El delantero francés Franck Ribéry, en el centro de una polémica entre su selección nacional y su club el Bayern de Múnich, por la lumbalgia que le obligó a renunciar al Mundial, dijo que no estaba de acuerdo con el tratamiento que le proponía el equipo médico francés.

"No tengo miedo a las inyecciones. Pero no quería que el médico francés me inyectara cortisona. Sé que no es bueno", dijo Ribéry en una entrevista con la agencia deportiva alemana SID, filial de la AFP.

"Mi carrera seguirá después", agregó el delantero del Bayern.

En esta entrevista, Ribéry respaldó al médico del club bávaro, el doctor Müller-Wolfhart, cuyo tratamiento fue criticado por el médico de la selección nacional francesa.