Tener conciencia
Se decía que la conciencia era lo que nos separaba de los primates, pero ¿qué ocurre cuando un chimpancé se mira en un espejo? Las pruebas indican que luego de unos minutos ellos pueden deducir que se trata de sí mismos. También se ha informado que los elefantes y otros pocos mamíferos también lo pueden hacer. La gran diferencia es que un ser humano se mira al espejo y recuerda antecedentes sobre su vida, y puede pensar en muchas interrogantes por descubrir y reflexionar. Piensa en pasado y se proyecta al futuro. Esto es el resultado de la autoconciencia.
Y también la empatía, que es la capacidad de ponernos en el lugar del otro, de comprender el estado mental de otro individuo y, teniéndolo en cuenta, modificar nuestro comportamiento. Esta aptitud parece ser una exclusividad humana. Una capacidad que se desarrolla en el humanos entre los 3 a 5 años de edad y está completamente desarrollada a los 6. En un reciente estudio se compararon a chimpancés con un grupo de niños por medio de pruebas no verbales. Los chimpancés obtuvieron resultados iguales a los niños de 4 y 5 años de edad, pero resultados inferiores a los niños de 6 años. Esto corrobora la idea de que los chimpancés muestran al menos algún grado de desarrollo de la conciencia pero que los humanos hemos avanzado mucho más allá en el camino evolutivo. Pero el hombre es el único que puede modificar su estado emotivo y compartir los estados emocionales del otro.
El gran cambio
En algún momento de la historia evolutiva nos fuimos separando del resto de las especies animales del planeta. ¿Qué fue lo que cambió para que lleguemos a convertirnos en la especie dominante? Aquí van algunas teorías:
¿Fue el lenguaje?
Durante mucho tiempo se creyó que la capacidad de comunicarnos por medio del habla era lo que nos había diferenciado del resto de animales. Pero esa creencia quedó atrás. Animalitos como los suricatas usan gritos de alerta diferentes para diferentes peligros. Y tampoco somos los únicos que utilizamos signos: un chimpancé puede usar hasta seiscientas señas diferentes del lenguaje de las personas sordomudas.
Las ballenas jorobadas se comunican por medio de sus cantos. Con esos particulares sonidos llegan a formar frases y hasta entablar conversaciones. Claro que en todos los casos son lenguajes repetitivos, rígidos y bastante más simples que el nuestro, y ninguno de ellos puede usar el lenguaje abstracto que ya tiene un niño de seis años, por ejemplo, dibujar y reconocer una simple cara humana.
¿Vivir en comunidad?
Se dijo también que fue la capacidad de vivir en grupo la que nos hizo humanos, pero casi todos los animales tienen alguna especie de organización social, ya sea para trabajar en equipo y defenderse o para cazar. Las hormigas, por ejemplo, viven en complejas comunidades de varios millones de individuos, donde cada uno cumple con una función específica. Pero ninguna forma de organización social se compara a la complejidad de la nuestra.
¿Tener más genes?
Tampoco. Ahora que se descifró el genoma humano, sabemos que tenemos sólo un poco de más genes que una mosca o un gusano. Lo importante no es el número, sino cómo se organizaron esos genes. Entonces, ¿qué nos hace humanos? (CONTINÚA)
Tener conciencia
Se decía que la conciencia era lo que nos separaba de los primates, pero ¿qué ocurre cuando un chimpancé se mira en un espejo? Las pruebas indican que luego de unos minutos ellos pueden deducir que se trata de sí mismos. También se ha informado que los elefantes y otros pocos mamíferos también lo pueden hacer. La gran diferencia es que un ser humano se mira al espejo y recuerda antecedentes sobre su vida, y puede pensar en muchas interrogantes por descubrir y reflexionar. Piensa en pasado y se proyecta al futuro. Esto es el resultado de la autoconciencia.
Y también la empatía, que es la capacidad de ponernos en el lugar del otro, de comprender el estado mental de otro individuo y, teniéndolo en cuenta, modificar nuestro comportamiento. Esta aptitud parece ser una exclusividad humana. Una capacidad que se desarrolla en el humanos entre los 3 a 5 años de edad y está completamente desarrollada a los 6. En un reciente estudio se compararon a chimpancés con un grupo de niños por medio de pruebas no verbales. Los chimpancés obtuvieron resultados iguales a los niños de 4 y 5 años de edad, pero resultados inferiores a los niños de 6 años. Esto corrobora la idea de que los chimpancés muestran al menos algún grado de desarrollo de la conciencia pero que los humanos hemos avanzado mucho más allá en el camino evolutivo. Pero el hombre es el único que puede modificar su estado emotivo y compartir los estados emocionales del otro.
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El gran cambio
En algún momento de la historia evolutiva nos fuimos separando del resto de las especies animales del planeta. ¿Qué fue lo que cambió para que lleguemos a convertirnos en la especie dominante? Aquí van algunas teorías:
¿Fue el lenguaje?
Durante mucho tiempo se creyó que la capacidad de comunicarnos por medio del habla era lo que nos había diferenciado del resto de animales. Pero esa creencia quedó atrás. Animalitos como los suricatas usan gritos de alerta diferentes para diferentes peligros. Y tampoco somos los únicos que utilizamos signos: un chimpancé puede usar hasta seiscientas señas diferentes del lenguaje de las personas sordomudas.
Las ballenas jorobadas se comunican por medio de sus cantos. Con esos particulares sonidos llegan a formar frases y hasta entablar conversaciones. Claro que en todos los casos son lenguajes repetitivos, rígidos y bastante más simples que el nuestro, y ninguno de ellos puede usar el lenguaje abstracto que ya tiene un niño de seis años, por ejemplo, dibujar y reconocer una simple cara humana.
¿Vivir en comunidad?
Se dijo también que fue la capacidad de vivir en grupo la que nos hizo humanos, pero casi todos los animales tienen alguna especie de organización social, ya sea para trabajar en equipo y defenderse o para cazar. Las hormigas, por ejemplo, viven en complejas comunidades de varios millones de individuos, donde cada uno cumple con una función específica. Pero ninguna forma de organización social se compara a la complejidad de la nuestra.
¿Tener más genes?
Tampoco. Ahora que se descifró el genoma humano, sabemos que tenemos sólo un poco de más genes que una mosca o un gusano. Lo importante no es el número, sino cómo se organizaron esos genes. Entonces, ¿qué nos hace humanos? (CONTINÚA)
Tener conciencia
Se decía que la conciencia era lo que nos separaba de los primates, pero ¿qué ocurre cuando un chimpancé se mira en un espejo? Las pruebas indican que luego de unos minutos ellos pueden deducir que se trata de sí mismos. También se ha informado que los elefantes y otros pocos mamíferos también lo pueden hacer. La gran diferencia es que un ser humano se mira al espejo y recuerda antecedentes sobre su vida, y puede pensar en muchas interrogantes por descubrir y reflexionar. Piensa en pasado y se proyecta al futuro. Esto es el resultado de la autoconciencia.
Y tambiénla empatía, que es la capacidad de ponernos en el lugar del otro, de comprender el estado mental de otro individuo y, teniéndolo en cuenta, modificar nuestro comportamiento. Esta aptitud parece ser una exclusividad humana. Una capacidad que se desarrolla en el humanos entre los 3 a 5 años de edad y está completamente desarrollada a los 6. En un reciente estudio se compararon a chimpancés con un grupo de niños por medio de pruebas no verbales. Los chimpancés obtuvieron resultados iguales a los niños de 4 y 5 años de edad, pero resultados inferiores a los niños de 6 años. Esto corrobora la idea de que los chimpancés muestran al menos algún grado de desarrollo de la conciencia pero que los humanos hemos avanzado mucho más allá en el camino evolutivo. Peroel hombre es el único que puede modificar su estado emotivo y compartir los estados emocionales del otro.