Decisión de FIFA de restringir uso de pasarela de Maracaná indigna a cariocas
La decisión de la FIFA de limitar el uso de una nueva pasarela que facilita el acceso al estadio Maracaná de Río de Janeiro exclusivamente a autoridades e invitados ha causado extrañeza entre los cariocas, cuando no indignación.
La pasarela de 500 metros, que pasa por encima de una autopista de cuatro carriles aledaña al estadio, fue inaugurada en mayo pasado para facilitar la salida del público del Maracaná, pero la FIFA, que este mes asumió la gestión del estadio, prohibió su uso por parte de los aficionados.
La rectora mundial del fútbol convirtió la pasarela en camino exclusivo para autoridades e invitados que necesitan trasladarse entre el estadio y los pabellones que los patrocinadores del Mundial instalaron en el vecino parque Quinta da Boa Vista.
El jubilado Walter Barcelos, en declaraciones a Efe, dijo no entender por qué ya no puede beneficiarse de una obra pagada con sus impuestos. "Entonces, ¿para qué la pasarela, para estar solo de adorno?".
A Michele Ramos, ingeniera civil, le han impedido ya ir con su bicicleta por la pasarela. Dice sentir decepción. "Yo no sabía que estaba destinada solo a VIPs durante el Mundial. Yo pensaba que iba a atender las necesidades de esta zona... Me he quedado un poco decepcionada".
Casi 110 millones de reales costó la pasarela, inaugurada a principios de mayo. Una obra pensada para que los aficionados llegaran al estadio, sin peligro, por encima de las vías del tren y de una avenida rápida de varios carriles por cada sentido.
La FIFA aduce motivos de seguridad para prohibir el paso a quienes más iban a disfrutarla.
Lilia Falcão dice que la seguridad justifica la decisión. "No diría necesario, pero el momento exige que las autoridades estén realmente un poco separadas del pueblo", afirmó.
Una idea de la que discrepa el empresario José Augusto Franqueira: "creo que en relación a la seguridad el país va a dar lo mejor de sí mismo porque es un evento de nivel mundial".
El de la pasarela se une a los muchos debates abiertos sobre el legado del Mundial y al papel de autoridades e instituciones.
El albañil Mario José de Oliveira dice que las obras mejoran la ciudad pero crítica a la FIFA: "están muy equivocados. La gente que vive al otro lado tiene que cruzar para venir al Maracaná, no ir haciendo curvas buscando caminos para llegar".
El médico Camilo Junqueira va más lejos: "la Fiscalía tiene que intervenir y decir que la pasarela es para atender al público, porque es una inversión pública".
Hasta que acabe el Mundial, la FIFA ostenta el uso exclusivo del estadio y dicta las normas que no siempre son populares.