra de la inmigración".

En ese sentido, se mostró pesimista respecto a las próximas elecciones presidenciales de 2012, para las que "ya se están haciendo campañas claramente antiinmigrantes".

"Obama dice ahora que nada más se va a deportar a los criminales, pero lo dice solamente por su propio interés, porque sin el voto latino no puede ganar", concluyó.