El 58% de los ciudadanos desaprueba la gestión del presidente Enrique Peña Nieto
2015, año de zozobra económica y problemas irresueltos para México
Lejos de cosechar resultados por sus reformas estructurales, el 2015 concluye para México sin grandes cambios positivos, con un crecimiento raquítico y el lastre de problemas locales e internacionales que golpean a imagen y finanzas del país.
“Este es un México que sin duda es mejor que el que tuvimos en el pasado”, sintetizó el presidente Enrique Peña Nieto en un evento del Consejo Coordinador Empresarial. Pese al optimismo en sus palabras, la falta de resultados palpables se ha traducido, entre otras cosas, en la escasa popularidad del mandatario: hacia el final del año, el 58% de los ciudadanos desaprueba su gestión y la mala imagen asciende al 78% en el caso de líderes, según un sondeo del periódico Reforma.
La caída en los precios internacionales del petróleo ha sido uno de los principales factores de zozobra. Golpea doblemente a México, por ser productor de ese combustible y porque en 2015 inició la aplicación de su polémica Reforma Energética, que puso fin a 75 años de propiedad exclusiva de la nación sobre los hidrocarburos para abrir la explotación al capital privado.
Ante el escenario desfavorable, los inversionistas extranjeros actuaron con cautela en las rondas de licitación y a las arcas públicas no ingresaron los caudales de dinero que se esperaban, como tampoco los recursos de explotación suficientes para garantizar el funcionamiento de un estado que depende en un 37% de ingresos petroleros.
Al elaborarse el presupuesto para el 2015 se estimó un precio de 79 dólares por barril, pero lo cierto es que en diciembre la mezcla mexicana ha llegado a su mínimo histórico, de 27 dólares. Aunque el país tiene contratado un seguro para mermar el golpe, ya se han anunciado dos ajustes de presupuesto y se podrían concretar más recortes en los próximos meses, además de mayor carga impositiva para los ciudadanos, estrategia de México para enfrentar la pérdida ingresos petroleros, según el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su evaluación anual.
Las cifras positivas que difunde el gobierno chocan con indicadores como medición de pobreza, que aumentó un 0.5% en lo que va de gestión de Peña Nieto para llegar al 46% de la población total, según datos oficiales; endeudamiento creciente de familias y devaluación de la moneda, que ronda los 18 pesos por dólar. Tampoco son alentadores los datos de crecimiento, ya que antes de llegar al poder, Peña Nieto prometió alcanzar el 5% pero este año la expectativa bajó al 2.8% y para el 2016 el FMI ajustó la previsión en un 2.5%.
En materia política, este año México fue a las urnas en comicios legislativos y regionales signados por la violencia y el abstencionismo. Al menos 20 candidatos y operadores de partidos fueron asesinados durante la campaña y el día de votación se registraron numerosas protestas e incidentes con saldo de un muerto, varios heridos y decenas de detenidos. El gobierno militarizó casillas y así concluyó una jornada en la cual participó solo el 54% del electorado, un 20% menos que tres años antes. El oficialismo y sus aliados –Partido Verde Ecologista y Nueva Alianza- obtuvieron 251 de las 500 curules, con lo cual mantuvieron la mayoría en el Parlamento.
Los protagonistas de las protestas electorales fueron, en general, maestros. Las autoridades cobraron la cuenta algunos meses después, con la realización de evaluaciones a docentes de escuelas públicas, como parte de la Reforma Educativa. Los docentes son examinados en medio de grandes operativos de seguridad y bajo amenaza de cesantía directa a quien se niegue a realizar la prueba.
Expertos del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (Comie) denunciaron que la reforma tiene “carácter punitivo” porque “se limita a regular las condiciones laborales del magisterio a través de procedimientos de evaluación que lejos de contribuir a la mejora docente, conforman un aparato abigarrado de control y vigilancia”.
Enrique Graue Wiechers, rector de la mayor casa de estudios del país, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alertó que la reforma no tiene carácter educativo sino administrativo.
También este 2015, de un penal de máxima seguridad se fugó el narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, ‘El Chapo’, presunto líder del cártel de Sinaloa. El hombre de 60 años, quien había escapado de una cárcel en 2001, volvió a burlar a las autoridades mexicanas, utilizando esta vez un túnel que llegaba a su propia celda dentro del penal El Altiplano.
No han podido recapturarlo las fuerzas mexicanas de seguridad, como tampoco han resuelto el caso Ayotzinapa, secuestro y desaparición forzada de 43 estudiantes normalistas por policías de varias corporaciones, perpetrado el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
Este 2015 ha sido de regaños internacionales para el gobierno mexicano: Naciones Unidas alertó que no se trata de un caso aislado sino que el país vive un contexto de “desapariciones masivas”; la Comisión Interamericana de Derechos Humanos envió una delegación que dictaminó “una grave crisis de derechos humanos”; y la organización Human Rights Watch afirmó que los gobiernos locales “ignoran los derechos humanos”.
Mientras tanto, sigue sin control la violencia que asola al país desde hace más de una década y tres periodistas fueron asesinados, con lo cual suman al menos 88 comunicadores muertos de forma violenta, 17 desaparecidos y cientos de agresiones contra la prensa durante la última década, en recuento de Reporteros Sin Fronteras. (I)