El ponente es director de la revista web razón y palabra
“El nuevo orden informativo se está gestando en Internet”
En temas como el de la transparencia de información, ¿qué importancia tiene que los medios de comunicación den a conocer al lector la ideología desde la que arman sus noticias?
Es ético, es responsable, es indispensable. Nos instalaría en una perspectiva de una información muchísimo más veraz. Una neutralidad absoluta es un punto imposible pero el reconocimiento de tu perspectiva es un principio informativo loable y digno de reconocer.
La cantidad y tipo de información que se encuentra en los medios y en la plataforma de Internet es distinta; en la web el usuario tiene acceso a cualquier tipo de datos, en cambio lo que se lee en los medios viene mediado muchas veces por intereses o no abarca todo lo que está sucediendo y el lector tiene derecho a saber.
En ese sentido, ¿tendría que ser distinta la noción de libertad de expresión en Internet y en los medios de comunicación?
No tendría que ser distinta, estamos hablando de derechos fundamentales y de la necesidad de que el ciudadano tenga acceso a la información que no esté mediada por los intereses propios del Estado o la misma agenda de los medios. Tal imaginario lo hace de cierta manera posible Internet y está forzando a que lo repiensen también los medios de comunicación que habían dirigido intereses totalmente autónomos. Entonces, recuperar la perspectiva de la responsabilidad social me parece indispensable en materia de libertad de expresión.
Como les decía, en el caso mexicano los medios pueden construir un presidente, lo pueden manejar a espaldas de la ciudadanía. Aquí se está discutiendo qué vamos a hacer para acotar poderes metaconstitucionales -más allá de lo dispuesto por la Constitución- que han alcanzado determinados medios de comunicación, y las responsabilidades informativas que en un momento asumen. En ese sentido, me parece que el referente más avanzado de América Latina es el ecuatoriano.
Usted analizaba la agenda de los medios de comunicación, ¿hacia dónde debe apuntar la agenda setting de ellos?
Al ciudadano, hacia las necesidades útiles de la información que demanda la ciudadanía, que las puedes adquirir y editorializar, pero la misma narrativa de los hechos la empañas con tu visión ideológica. Pero para eso está tu página editorial, donde debes reconocer, y además si eres plural, qué mejor que eso.
¿Qué acercamientos ha tenido usted a la Ley de Comunicación de Ecuador? ¿Piensa que tal vez una sobrecarga de regularización en la información desde un ente gubernamental coartaría la libertad de expresión?
Mi deber no sería calificarla, pero el proceso lo veo como un ejercicio netamente democrático. Inédito en América Latina. Y en términos de los contenidos en los cuales pude hurgar, me parece avanzada y novedosa. No solamente eso, sino que el ejercicio público de abrirla al debate de los medios o de los ciudadanos, la perfecciona. Hay países en los que ni siquiera se toca el tema o se presenta una voluntad estatal. Aquí no ocurre eso.
¿Cree que la diversidad de la naturaleza de los medios (públicos, privados y comunitarios) garantiza una audiencia bien formada, en caso de que consuma de los tres?
El lector tuvo que haber sido educado para ser mucho más selectivo en su consumo informativo, pero los medios y el Estado contribuyeron poco a ello. Como no existían este tipo de obligaciones para los medios de comunicación no hubo otra instancia más que forzarlos a ubicarse en la perspectiva de que el centro y el fundamento de la información es el ciudadano.
Usted planteó la idea de un “nuevo orden informativo”, ¿a qué se refiere?
Lo está gestando Internet. Es un nuevo orden informativo internacional donde las asimetrías informativas, los equilibrios, los actores, el comportamiento de la prensa, las nuevas prácticas, las distintas perspectivas del periodismo ciudadano, comunitario o 3.0, cambian y se amplían.
Nunca en la historia de la humanidad la tecnología había influenciado tanto en el periodismo, que debe registrar la memoria, la historia de lo cotidiano. Mi lectura sobre esto es que se está empoderando al ciudadano y reduciendo esta función legitimadora de los medios donde ellos presentan sus intereses como si fuesen los del colectivo.
Casos como los de la Primavera Árabe o como usted decía la “Primavera Mexicana”, o movimientos como los Indignados u Ocuppy Wall Street demuestran que son las redes sociales la plataforma de empoderamiento de los ciudadanos, ¿es la única?
Es una de las tantas. En un sistema democrático tienes defensores de la audiencia en medios públicos y privados, o hay determinados tipos de instituciones que velan por los derechos a la información de los ciudadanos. No necesariamente a las redes sociales les vamos a delegar tal responsabilidad. Tenemos que pensar en lo jurídico o institucional que nos permita configurar estas instituciones que estén defendiendo a las audiencias.
En este nuevo orden informativo estarían los nuevos lectores, donde ubicaríamos a los nativos digitales. ¿Cómo sería su relación con los medios tradicionales?
Tiene que ser hacia nuevos medios, fundamentalmente. Los “viejos” medios de comunicación no han reparado en ello y siguen haciendo lo mismo, pero las audiencias cambian, ahí está el error.
Julian Assange y Edward Snowden, se podría decir, liberaron la información en Internet. ¿Estos casos desplazan a los medios de comunicación en su tarea de informar?
Sí, de hecho uno de los señalamientos más importantes, hablando de la responsabilidad del periodista, lo destaca muchísimo Assange. Dice: “WikiLeaks existe, y yo tuve que hacer lo que tuve que hacer porque los medios informativos habían renunciado a la tarea de dar a conocer determinados asuntos de Estados renuentes a la rendición de cuentas; entonces nosotros estamos haciendo el trabajo que la prensa dejó de realizar”.
¿Existe en América Latina libertad de expresión?
Hay países donde su búsqueda se encuentra muchísimo más avanzada que otros, hay países donde existe menos. Ecuador está en la ruta correcta.