Otros engaños de la mente
¿Qué son los fantasmas? Si uno hace esta pregunta, las respuestas pueden ser muy diversas: almas en pena, espíritus malignos, personas que no se han dado cuenta que murieron. Las versiones difieren porque aunque hay quienes dicen haberse comunicado con ellos, tampoco se ponen de acuerdo en la respuesta correcta. Y nadie puede describirlos bien porque quienes dicen haberlos visto, nunca lo han hecho de frente, cara a cara.
Un ruido raro, un movimiento de algo que vemos con el rabillo del ojo, alguna ventana que se abre sola, una silla que rechina siempre a la misma hora, y otras cosas podrían tener perfecta explicación, si uno no se asusta y trata de buscarles una solución razonable.
La vista es uno de los sentidos que más puede engañarnos. Nos hace ver cosas que no están en nuestro campo visual, sino archivadas en el cerebro. Y eso ocurre porque nuestra visión tiene grandes limitaciones. Haga esta prueba: extienda el brazo y levante el pulgar. Verá que allí sí puede enfocar con claridad, pero que todo lo demás de alrededor se torna borroso.
Por eso, si estamos muy concentrados viendo una película o leyendo un libro, y de pronto con el rabillo del ojo vemos un movimiento o una sombra, nuestro cerebro ‘armará’ la imagen que primero se le ocurra. Sucede que nuestro cerebro es curioso y como no le gusta quedarse con la duda inmediatamente le da un significado a lo que captó su visión periférica. Y si somos un poco asustadizos, lo primero que se le ocurre es una amenaza: un fantasma o cualquier otro ser inmaterial que podría atacarnos.
Y eso sucede por 2 razones asociadas: una, porque tenemos mala vista, y la otra que por esa razón, desde mucho tiempo atrás que nuestro cerebro nos prepara para la huida ante lo que podría ser un peligro para la supervivencia.
Como durante millones de años fuimos simios desnudos a merced de los depredadores y de nuestros propios congéneres, era mejor exagerar que confiarse. De ese modo, los más asustadizos sobrevivieron y dejaron descendencia, mientras que los demasiado confiados se extinguieron.
El cerebro es curioso y le da un significado a lo que capta su visión periférica mostrando datos irreales.