La problemática ambiental
Nuestro planeta está envuelto en una capa de gas que es la atmósfera y que permite que aquí exista vida. Esta funciona como un filtro contra las poderosas radiaciones solares. El sol emite rayos infrarrojos que llegan a la Tierra y calientan su superficie, pero alrededor del 70% de esa energía que llega es devuelta al espacio. Gracias a eso no nos achicharramos. Pero parte de esa radiación es retenida por los llamados gases de efecto invernadero que hacen que vuelva a la superficie terrestre. Eso no es malo, sino todo lo contrario porque así se mantiene estable la temperatura del planeta y eso posibilita la vida.
Son varios los gases de efecto invernadero: vapor de agua, dióxido de carbono o CO2, metano, entre otros. La mayoría de ellos están presentes en la atmósfera de manera natural, pero la acción del hombre con el intenso uso de combustibles fósiles en las últimas décadas, ha provocado que las concentraciones de algunos de esos gases aumenten, sobre todo las de CO2. Los datos afirman que para 2011 las emisiones mundiales de CO2 al ambiente superaban los 31 mil millones de toneladas por año. Lo preocupante es que en 1990 esa cifra era de 20 mil millones. En apenas 21 años hubo un incremento de casi el 50% de emisiones y se prevé que ese ritmo de crecimiento se mantenga.
Eso es nocivo porque está elevando la temperatura global. Desde 1880 que se registra el clima hasta hoy 14 de los 15 años más calurosos han ocurrido en el siglo XXI. Y eso, entre otras cosas, acelera el deshielo de los glaciares polares y eleva el nivel del mar, provocando inundaciones. De hecho, un estudio reciente, publicado en la revista Nature, asegura que desde 1990 los niveles del mar han crecido dos veces y medio más rápido que durante las primeras nueve décadas del siglo pasado. La causa sería la velocidad a la que se derrite el hielo en Groenlandia y en el oeste de Antártica.
Si bien las fluctuaciones del clima también se deben a otros factores de los que no tenemos control como la temperatura del sol, las erupciones volcánicas o el comportamiento de las corrientes oceánicas, sí es necesario que reduzcamos las emisiones de CO2 y en eso la ciencia tiene un papel y un desafío importantes. Hoy en día el transporte es el sector que más contamina y el que más contribuye al calentamiento global. Utilizar vehículos que no requieran de hidrocarburos es una necesidad urgente. (I)