En un crematorio abandonado en la periferia de Acapulco, estado mexicano de Guerrero, fueron hallados 61 cadáveres cubiertos con cal en avanzado estado de descomposición, confirmó el procurador de Justicia de Guerrero, Miguel Ángel Godínez.  

Según fuentes de la policía ministerial, los cuerpos fueron sacados envueltos en sábanas blancas. La mayoría tenía varios meses sin vida, otros entre 2 y 3 meses, se concluye por el grado de descomposición de los cadáveres, publicó el diario La Jornada.

Las camillas con cadáveres también estaban cubiertas con cal, que  estaba esparcida por el piso en medio de recipientes, aparentemente de químicos, y otros utensilios.

Se desconoce si se trata de cuerpos que debían ser cremados y no lo fueron, o si había entre los muertos víctimas de violencia.

El negocio llamado Cremaciones del Pacífico S.A. de C.V. se encuentra en la colonia Navidad de Llano Largo, sobre la carretera Cayaco-Puerto Marqués, y de acuerdo a los vecinos estuvo un año cerrado.

Una llamada ciudadana al número 066 alertó a la Policía Federal, por lo que elementos de la Gendarmería se trasladaron al inmueble en el que funcionaba un crematorio privado. Inicialmente se localizaron los restos de 4 personas, y posteriormente intervino la Procuraduría de Justicia de Guerrero que contabilizó un total de 61 cadáveres.

De acuerdo con vecinos, el propietario del crematorio, Guillermo Stuar, abandonó el lugar tras una clausura y multas impuestas por denuncias ante las autoridades de salud y judiciales por los olores fétidos. Permaneció cerrado por cerca de un año.

“Hablamos de una clara violación a las leyes de sanidad en el estado de Guerrero”, indicó a Reuters el procurador Miguel Ángel Godínez. En entrevistas de radio y televisión, señaló que tratan de identificar cuántas mujeres y niños hay entre los cuerpos.

Godínez declinó comentar si hay ya dos detenidos, como ha trascendido, e indicó que posteriormente la Procuraduría de Justicia de Guerrero lo comunicaría oficialmente.

La noche del pasado jueves, los vecinos, entre ellos el propietario del terreno (donde está el negocio crematorio), pidieron apoyo a la Gendarmería y a las policías ministeriales para que sacaran las cosas del crematorio y, según los vecinos, se levantara un acta y se limpiara el inmueble.

Los trabajos comenzaron después de las 21:00 del jueves y terminaron en los primeros minutos de ayer.  

Funcionarios federales señalaron que hasta el momento las investigaciones se encuentran en manos de las autoridades locales y no descartan que se trate de una pugna entre las distintas organizaciones criminales que hace meses se disputan el control de las colonias periféricas al puerto de Acapulco.

El lugar fue resguardado por elementos de la Gendarmería Federal, el Ejército mexicano y la Secretaría de Marina.

En Acapulco, una de las ciudades más peligrosas del país y un importante centro de consumo de droga, el crimen organizado ejerce una fuerte violencia contra la población local que vive de los barrios aledaños a la zona turística a base de secuestros, extorsión y asesinatos.

En este municipio se detectó la presencia de organizaciones que se escindieron del cartel de los hermanos Beltrán Leyva, entre ellos, Los Rojos, así como de los carteles del Golfo y Sinaloa.

Este centro turístico está ubicado en el convulso estado de Guerrero (sur), donde el pasado septiembre ocurrió la desaparición y la presumible masacre de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa a manos de policías de la ciudad de Iguala coludidos con narcotraficantes, un crimen que estremeció a la comunidad nacional e internacional.

Más de 20.000 personas desaparecieron en México desde el inicio de la cruenta ofensiva militar contra los carteles de la droga en el año 2006.

DATOS

Según medios locales, en la administración de Enrique Peña Nieto se han descubierto más de 125 fosas clandestinas y más de 560  víctimas. La última fosa clandestina fue encontrada los primeros días de enero de este año, en el estado de Guerrero.

En enero de 2014 se exhumaron 76 cuerpos hallados en las márgenes del río Lerma, en Jalisco. En febrero siguiente fueron al menos 20 cadáveres en tumbas anónimas de Tingüindín, en Michoacán, 32 personas exhumadas de fosas de Guerrero y otras 19, nuevamente en Jalisco, en el municipio de Tlajomulco.

Antes de la agresión de la policía municipal de Iguala y posterior desaparición de los estudiantes los días 26 y 27 de septiembre de 2014, en el estado de Guerrero ya se registraban misteriosas desapariciones de personas.