Una cabellera frondosa suele tomarse como sinónimo de juventud y belleza por eso queremos conservarla a cualquier precio. ¿Pero por qué se nos cae el pelo? Hombres y mujeres -a medida que envejecemos- vamos perdiendo el grosor y cantidad de cabello de forma natural. Tarde o temprano nos sucede a todos, y la cantidad perdida está determinada genéticamente. Algunas personas están predestinadas a perder casi por completo el pelo; este tipo de calvicie se hereda de los padres y está estrechamente vinculada con la hormona masculina de la testosterona. Esta calvicie es más común entre las personas de piel blanca y menos común en asiáticos e indígenas americanos.

Las mujeres también pueden sufrir de calvicie hereditaria, pero como tienen muy poca testosterona el problema es menos grave. También los cambios hormonales causados por los embarazos pueden causar pérdida temporal y gradual del cabello durante un lapso de tres a seis meses. 

Pero la caída repentina o en áreas específicas puede ser causada por infecciones graves, por algún tipo de fármaco, por estrés o por ciertas enfermedades: de las tiroides, hongos, desnutrición, algunos tipos de cáncer, dermatitis seborreica y otras. Cuando se empieza a perder mucho cabello repentinamente, lo mejor es consultar con el médico para identificar la causa, tratarla y curarla.

Para la calvicie común se ofrecen miles de productos que prometen casi por arte de magia hacerle recuperar el pelo. Pero todos los médicos están de acuerdo en que no hay remedios milagrosos. Hasta ahora sólo existen dos medicamentos comprobados que alivian de alguna manera la calvicie: el finasteride y minoxidil, aunque no sirven para todas las personas, si se suprimen el pelo se vuelve a caer. Además tienen algunos efectos secundarios desagradables.

Hace pocos meses investigadores de la Universidad de Yale consiguieron que un joven de 25 años deje de ser calvo utilizando una medicina para la artritis llamado citrato de tofacitinib que estimula el folículo piloso. Parece prometedor.

¿Y qué son las canas? La melanina es el pigmento que da color a nuestro pelo. Las diferentes tonalidades dependen de la cantidad de esta sustancia; así, los cabellos oscuros tienen mayor cantidad que los rubios. 

A lo largo de nuestra vida el color del pelo cambia, pero esto se hace más evidente a medida que vamos envejeciendo. La pérdida del color se llama canicie y se produce cuando las células del pelo dejan de elaborar melanina. Aunque generalmente se trata de un proceso fisiológico, pueden existir otras causas para su aparición como la mala alimentación, el estrés o el efecto de algunos medicamentos.

Este proceso progresivo inicia generalmente a partir de los 30 años, aunque esto dependerá de nuestra herencia genética. Según la Academia Americana de Dermatología más de la mitad de la población mayor de 45 años tiene el pelo canoso. (CONTINÚA)