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La megacausa castigó crímenes cometidos en la dictadura militar (1976-1983)

3.000 víctimas del terrorismo de Estado pasaron por La Perla

Familiares de las víctimas y activistas de derechos humanos se manifiestan afuera de los tribunales federales de Córdoba, en Argentina.
Familiares de las víctimas y activistas de derechos humanos se manifiestan afuera de los tribunales federales de Córdoba, en Argentina.
Foto: AFP
27 de agosto de 2016 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

En coincidencia con una nueva Marcha de la Resistencia de las Madres de Plaza de Mayo que concluirá hoy, la justicia argentina condenó a 28 represores a prisión perpetua en la mega-causa conocida como La Perla, el centro de detención y exterminio más grande del interior del país durante la dictadura militar (1976-1983).

Pero esas no fueron las únicas condenas: otros 10 represores fueron sentenciados a penas que van de 21 años a 2 años y seis meses de cárcel. Solo 5 imputados quedaron absueltos por el Tribunal Oral Federal número 1 de Córdoba, en el centro del país, a cargo del magistrado Jaime Díaz Gavier.

El rostro más visible de los genocidas condenados en la causa conocida como La Perla, un antiguo campo de concentración levantado en ese distrito, es el de Luciano Benjamín Menéndez, un exgeneral  de 89 años que se desempeñó como comandante del III Cuerpo del Ejército durante el régimen militar y que fue dueño de la vida y la muerte en 10 provincias argentinas

Su figura “trasciende a Córdoba y se instala como uno de los referentes, sin dudas, del mal absoluto que encarna la represión de Estado”, dijo el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj. Pero no fue su primera condena, sino la número 14. ‘La Hiena’, como se lo conocía entre sus camaradas, pasará el resto de su vida en una celda. Entre los numerosos delitos que se le imputaron figura la desaparición del nieto de Sonia Torres, titular de las Madres de Plaza de Mayo filial Córdoba.  El pequeño, primogénito de una hija desaparecida de Torres, Silvina Parodi de Orozco, nació en cautiverio en La Perla

“Por fin reconocieron que mi nieto está desaparecido. Han tardado 40 años, pero hoy pasó. Hija (le hablaba a su hija desaparecida, ndr) hice la mitad de la tarea. Ahora tengo que encontrarlo o que él me encuentre a mí”, dijo Torres.

Menéndez no fue el único militar condenado en esta causa por robo de bebés. También recibieron cadena perpetua otros dos jerarcas, Ernesto Barreiro y Héctor Vergez.

Avruj precisó que “cuando se buscan los nombres de quienes fueron personeros de ese mal” Menéndez “aparece junto a los de (exdictador Jorge) Videla, (excomisario bonaerense Ramón) Camps, (exjefe de la Marina Emilio Eduardo) Massera y (excomisario Miguel) Etchecolatz”.

De estos 4 genocidas solo permanece con vida Etchecolatz, condenado a prisión perpetua y al que la justicia le permitió purgar este año la pena en su domicilio ante un supuesto deterioro de su salud, lo que generó un fuerte rechazo de distintos organismos de derechos humanos. A Etchecolatz se lo acusa de ser el responsable directo de la desaparición del testigo Julio López en 2006 poco antes de declarar en el juicio en su contra. Él es hoy el único desaparecido de la joven democracia argentina.  

La Perla es la imagen misma de la barbarie que abrazó el país en la década del 70. El centro de detención, torturas, desaparición y exterminio funcionó entre 1976 y 1978. No fue el más grande del país, un triste privilegio reservado al ‘Campo de Mayo’, en la periferia oeste de Buenos Aires,  pero sí del interior bajo jurisdicción del Ejército. Se calcula que por La Perla pasaron entre 2.500 y 3.000 víctimas del terrorismo de Estado.

El juicio duró 3 años y 9 meses, con 350 audiencias que llevaron más de 1.000 horas de duración. Un total de 600 testigos pasó por la sala. Sin embargo, esta megacausa solo juzgó 700 casos, de los cuales 311 víctimas continúan desaparecidas.

El fallo además condenó a cadena perpetua a una mujer. Se trata de la represora Mirta Graciela ‘La Cuca’ Antón, una de las más temibles torturadoras del centro de detención. Está detenida desde 2010 cuando fue condenada en otra causa a 7 años de prisión.

Las Madres de Plaza de Mayo estaban exultantes con el fallo. “Es un día de victoria, de alegría. Hemos peleado tanto por justicia. No por venganza. No queremos que nos digan heroínas, nada de eso. Solo peleadoras. Eso soy, eso somos”, dijo Emi Villares de D’Ambra.

EEl histórico fallo puso fin a una espera de 40 años, aunque la lucha todavía continúa.

Ayer las Madres realizaron una nueva Marcha de la Resistencia, una protesta iniciada en 1980 en plena dictadura y desactivada hace 10 años tras la asunción del presidente Néstor Kirchner (2003-2007) cuando  reactivó los juicios a represores. (I)

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