Ocho militares peruanos continúan hoy bajo interrogatorio en Perú por sospecha de tráfico de material bélico, mientras sigue buscando respuestas la insólita proliferación de granadas en manos de delincuentes.

El ministro de Defensa Jakke Valakivi confirmó que un oficial y dos suboficiales están detenidos y acusados de adulterar sistemáticamente documentos de entrega de material a unidades militares que nunca lo recibieron.

Otros cinco son interrogados dentro de la misma investigación sobre la existencia de redes de tráfico de armamento, pues "no podemos permitir que haya malos elementos en las fuerzas armadas".

El tráfico fue descubierto en un inventario de material bélico ordenado ante una serie de atentados y colocación de granadas en diversos puntos de Lima, para el cual las fuerzas armadas fueron acuarteladas, lo que dio pie a rumores sobre supuestos aprestos golpistas desmentidos y condenados por el gobierno.

Entretanto, el jefe de la Unidad de Desactivación de Explosivos (Udex) Mario Machado dijo que es presumible que haya más granadas en manos de delincuentes, especialmente bandas de extorsionadores.

En días pasados, el ministro del Interior José Luis Pérez dijo que en lo que va del año la policía decomisó cerca de un centenar de granadas y hoy mismo un asaltante fue capturado llevando dos de esos explosivos militares.

En ese contexto, la parlamentaria de izquierda Rosa Mavila dijo que la frecuente aparición de granadas colocadas en diversos barrios, en su mayoría sin llegar a estallar, o en manos de criminales, debe ser seriamente investigada.

Planteó la posibilidad que se trate de una operación del partido Fuerza Popular, de Keiko, hija del expresidente Alberto Fujimori, para infundir miedo y favorecerse con el hecho que el exgobernante (preso por diversos crímenes) derrotó al terrorismo e impuso el orden durante su régimen (1990-2000). (I)