Los campesinos pierden $ 140 diarios por esta situación
218.000 hectáreas generan pérdidas de $ 123 millones
Apenas las lluvias iniciaron, el pasado febrero, los campesinos de Chimbote, una población costera ubicada cuatro horas al norte de Lima, tomaron las previsiones que, con los años, se han vuelto necesarias para cuidar la inversión hecha en sus cultivos. “Siempre cuidamos que los canales de riego estén limpios pues, si existen lluvias fuertes y obstáculos, el agua empieza a escasear en los terrenos”, menciona Julio Apaza, agricultor de la zona.
Este año, sin embargo, esa previsión no alcanzó para frenar los efectos del desborde de los ríos que inundaron, solo en esta zona, 218.000 hectáreas de cultivo, generando una pérdida de al menos $ 123 millones.
Apaza y centenares de campesinos de su sector se tomaron, a finales de la semana pasada, las calles de Chimbote para exigir a las autoridades nacionales la activación de trabajos urgentes para limpiar los canales de riego, ahora llenos de piedras, lodo, cuerpos de animales arrastrados por la corriente, pedazos de autos y casas, pues es la única vía para evitar que sus inversiones se pierdan por completo.
“Diariamente, calculamos, se pierden $ 140 si tomamos en cuenta materiales, mano de obra, maquinaria, una cifra que, de no cambiar esta situación, nos va a dejar a todos en la ruina”, menciona el agricultor.
Al igual que en Chimbote, las pérdidas económicas dejadas por el temporal que azota a Perú crecen todos los días. En las regiones de Tumbes y Piura, por ejemplo, los cultivos de mayor prioridad en la inversión, el arroz y el banano orgánico, han visto mermada de forma radical su posibilidad de salir al mercado.
Solo en Tumbes se calcula una pérdida de al menos 1.800 hectáreas de arroz y unas 1.400 hectáreas de banano orgánico. Si tomamos en cuenta que el precio oscila entre los $ 2.300 por hectárea de arroz y otros $ 3.000 por la de banano orgánico, las pérdidas se calculan hasta en $ 9 millones, solo en esta región del país.
Ya en 2016, con el fenómeno El Niño de por medio se registraron $ 30 millones en pérdidas en los cultivos concernientes a los productos de la costa peruana. Además de unas 40.000 hectáreas de terreno sin cultivar con respecto a 2015.
Pero este año, con temperaturas que han alcanzado los 35°C, representando un nivel de sobrecalentamiento de las aguas y, por ende, una excesiva precipitación, los efectos han sido desastrosos.
De acuerdo a José Manuel Hernández, ministro de Agricultura del régimen, el cálculo de los daños finales deberá esperar al cambio definitivo del clima.
El Senamhi, institución dedicada a la vigilancia climática, ha previsto que las lluvias se extenderán hasta finales de este mes en la zona norte del país. Sin embargo, el titular de la cartera del agro ha detallado los esfuerzos que el Ejecutivo despliega para combatir, en la medida de lo posible, los efectos de las lluvias.
La entrega de un bono de emergencia de $ 350 por hectárea de terreno es el paso inicial con el que se busca activar a los agricultores. Una renegociación de deudas con el Banco del Agro y la extensión de los seguros agrarios catastróficos, hasta ahora con validez solo en la sierra, son parte complementaria de estas acciones.
El efecto colateral de esta situación se ha sentido en las plazas y mercados de todo el país. Se calcula que en alimentos como el arroz, el trigo, la cebada, el limón, entre otros, se experimenta un incremento de hasta el 5% del precio normal.
Una situación que, de a poco, muestra la realidad que deberá enfrentar el proceso de reconstrucción, una vez que se ponga en marcha. (I)
DATOS
El Niño Costero, que afecta a Perú ha provocado 113 muertes, cinco de ellas este fin de semana, según el último informe oficial.
El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) difundió que los damnificados -que lo han perdido todo- ascienden a 178.701 personas y los afectados -con daños parciales o menores a sus propiedades- llegan a 1’049.083 ciudadanos. Además, se contabilizan 237.906 viviendas dañadas.
El Gobierno intensifica el plan de emergencia para combatir la presencia de enfermedades como dengue, zika, chikungunya, leptospirosis y cólera, fumigando las zonas del norte afectadas por inundaciones y distribuye pozos sépticos ante el colapso de los servicios higiénicos.
La economía peruana se expandió 0,74% en febrero, significativamente menos que en enero (4,81%), afectada por el fenómeno climático. (I)