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Los “tarifazos”, el desempleo, los ajustes afectan a la población

2,7 millones de personas sufren hambre en Argentina

En protesta contra el aumento de la pobreza la ciudadanía habilitó el año pasado ollas populares en Argentina.
En protesta contra el aumento de la pobreza la ciudadanía habilitó el año pasado ollas populares en Argentina.
Foto: Infobae
14 de marzo de 2017 - 00:00 - Marcelo Izquierdo, corresponsal en Buenos Aires

“La pobreza aumentó mucho desde el año pasado. Hay más gente en los comedores sociales. Familias enteras que vienen a almorzar y a merendar porque no tienen qué comer. Vemos chicos desnutridos y en malas condiciones”, dice a EL TELÉGRAFO Dina Sánchez, vocera del Frente Popular  Darío Santillán, un movimiento social y político fundado en 2004 en Argentina con bases mayoritarias “piqueteras”.

El panorama, según dice, es cada vez más preocupante. Según el último informe del Observatorio de la Deuda Social elaborado por la Universidad Católica Argentina (UCA), el Gobierno de Mauricio Macri creó en solo un año y tres meses de gestión 1,5 millones de nuevos pobres.

“Nosotros lo notamos todo el tiempo. En nuestro comedor del barrio de Constitución (sur de la ciudad de Buenos Aires) vienen a almorzar y merendar familias de las villas (barrios carenciados) Zavaleta y 21. Y son cada vez más”, afirma Sánchez, de 37 años, cooperativista y madre soltera de dos adolescentes.

Sánchez comenta que estas familias llegan al comedor social del Frente Popular Darío Santillán en Constitución “no solo por un plato de comida, sino que además nos preguntan qué pueden hacer para ganarse unos mangos (pesos)”.

“Nosotros recibimos a más de 150 familias por día, de lunes a viernes. Les damos almuerzo y merienda. En total son 500 personas. Son tantas que tenemos que organizarlas en varias tandas. Y son cada vez más. Hay un montón de personas que antes trabajaban en la construcción y se quedaron sin laburo (trabajo)”, asegura. Todas ellas habitan en la ciudad de Buenos Aires, la más rica del país y la que presenta los menores índices de pobreza a nivel nacional.

Los datos de la UCA fueron un virtual mazazo para el Gobierno de Macri, cuyo lema de campaña fue “Pobreza Cero”. Los informes de esa universidad fueron en el pasado una verdadera lanza del “macrismo” para fustigar al entonces Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2008-2015) que en los últimos años de su gestión dejó de medir la pobreza en el país austral.

La encuesta social pasó a ser un fuerte instrumento de presión política para la entonces oposición. Cuando el “kirchnerismo” asumió el poder en el 2003, la pobreza sobrepasaba el 50% tras el estallido social del 2001. A lo largo de los años se logró bajar ese índice hasta alrededor del 25% a fuerza de crecimiento económico y de políticas sociales, pero en los últimos tiempos la cifra comenzó a aumentar y simplemente se dejó de medir la pobreza, un error político que terminó costando caro.

Incluso, el entonces jefe de gabinete Aníbal Fernández llegó a afirmar que Argentina tenía menos pobres que Alemania y que ese índice llegaba a apenas el 4% de la población, un exabrupto que produjo indignación en la sociedad y terminó perjudicando las chances electorales del “kirchnerismo”.

Según el último informe, la pobreza pasó del 29% a fines del 2015 hasta 32,9% en el tercer trimestre del 2016. En concreto, la gestión de Macri creó 1,5 millones de nuevos pobres a fuerza de inflación, “tarifazos”, desempleo y ajuste. Dentro de ese porcentaje, la indigencia subió 6,9%, o 600.000 personas. Los números son devastadores: en Argentina hay 2,7 millones de personas que sufren hambre y 13 millones de pobres, en total uno de cada tres habitantes de uno de los países más ricos del continente capaz de producir alimentos para 140 millones de personas.

“Las medidas de ajuste económico, el contexto internacional adverso, la política anti-inflacionaria y la rezagada inversión privada y pública habrían agravado el escenario de crisis, más recesivo y adverso en materia de empleo y poder adquisitivo para amplios sectores sociales”, afirma el informe de la UCA.

Y agrega: “Si bien este shock habría sido mucho más fuerte durante el primer semestre del año, la situación no se habría revertido durante la segunda parte. El proceso habría generado un mayor deterioro laboral y en los ingresos de los sectores medios bajos informales, así como una profundización de la indigencia en los sectores más vulnerables.

El estudio agrega que “si bien en el segundo semestre se registró una baja notoria en el ritmo inflacionario y, al final del mismo, habría tenido lugar una efectiva recuperación del empleo, hacia el tercer trimestre del año no se evidenciaban cambios significativos en el nivel de actividad ni en la demanda laboral”.

“Los indicadores laborales muestran la persistencia de la pobreza y desigualdades estructurales. Todavía estamos lejos de garantizar los derechos mínimos de inclusión social para una parte importante de la sociedad”, concluye.

Macri suele repetir que espera ser juzgado en relación a la pobreza. “Espero que nuestro gobierno, mi gobierno, se evalúe por el éxito que tengamos en este objetivo”, dijo al inaugurar el período de sesiones ordinarias del Congreso este año. Un año y tres meses después de su asunción, el 10 de diciembre del 2015, el objetivo fijado está cada vez más lejos. (I)

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