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El primer ministro plantea prohibir la financiación extranjera de mezquitas

1.200 musulmanes nacidos en Francia se unieron al Estado Islámico

1.200 musulmanes nacidos en Francia se unieron al Estado Islámico
Foto: AFP
30 de julio de 2016 - 00:00 - Agencias y redacción

“Nos topamos con un grupo que nos declaró la guerra. Y ahora tenemos que librar esa guerra contra el Estado Islámico de acuerdo con todas las leyes existentes”. Con estas palabras el presidente francés François Hollande reaccionó a la noticia del degollamiento de un sacerdote católico durante la toma de rehenes de dos yihadistas en una iglesia en Normandía, al norte de Francia.

Desde diciembre de 2014, Francia ha registrado 10 ataques simultáneos atribuidos al Estado Islámico, lo que hace que crezca el temor, pero también el rechazo al yihadismo en el país.

¿Y por qué Francia es blanco de estos ataques? En un análisis publicado en el portal La Tercera, Cristina Cifuentes Bayo explicó que esta nación está más comprometida con el mundo musulmán que cualquier otro país occidental, especialmente desde 1830, cuando conquistó Argelia. Después de la Primera Guerra Mundial (1914- 1918) tomó control de Siria y de Líbano y muchos franceses se establecieron en el norte de África. Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) muchos norafricanos se fueron a trabajar a fábricas y se instalaron en las áreas más pobres de París y Lyon.

Según un estudio del think tank, L’Institute Montaigne, más de un 40% de los jóvenes musulmanes de los suburbios de París está desempleado porque su frustración los lleva a desviarse del camino. La revista Time detalló que si bien Francia dejó Argelia en 1962, nunca abandonó sus excolonias y continuó interviniendo económica y militarmente, para defender sus intereses en África y Medio Oriente.

Edwin Bakker, director del Centro de Terrorismo y Contraterrorismo en la Universidad de Leiden, aseguró que para el Daesh (el acrónimo en árabe de Estado Islámico) Francia, donde viven más de 6 millones de musulmanes, es la antítesis de una “buena sociedad islámica” y la consideran el “centro de la promiscuidad por ser un estado laico”.  

En 2010 el Parlamento francés promulgó una ley que prohibía a las mujeres musulmanas que usaran los tradicionales velos conocidos como burkas o hijabs, que cubren la cara. La medida fue criticada por los musulmanes -incluso los moderados- porque lo consideraron como una violación a su libertad de expresión.

Bakker aseguró que el odio hacia Francia se revela a través de los centenares de jóvenes franceses musulmanes que se unieron al Estado Islámico en los últimos años.

Según un artículo del diario The Telegraph, la cifra superó a 1.200 jóvenes que ahora radican entre Siria e Irak, aunque la cantidad oficial del Gobierno es de 680 franceses.

Para entender el inicio del malestar del Estado Islámico hay que ubicarse en 1916, cuando el representante británico Mark Sykes y el francés François George-Picot ratificaron un acuerdo secreto para repartirse los restos del Imperio Otomano. Ni siquiera acabó la Gran Guerra, pero el Acuerdo de Sykes-Picot decidió la suerte de aquel estratégico y convulso territorio.

Así, Francia se hizo con el control del sureste de Turquía, el norte de Irak, Siria y Líbano. El acuerdo acabó con las promesas de un Estado árabe independiente y redefinió las fronteras a base de los intereses occidentales. De hecho en 2014, el Estado Islámico difundió un video, ‘The End of Sykes-Picot’, donde se especificaba que uno de sus objetivos era revertir los efectos de dicho acuerdo.

La seguridad francesa fracasó

Evan Kohlmann, analista de seguridad nacional de Flashpoint y colaborador de la cadena Russia Today (RT), sostuvo que el uso en conjunto de las palabras ‘estado’ e ‘islámico’ ofrece legitimidad al grupo yihadista.

Según una publicación del diario The Guardian, el Gobierno francés contribuyó con 4.000 tropas en los 13 años de misión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán.

En septiembre de 2014, poco después del comienzo de los ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos -en la que participaba Francia- el portavoz del “Estado Islámico”, Mohammad al Adani, apuntó hacia los franceses entre la lista de sus enemigos en un discurso en el que llamaba a cometer ataques en contra de Occidente. “Aplasta su cabeza con una roca, degüéllalo con un cuchillo, atropéllalo con tu automóvil o empújalo desde un lugar elevado”.

Francia no solo tuvo una participación en Siria, sino que también en Irak envió cazabombarderos a Jordania y Emiratos Árabes y desplegó un millar de militares. Actualmente 17 cazas y una fragata luchan contra el Estado Islámico en Irak.

Tras el degollamiento del cura, el primer ministro francés, Manuel Valls, reconoció ayer un “fracaso” del sistema judicial y anunció que se planteaba prohibir temporalmente la financiación extranjera de mezquitas.

Su declaración contrasta con la reacción que tuvo el gabinete después de la matanza en Niza (sur) el 14 de julio, que dejó 84 muertos. Con el fin de atajar la propagación de ideas yihadistas, las autoridades cerraron en los últimos meses varias mezquitas consideradas salafistas.  

A través de un comunicado la cancillería ecuatoriana condenó “de manera enérgica” el atentado en Normandía y expresó, además, su solidaridad con el pueblo y el Gobierno francés, en particular a la comunidad católica gala. (I)

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El 99% se resigna a su muerte

Los padres denunciaron a hijos yihadistas

Adel Kermiche y Abdel Malik Petitjean, los yihadistas franceses que degollaron al cura en el noroeste de Francia, juraron lealtad al Estado Islámico. Sin embargo, sus padres intentaron de todo para enmendar su conducta. ¿Cómo se vive cuando un hijo se radicaliza?

La madre de Adel conocía desde hace un año las intenciones de su hijo y aunque se dirigió a las autoridades para notificar su desaparición en la época de su primer intento, en marzo de 2015, no pudo detenerlo. En mayo de 2015, su progenitora incluso confió al diario suizo La Tribune de Genève, cómo un “chico feliz” fue “embrujado por una secta”.

Ella explicó que su familia intentó enderezar al joven a cualquier precio, pero todo fue en vano.

Según una publicación de AFP, cada vez hay más familias afectadas por fenómenos de radicalización o por la partida repentina de un pariente, que buscan apoyo en asociaciones.

Amélie Boukhobza, psicóloga clínica y miembro en la organización Entr’Autres, indicó que los hijos tratan a sus padres de “infieles”, les recriminan que quieran seguir viviendo en Occidente.

Patrick Amoyel, indicó que el sentimiento de pérdida de estos progenitores es del 99%, ya que saben que involucrarse en este grupo solo significa la muerte. Cada vez que ocurre un ataque en Francia, “las familias solo tienen un temor: ¿acaso ha vuelto mi hijo, mezclándose entre la gente, y ha cometido este acto?”. (I)

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