El plan habitacional ‘Mi casa, Mi vida’ ha aportado a mejorar el estilo de vida
40 millones de brasileños salen de la pobreza (Galería)
Bajo el sol ardiente y un calor de 40ºC, un grupo de niños juega levantando polvaredas de tierra roja en este enorme barrio de casitas de colores idénticas, aún en obras, construido por el Gobierno de Brasil en las afueras de la capital del estado amazónico de Acre.
Un total de 826 familias pobres ya se han instalado en las prolijas casas de ladrillo y tejas del barrio Ciudad del Pueblo de la periferia de Rio Branco (Acre, en el norte). Forman parte de ‘Mi casa, Mi vida’, uno de los grandes programas sociales del gobierno de la candidata a la reelección Dilma Rousseff.
“Cuando llegué aquí, no paraba de llorar. Y mi hijo me preguntaba por qué. Yo le decía: ‘Gabriel, tú no sabes lo que esto significa. Porque muchas veces fuimos expulsados, porque no teníamos con qué pagar el alquiler’”, se emociona una de las beneficiarias del programa, Luziele da Silva Barros, de 25 años, madre de dos pequeños.
El barrio tiene previsto acoger en total más de 10.000 familias de aquí a un par de años.
Como la mayoría de los beneficiarios de los programas sociales del gobierno federal, Barros, que recibe también un pago mensual de $ 80 en el marco del programa ‘Bolsa Familia’, votará por Rousseff en el balotaje del domingo contra el socialdemócrata Aécio Neves. Ambos están en empate técnico, según los sondeos.
La joven, nacida en una comunidad de recolectores de caucho, solo debe pagar la electricidad y el agua, pero no puede revender la casa. Muestra orgullosa sus relucientes electrodomésticos blancos y sus muebles que ha comprado con un préstamo de $ 2.000 del gobierno, y que debe reembolsar en seis meses.
Más de 50 millones de brasileños se benefician de los programas sociales del gobierno, un cuarto de la población del país. Estos son la gran bandera del Partido de los Trabajadores (izquierda), que llegó al poder hace 12 años y ha sacado a más de 40 millones de personas de la pobreza.
Neves, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), insiste en que si llega al poder continuará estos programas, e intenta disputar al PT la paternidad de los mismos, ya que un tímido comienzo de estas ayudas empezaron bajo el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, del PSDB (1995-2002).
Pero el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (PT, 2003-2010) las unificó, amplió y mejoró, y su trabajo fue continuado por su heredera Rousseff.
“Lula era pobre. Es por eso que ellos luchan por nosotros. El PT es el único que se preocupa por nosotros. Y apoyaré al PT hasta mi muerte porque hacen algo por nosotros”, asegura a la AFP Rosivaldo da Silva França, de 39 años, que vive en una barraca de tablones de madera y techo de lata en la favela Cidade Nova de Rio Branco con su mujer y cinco hijos -uno de ellos tiene su piel afectada por las condiciones insalubres-. Actualmente, esta familia aguarda el traslado al barrio donde mejorarán su estilo de vida.
‘Mi casa, Mi vida’...
“Mi casa, Mi vida” ha beneficiado ya a 1,7 millones de familias en el país, según el gobierno.
Pero muchos temen que si la oposición llega al poder ponga fin a estos programas, tal como ha advertido la propaganda electoral del PT, que asegura que los socialdemócratas “nunca se han preocupado por los pobres”.
“Ninguno de los partidos pondrá fin a los programas sociales por una razón muy simple: no cuestan caro. Representan el 1,5% del presupuesto y es un tema muy rentable políticamente. No pueden tocarlo”, estima el economista Antonio Carlos Porto, de la Fundación Getulio Vargas en Río de Janeiro.