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El Telégrafo
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La imagen generó amplios debates en las salas de redacción de varios medios, los cuales también fueron publicados

Foto de Aylan dibuja los alcances mediáticos

Foto de Aylan dibuja los alcances mediáticos
05 de septiembre de 2015 - 00:00 - Redacción Cultura

La imagen que ilustra esta nota puede parecer el retrato ficticio de un hecho brutal, pero es resultado de una situación verdadera. Quizá ya no haga falta decirlo —el cuerpo del niño Aylan Kurdi, de tres años, ahogado en la orilla de la playa Ali Hoca, del sur de Turquía, fue portada de innumerables periódicos del mundo entero y se hizo viral— pero la decisión de mostrar la fotografía devela un síntoma de Occidente: la de sobreexponer imágenes con resultados que no siempre son tan reales como las condiciones que les dieron lugar. Entonces, la escena, conmovedora y repetida, es eso: brutal y verdadera.

La foto hecha por la reportera Nilufer Demir —de la agencia turca Dogan— además abrió una ventana que casi siempre se encuentra cerrada al público: la de las redacciones de los medios de comunicación. El Diario español El Mundo publicó un video de la “Reunión de portada” que mantuvieron varios editores el miércoles 2 de septiembre y en la que, mediante lo que llamaron un “debate compartido”, decidieron que la foto de Aylan iría en portada.

Rodrigo Sánchez, director de Arte de El Mundo, estuvo allí y aparece en una parte del corto de menos de tres minutos diciendo: “(Aylan) no está disfrazado de ninguna etnia rara, está totalmente occidentalizado: es un niño con unos shorts, una camiseta, moreno, con pelo corto... podría ser hijo de cualquiera, de cualquier europeo”.

A día seguido, la periodista Esther Vargas publicaba en un artículo del portal web Ética segura —de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano de Gabriel García Márquez— que “es bueno que la audiencia – lector esté al tanto de lo que pasa por la cabeza de los periodistas que también se quiebran, que también piensan que ese niño de la orilla puede ser su hijo, que también se preguntan por qué diablos los más indefensos deben pagar las consecuencias de la injusticia”.

El mismo día en que se conoció la fotografía de la agencia turca Dogan, Ricardo Roa, director del diario argentino Clarín, explicaba: “La decisión editorial fue publicar en la tapa al chico sirio muerto mucho más que a la foto del chico muerto. Sintetiza como ninguna el horror de los refugiados y la medida de su desesperación si es que esa desesperación puede ser medida (...) Y es una acusación contra la monstruosa insolidaridad de los gobiernos europeos que escamotean el asilo y la ayuda”.

La conmoción que le sucedió a la difusión masiva de un cúmulo de noticias sobre la historia familiar del niño —quien se encontraba en busca de refugio, huyendo de un conflicto, el sirio, que ha dejado a 7,5 millones de pequeños en necesidad de ayuda humanitaria— llegaba un blanco emotivo: la empatía de los padres del planeta porque es un miembro de la guardia costera turca quien aparece recogiendo el cuerpo y porque su padre, Abdullah Kurdi, decía: “Quiero que el mundo entero nos escuche desde Turquía, donde hemos llegado escapando de la guerra”.

La conclusión de Esther Vargas era: “Lo preocupante no es que esté en los diarios (...) Lo grave es que Aylan se haya transformado en un viral y nada cambie. Ese es el peor retrato de la humanidad”. (I)

Vea las diferentes reacciones de los medios alrededor del mundo sobre la muerte de Aylan Kurdi

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