El doping positivo por efedrina de Diego Maradona en el Mundial de Estados Unidos 1994 marcó un antes y un después en el fútbol argentino. En menos de un mes, el 25 de junio, se cumplirán 20 años de aquel fatídico día, el más triste en la historia del deporte del país austral. Y aunque el tango se empeñe en sostener que ‘20 años no es nada’, la realidad dice lo contrario.

“En los 20 años previos al doping, Argentina ganó dos mundiales (1978 y 1986) y dos Copas América (1991 y 1993) y en los siguientes 20 años no ganó nada”, dice a EL TELÉGRAFO el periodista Alejandro Wall, coautor junto a Andrés Burgo del libro El último Maradona, de reciente publicación y que narra con detalles los hechos que desembocaron en el dopaje del exastro de la selección ‘albiceleste’.

El vigésimo aniversario trae aparejada -además- una coincidencia que, para muchos, atrae malos augurios. El 25 de junio próximo Argentina culminará su participación en el grupo F del Mundial de Brasil contra Nigeria, el mismo día y con el mismo rival que, 20 años atrás, Maradona jugó su último partido con la camiseta nacional. Aquellas imágenes del ‘10’ sonriente mientras era conducido al control antidopaje por una enfermera aún dentro del estadio son una postal de un drama que hoy retumba en el alma de los argentinos.

Wall dice que en la investigación realizada para el libro se encontraron con un entramado muy complejo. “Primero, hubo una enorme negligencia e irresponsabilidad de Daniel Cerrini, el dietólogo personal del futbolista que viajó al Mundial junto a la delegación y quien le suministró el medicamento con efedrina que hizo saltar el doping”.

“Era el hombre que le proveía las pastillas. Lo preparó como si fuera un fisiculturista y ese contexto lleva a la desconfianza. Otros colaboradores de Maradona observaron el listado de las pastillas que le daba y allí había sustancias temerarias, como la nandrolona. Pero Cerrini logró cortar las sustancias más fuertes antes del Mundial para que no saltaran en los controles. Pero no le dio importancia a la efedrina”, dice Wall.

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Maradona estaba jugando su último Mundial a gran nivel. Había marcado un gol en la victoria 4 a 0 contra Grecia y había sido fundamental en el triunfo 2 a 1 ante Nigeria, sirviéndole los dos goles a Claudio Caniggia. Pero el control antidopaje provocó el drama. “Maradona venía tomando desde hacía tiempo un quemador de grasas llamado Ripped Fast, que no tenía efedrina, pero antes del Mundial el equipo de colaboradores de Diego se quedó sin este suplemento y ya en Estados Unidos consiguieron uno similar, el Ripped Fuel, que sí contenía efedrina. Ese fue el gran error”, acota.

“Tras saltar el dopaje, la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) se muestra indignada con los colaboradores de Maradona, pero Cerrini, por caso, vestía el uniforme de la selección y estaba alojado con el plantel, con lo cual hubo una fuerte irresponsabilidad de la dirigencia por no controlar la situación”. Cerrini vive ahora en Miami, trabajando en academias de tenis.

Para el periodista, en la concentración argentina durante el Mundial del 94 “fallaron los diques de contención”. “Los colaboradores y el cuerpo médico sospecharon antes del torneo de lo que tomaba Maradona porque vieron varias pastillas. Entonces le proponen al titular de la AFA, Julio Grondona, realizarle un control. Pero Grondona dijo que no quería molestarlo”.

Y agrega: “incluso Cerrini le hizo un control en Nueva Jersey. Pero buscó las sustancias que él mismo le había quitado a tiempo, pero no buscó efedrina. Ese fue el error. En síntesis, fue una conjunción de torpezas”.

Wall sostiene que este episodio fue el más triste del deporte argentino. “Se vivió como un duelo colectivo. Los argentinos tenían la sensación de que su equipo había quedado eliminado ese mismo dia”. Argentina fue finalmente eliminada en octavos de final por Rumania, que la venció por 3 a 2.

Durante estos últimos 20 años se han tejido historias sobre un supuesto complot de la FIFA contra Maradona. Pero Wall lo relativiza. “Lo que sí hubo fueron grandes presiones para que Argentina retirara a Diego Maradona del Mundial”, relata el comunicador.

“La AFA, al principio, impugnó la muestra porque el frasco, en la contraprueba, estaba rotulado con el nombre del futbolista y la sustancia. Y eso era irregular. Hubo un pequeño escándalo y un cuarto intermedio de algunas horas. Pero al final el abogado de la AFA decidió no impugnar la muestra y se selló la salida de Maradona del torneo”.

“Me cortaron las piernas”, dijo entonces Maradona, una frase que marcó a fuego a los fanáticos y que aún hoy es utilizada por los argentinos para graficar cualquier situación personal adversa.