La fantasía popular sigue alimentando historias de extraterrestres
Cuatro grandes mentiras sobre ovnis y extraterrestres
Las conspiraciones, los misterios y las leyendas de extraterrestres son seductoras. Atraen al público ávido de emociones fuertes. A muchos crédulos les encanta pensar que hay una realidad paralela que no es revelada oficialmente. Aquí recogemos solo unos pocos ejemplos de mentiras que aunque han sido ya desenmascaradas, en su momento beneficiaron a los charlatanes que las promovieron.
La autopsia del ET
Todo comenzó en 1947 cuando un extraño objeto cayó de los cielos en las cercanías del pueblo de Roswell, al sudoeste de Estados Unidos. Restos de una estructura plateada fueron avistadas por un granjero y retiradas por la policía local. Un diario sensacionalista de la región, citando a una fuente de la Fuerza Aérea norteamericana, aseguró que se trataba de un platillo volador. Años más tarde se supo que se trataba de un globo de espionaje lanzado de una base cercana para vigilar las pruebas nucleares de los rusos, y que la fachada de un ovni sirvió para disimular estas actividades.
Pero la leyenda no murió y en 1995 -casi medio siglo más tarde- aparece un video que muestra nada menos que la autopsia del cadáver de un extraterrestre presuntamente recogido en el accidente de Roswell. Paso por paso, el pobre ET es cortado en pedacitos para ser examinado por un equipo de ¿médicos? Decían que el video había sido sacado por un camarógrafo de una base militar ultrasecreta y entregado a un productor, quien a su vez lo vendió a un canal de televisión estadounidense a un precio exorbitante.
Sin embargo, los procedimientos, las medidas de seguridad contra virus llegados del espacio y el equipo médico utilizado no parecían nada ortodoxos, y de inmediato despertaron las sospechas de los especialistas.
Finalmente la verdad fue revelada por el propio autor. Se llama John Humphreys y es escultor. Ha trabajado en efectos especiales de películas tan famosas como Charlie y la fábrica de chocolates. En 2006 confesó haber creado el muñeco de goma y protagonizado a uno de los médicos en esta cinta de ficción barata. El cerebro y las vísceras que utilizó son entrañas de borrego.
El autor de la idea fue un productor de televisión de nombre Ray Santilli, que ganó centenares de miles de dólares vendiendo este burdo montaje a la televisión. Ahora reconoce que en realidad fue una reconstrucción ficticia de lo que dice que alguien le contó, pero nunca devolvió el dinero y el canal de televisión que se lo compró jamás pidió disculpas a sus televidentes.
Círculos en los cultivos
Una mañana de 1979 los habitantes de Winchester, Inglaterra, quedaron paralizados del asombro cuando en sus campos de trigo aparecieron enormes dibujos circulares. Formas extrañas -algunas de ellas verdaderas obras de arte-que se volvieron cada vez más complejas y numerosas. Y más tarde aparecieron en Alemania, Hungría y Nueva Zelandia.
¿Nos estaban invadiendo los marcianos? Los ufólogos, que nunca pierden el tiempo, los atribuyeron a una forma de comunicación de los extraterrestres y sus platillos voladores. Eran mensajes, pero ¿qué decían? Los ufólogos se rompían la cabeza tratando de desentrañarlos, pero no se les ocurría pensar que si los visitantes eran tan avanzados como para llegar desde tan lejos, podían emplear alguna tecnología un poco más moderna como la internet, o el teléfono, o algo desconocido para nosotros. Pero no: solo aplastaban las plantas. Y si nos estaban dejando mensajes, ¿por qué no lo hacían más claros? ¿y para qué diablos se escondían, igual que los fantasmas?
Pasaron 21 años y nos llenaron de hipótesis descabelladas, hasta que finalmente el misterio se develó: Doug Bower y Dave Chorley, dos aburridos jubilados ingleses, confesaron públicamente ser los autores de los primeros dibujos. Y los reprodujeron a la perfección mostrando que utilizaban hilos para trazar las formas y valiéndose de tablas aplastaban las plantas. La técnica dio origen a una nueva camada de artistas ingleses que ahora exponen sus maravillas en la web www.circlemakers.org y hasta las venden para avisos publicitarios. En Hungría, en cambio, los hacían un par de adolescentes traviesos.
Hoy, conociendo la técnica, aparecen los más variados dibujos por todas partes, algunos de ellos con mucho humor. Y ya casi ningún ufólogo, salvo los más descarados, defiende su origen extraterrestre. Pero en estas dos décadas hicieron un negocio verdaderamente del otro mundo, con libros, artículos y videos. (...continúa)