El Mundial de Fútbol es una oportunidad única para Brasil, pero también para la región. Un evento de estas características significa un impulso extraordinario a la economía con efectos residuales difíciles de dimensionar en su plenitud.

Según la firma Deloitte, con base en Nueva York, el impacto de la Copa delMundo 2014 en la economía brasileña se acercaría a los $ 63 mil millones en el período 2010-2014, desde el final del certamen en Sudáfrica hasta que termine el torneo en Brasil. De esa cifra, $ 50 mil millones serían por el aumento de la producción nacional de bienes y servicios y $ 2 mil millones de ingresos derivados del turismo.

Las inversiones iniciales que realizó Brasil para la organización fueron grandes desembolsos. Por ejemplo, para remodelar y construir los escenarios se gastaron $ 2.000 millones, mientras que para ampliar y mejorar los servicios hoteleros, $1.300 millones.

Jaime Gallegos, doctor en Ciencias Económicas y catedrático de laUniversidad Católica de Quito, asegura que “el Mundial contribuye a la economía y ayuda a dinamizar ciertos sectores, como el de la construcción. Pero eso no tiene un gran efecto multiplicador en la macroeconomía de un país”.

Según el estudio de Deloitte, el turismo será uno de los grandes beneficiados, pues aumentará en 80% y pasará de un estancamiento cercano a los 5 millones de turistas al año a casi 9 millones en 2018.

La organización del Mundial abrió un total de 3,63 millones de nuevos puestos de trabajo, que si bien fueron temporales, la mayoría colaboraron con el incremento del poder de gasto del mercado.

“En 2010 el mundo estaba hiperexcitado; parecía que Brasil crecería al ritmo chino. Pero hubo muchas expectativas y pocos resultados”, dijo esta semana el analista económico brasileño Felipe Queiroz, en Sao Paulo.

Hace 4 años, con decenas de millones de personas accediendo por primera vez a la clase media gracias a los programas sociales del gobierno, Brasil impulsó una serie de medidas para estimular el consumo, como la reducción de impuestos a electrodomésticos y automóviles.

“Estas medidas tienen sus limitaciones, su efecto hoy es menor que en el pasado. La clase media ya ha cambiado su heladera, su cocina, y está bastante endeudada. Y no hubo cambios económicos estructurales ni suficientes inversiones en infraestructura que favorezcan un crecimiento sólido”, agregó Queiroz.

En otro aspecto, se espera que la pauta publicitaria asociada al Mundial alcance los $ 2.900 millones. Las principales marcas mundiales quieren estar presentes en la máxima cita deportiva, por lo que la inversión prácticamente equipara a la que realizan las empresas en el Súper Tazón. Las marcas más importantes que auspician a la FIFA y al Mundial invertirán $ 2 millones diarios.

En ese aspecto, Gallegos comentó que las empresas transnacionales son las ganadoras. “El que sale ganando no es Brasil, sino las empresas transnacionales. Hacen campaña en el Mundial e incrementan la venta de sus productos en el mundo”, agregó.

Con la cita ya en marcha y millones de ojos sobre Brasil, el sector económico mira de lejos, pero no es ajeno a lo que sucede en la cancha.

Datos

Con la mejora estructural de varios aeropuertos brasileños se espera que anualmente la capacidad de pasajeros aumente a 166 millones.

La pauta publicitaria diaria en Brasil equipara la inversión realizada en el Súper Tazón del fútbol americano. Las mayores empresas invierten cerca de $ 2 millones por cada día de competencia.

Según el informe, no es casual que la FIFA asignó el Mundial, entre 2010 y 2022 a países integrantes de los denominados BRICS (con economías emergentes) y a una economía creciente como Qatar.

También se aseguró que Brasil no pone en juego una cuestión meramente económica; sino que pone en evidencia ante el mundo la capacidad organizativa y de liderazgo ante un evento de gran magnitud.