La prensa mexicana sigue en la mira. Pruebas de ello, en la última semana, son el asesinato de un fotógrafo en Veracruz, un ataque cibernético en contra del portal Desinformémonos y el allanamiento de los domicilios de dos reconocidas periodistas, Anabel Hernández y Gloria Muñoz Ramírez.

El pasado viernes, en las afueras de la ciudad de Córdoba, estado de Veracruz, fue hallado el cadáver de Juan Carlos Landa Rodríguez, quien trabajaba como fotógrafo de eventos sociales. Había sido interceptado en la puerta de su vivienda el martes 10 de noviembre y permanecía desaparecido desde entonces.

Aunque su cadáver tenía fracturas en varias costillas y golpes en el  cuerpo y la cabeza, el fiscal local, Ángel Bravo Contreras, descartó que Landa haya sido asesinado por razones vinculadas al ejercicio de su profesión. Los familiares del fotógrafo dijeron que desconocen los motivos del secuestro y homicidio.

De confirmarse el móvil, ascenderá a 16 el saldo de periodistas asesinados en el estado de Veracruz en lo que va del mandato del gobernador Javier Duarte, del oficialista Partido de la Revolución Institucional (PRI), quien asumió el cargo en 2010. Aquel es sin dudas el lugar más peligroso para la prensa en México y uno de los más riesgosos en el mundo, según reportes de diversas organizaciones no gubernamentales.

En la capital arreciaron los actos intimidatorios selectivos. Anabel Hernández, reportera de la revista Proceso y reconocida por sus investigaciones sobre corrupción, narcotráfico y seguridad, sufrió un nuevo allanamiento en su domicilio.

Ocurrió el 4 de noviembre y lo hizo público este sábado, en un relato en el cual detalla que un grupo de cuatro personas -tres hombres y una mujer- ingresó a su hogar a plena luz del día, sin intimidarse por las cámaras de seguridad que hay en el lugar. “Dejaron sus rostros visibles. Aunque permanecieron largo tiempo en mi domicilio, no se robaron ningún objeto de valor material”, afirmó Hernández y aseguró también que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) conoce lo ocurrido, pero no ha detenido a los agresores.

Anabel Hernández considera que la intimidación es respuesta a sus investigaciones sobre la fuga del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y sus reportajes sobre el caso Ayotzinapa “que implican instituciones de seguridad e inteligencia del Gobierno de México en los ataques contra los normalistas, ya sea de manera activa o presencial”.

También sobre el caso Ayotzinapa trabaja la periodista Gloria Muñoz Ramírez. Su hogar también fue allanado y el medio que dirige, el Desinformémonos, ha sufrido ataques cibernéticos.

El pasado viernes, personas desconocidas ingresaron a su domicilio en la colonia Roma de la Ciudad de México. “Dejé bien cerrada la puerta y cuando llegué a las 20:30 horas la encontré abierta, pero no forzada.

La ropa estaba sobre la cama y, aunque hubo robo de varias pertenencias, dejaron objetos de valor que se encontraban a la vista. Sobre el tapete se distinguían pisadas de botas”, narró al periódico La Jornada, en el cual también colabora.

En días previos, Desinformémonos sufrió varios ataques cibernéticos. Fue robada la información del servidor, computadoras y teléfonos celulares intervenidos y bloqueados horas después de que reportaran minuto a minuto la agresión de la Policía Estatal de Guerrero en contra de los normalistas de Ayotzinapa, el pasado 12 de noviembre, en el libramiento Chilpancingo-Tixtla.

No son las primeras agresiones en contra de la revista digital que da cobertura a movimientos sociales. En septiembre pasado fue allanado también el domicilio de una de sus reporteras, Flor Goche. (I)