La versión de lo que ocurre en Ecuador la dan, principalmente en Europa, las agencias internacionales de prensa, de cuya ética y capacidad profesional pocos dudan. Y también lo hacen periódicos “influyentes”.

En español tiene esa condición, casi en exclusiva, el diario El País de Madrid, del grupo Prisa, propietario de varios medios en América, principalmente en Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile, EE.UU., México y Panamá y “a través de franquicia de marcas y contenidos en otros dos: Ecuador y Guatemala”, según cuenta su página web.

El otro medio que tiene presencia e influencia informativa, en este caso, en inglés, es la BBC, de cuya trayectoria muchos aprenden y hasta imitan. Se trata de una de las fuentes informativas más creíbles y de una tradición de formación y capacitación periodística para muchos medios en el mundo, particularmente donde Gran Bretaña tuvo colonias.

Y para esos dos medios escribe Paúl Mena Erazo, quien funge como el titular del llamado Foro de Periodistas del Ecuador, organización que no cuenta con página web o registro legal alguno, menos aún se conoce cuáles son sus fuentes de financiamiento para las actividades que ha promovido en la sede de la UNP, principalmente para debatir la Ley de Comunicación o las amenazas a la libertad de prensa. En esta organización participan periodistas como Janeth Hinostroza (de Teleamazonas) y Xavier Reyes (El Universo), que se presentan públicamente como miembros del Foro y activistas a favor de la libertad de expresión.

El dirigente de ese Foro escribe reportes, sobre todo, relacionados con la actualidad más polémica del Ecuador y sus artículos (principalmente en El País) están colgados en la web para lectura de todos. Mena se autodefine  especialista en redes sociales, además de catedrático y conferencista. Ha trabajado en medios como Expreso, HOY y El Universo.

En varias entrevistas concedidas a medios de prensa ecuatorianos Mena se declara en contra de la Ley de Comunicación, a favor de las “libertades democráticas” y muy veladamente en contra del Gobierno de su país. Lo entrevistan en El Comercio, El Universo y HOY como especialista en periodismo digital y en redes sociales. Sin embargo, no se conocen estudios ni trabajos académicos al respecto.

Por ejemplo, sus escritos sobre el asilo de Julian Assange han sido la fuente de análisis para los medios con los que colabora y para ser replicados, ya no con su firma, sino como El País o como BBC, por otros medios, identificados con una oposición elocuente al Gobierno de Rafael Correa.

Y sobre este tema Mena utiliza las fuentes que tienen marcadamente una oposición, como José Ayala Lasso, Mauricio Gándara o Diego Cornejo Menacho, a partir de lo cual titula: “El caso Assange divide a los ecuatorianos”. O cuando escribe para El País: “Ecuador lanza una escalada diplomática”.

Entre esos artículos que sí revelan su condición política está este que tituló del siguiente modo: “Correa aprueba una ley que restringe al periodismo en época electoral”, publicado el 7 de febrero de 2012 en El País. Primero que nada, Correa no aprueba leyes, eso lo hace la Asamblea; segundo, que hasta la hora de escribir este artículo no se ha confirmado ni ratificado la ley a la que hace mención (las reformas al Código de la Democracia), por parte de la Corte Constitucional.

¿Si un lector español lee esta noticia no daría por hecho que se restringe a la prensa con una ley que no ha entrado en vigencia? ¿Cómo va a construir su criterio ese lector con esta clase de informaciones? Y en la misma nota aprovecha, como si lo uno tuviese que ver directamente con lo otro, que en esa semana se producirían las sentencias a periodistas de dos diarios.

Evidentemente la respuesta de cualquiera de los medios para los que escribe será que tienen derecho a escoger a quien paguen para escribir; pero la pregunta de todo lector será: ¿Por qué debo creer todo lo que diga un periodista que es activista y hasta contradictor político de un gobierno?

¿Hasta dónde sus reportes comportan y hasta contienen un balance informativo para audiencias que no conocen a fondo la problemática del Ecuador, en este caso?

Más allá de eso, la construcción y redacción periodística adolece de grandes fallas, que empiezan por las definiciones argumentales para determinar una situación general a partir de comentarios particulares de personajes con posiciones políticas muy identificadas.

Además, da por hecho que la generalidad del país se expresa a través de sus entrevistados y jamás garantiza un equilibrio. Bastaría ver la entrevista con el canciller Ricardo Patiño, en la BBC, para revelar la poca preparación al abordar temas complejos y polémicos sin una base argumental.