El apagón llegó a la Radio Tarqui (Galería y video)
La cabina de la Radio Tarqui estuvo la mañana de este viernes apagada y las sillas del escenario principal en la mitad de la casa N-715, que fue la palestra de artistas nacionales e internacionales como Julio Jaramillo, Olimpo Cárdenas, estuvieron vacías. La estación cerró sus puertas, luego de 60 años de estar al aire. Inició su programación el 27 de febrero de 1955.
Desde el balcón del segundo piso, Hernán Herdoíza Leiva, junto a su hija, contemplaron esta mañana la emisora. Su esposa y su hija le acompañaron en la difícil decisión de cerrarla. Lanzó más de un suspiro y su rostro reflejó la nostalgia, sobre todo al recordar a su padre Gustavo Herdoíza, fundador de la radio, quien falleció en junio de este año.
"¿Por qué cierran?". La pregunta le mortificó, pero sin dudarlo respondió: "Como en la música, los silencios son necesarios, son espacios para replantearse, reinventarse, buscar opciones”. Baja la cabeza. Dijo que no contaban con una seguridad en la frecuencia, porque el concurso de renovación que debía hacerse a inicios de este año no se concretó. “Necesitábamos renovarnos, el equipo permanentemente está con la nueva tecnología, pero no se puede pensar en un préstamo, si no hay seguridad en la frecuencia”.
Lamentó que no hubo apoyo publicitario a las radios populares de Amplitud Modulada (AM). “La AM perdió su espacio (...) mantenerla era muy costosa, contando desde el área de 10.000 metros en donde se tenían las antenas, esto frente a otras bandas en donde la señal se emite a través de otros elementos, en AM, en cambio, la torre es la que irradia y eso era muy costoso”, dijo.
Muchos extrañarán el apagón de fin de año, en donde su padre Gustavo Herdoíza contaba los minutos para el nuevo año, junto al tic tac del reloj, pero confesó que algunas emisoras buscarán replicar el espacio, incluso ya le hicieron la invitación, "con el objetivo de que la tradición se mantenga".
Herdoiza contó que la radio se inició en un pequeño local en la calle Flores, porque su padre siempre buscó casas con patios que se adaptaban al formato de auditorio, que más tarde llamaron "fonoplateas". Recordó que su papá siempre buscó crear programas en vivo, con participación masiva y de allí nacieron "La hora sabrosa" y "La sorpresa de la 1", que eran programas emblemáticos. De la calle Flores pasaron a San Agustín y otra temporada incluso la radio pasó a la casa de la familia, en donde vivía con sus 4 hermanos, en la nueva Tola. "Nuestra casa se convirtió en mini estudios", añadió.
De allí se mudaron a San Francisco, en donde permanecieron por algunos años y antes, se mudaron a una pequeña temporada, en la calle Benalcázar frente al excolegio San Gabriel. Todo esto, hasta que el 27 de febrero de 1977 inauguraron su casa propia en la calle García Moreno y Espejo, en donde se mantuvo hasta hoy.
Según Herdoíza, quien trabajó en Tarqui desde 1977, a esta vivienda la ciudadanía llegó a llamarle "la casa del pueblo".
A su criterio, el éxito de la radio fue "la participación directa de la gente, dejamos que la gente deje de ser un radioescucha y pase a ser parte de la radio". Pone el ejemplo del programa "Cante usted sí puede", en donde Rubén Barba, creador de la canción "A mi lindo Ecuador", fue el primer ganador y mediante el espacio se dio a conocer.
Consideró que muchos de los programas que aparecen hoy en las radios capitalinas, Tarqui los instauró, "llegar al pueblo, los barrios, exigir obras, llevar show fue la fundamental razón de porque Tarqui se identificó con Quito", dijo.
En su oficina tiene un tocadiscos antiguos y la imagen de su padre, colgados de la pared. Al recordar cuando el viernes tuvo que despedirse señaló: "no sé como me salió la voz (...) Estaba en un cruce de sentimientos, terribles, una enorme responsabilidad al saber que se le dejaba momentáneamente, espero, a Quito sin una de sus voces e instituciones emblemáticas de la radio, mucho dolor definitivamente".
Herdoíza, de 62 años, creció en la radio. Mantiene cientos de álbumes de fotos con historias., por ello contó que el primer mano a mano entre Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas se dio en esta radio en 1956 o 1957, en el local en San Agustín. "Toda esa gran cantidad de artistas saben que dieron sus primeros pasos acá", relató.
Cuando Herdoíza tomó la administración junto a su padre tenía 17 años. "Yo creo que nací aquí, tuve la suerte de que la radio entró en mi como una profesión, como algo mío, y por eso fue relativamente fácil seguir", dijo, notablemente afectado.
Micrófonos antiguos y premios cuelgan de las paredes de la oficina principal de la gerencia. El adiodifusor cree que la radio también fue una institución en el periodismo, en donde se formaron varios periodistas. "Fue una escuela, en donde luego la tomó Gonzalo Pérez como reportarqui por largos años, una institución, muchísimos periodistas, en lo deportivo hubo muchísimos que dieron sus primeros pasos".
Herdoiza suspiró, porque confesó que lo que más extrañará es el hecho de levantarse a las 05:30 y emprender el camino hasta la emisora en el centro de Quito. "No sé que vamos a hacer, pero seguiremos viniendo, tenemos el compromiso de hacer más cosas", detalló.
La nostalgia de los colaboradores
Además de Herdoíza, a quienes afectó la decisión fue a los 10 trabajadores de la emisora, algunos de ellos llevan más de 30 años en la misma.
Marco Lugmaña laboró como programador-locutor por 23 años. Dejar la radio le costará. Ingresó en 1982 y recordó que animó el programa "Cante usted sí puede". "Me lancé al ruedo, entré en diciembre y en enero me tocó presentar el programa por 10 años en compañía del Flaco Mosquera", relató. Luego hizo el informativo en la noche de 21:00 a 22:00, además de programas de bolero y baladas. Estuvo en la televisión por 3 años, pero regresó a su pasión que siempre fue la radio. "Lo bonito era cuando se presentaban los aficionados, ese hecho de contar las historias y en el programa cuando los aficionados fallaban salía un audio de perros y están desclasificados", rememoró.
Su mejor experiencia fue trabajar con el Flaco Mosquera, quien, en varias ocasiones, lo lanzó al ruedo y tuvo que presentar a los cantantes aficionados, cuando al inicio solo daba los comerciales. "Lo lindo de Radio Tarqui es que muchos aprendimos, fue la escuela de los buenos locutores", añadió.
Para él, la radio fue una "gran experiencia, una escuela (...) y una apertura, porque Don Gustavo primero nos evaluaba y nos dejaba permanecer, se aprendió las cosas".
Eduardo Velásquez laboró como sonidista por 40 años en la radio. Sintió "nostalgia" al dejar las consolas, luego de que ingresó en 1975 cuando tenía 16 años. Manejaba el informativo con Wilson Robalino, uno de los principales locutores de la emisora, además del programa del Maestro Juanito y los deportivos. La radio representó todo en su vida, "aquí he iniciado, empecé desde los 16 años, toda la vida estuve aquí", dijo, a la vez que manifestó: "extrañaré mi puesto de trabajo".
Erika Zapata Martínez estuvo desde hace 3 años como directora de noticias. Dijo que no fue una sorpresa el cierre. Cree que la decisión se tomó a consciencia, pues conversaron con Hernán Herdoíza sobre la situación de la radio y principalmente de la concesión de la frecuencia, que se venció hace 2 años y esperaban que se llamé al nuevo concurso, pero "esperamos hasta el 30 de octubre y no se lo hizo así, eso complica el tema de la inversión, quienes quieren invertir en las radios populares necesitan estabilidad jurídica y saber qué vamos a estar en el aire permanentemente".
Con nostalgia, Zapata Martínez se preguntó la razón de porqué los gobiernos locales y centrales dejaron de invertir en las radios populares. "En la rendición de cuentas dijimos: necesitamos el apoyo y ni siquiera el apoyo sino que se cumpla la Ley de Comunicación y no entendemos por qué. Creo que la pregunta deberíamos trasladarles a esos organismos: ¿por qué dejaron de invertir en estas radios populares?", cuestionó.
Contó que hace 2 años por los problemas de apoyo económico que ya se presentaban cerraron los noticieros y solo quedó ella como periodista. "Seguíamos trabajando, seguíamos construyendo este sueño, manteniendo el legado de Gustavo Herdoíza y doña Olga Leiva de Herdoíza".
A su criterio, este sueño se consolidó en los últimos 5 años, cuando Hernán Herdoíza mantuvo el legado de sus padres, "a carta cabal, nos vamos con los dos pulgares bien arriba, porque todo lo que nos propusimos lo logramos, mantuvimos nuestros niveles de sintonía, de audiencia".
Comentó que les escuchaban del El Quinche, Imbabura, centro, sur y valles de Quito, además de Madrid y Barcelona (España), incluso detalló que el 31 de diciembre tuvieron la llamada de un ecuatoriano desde Afganistán, que les escuchaban por internet.
La cabina de Radio Tarqui se apagó a las 09.00 de este viernes y fue Hernán Herdoiza Leiva, hijo del conocido “Maestro Juanito”, quien decidió “hacer una pausa”. Luego de emitir un agradecimiento a la sociedad, la radio salió del aire y solo colocaron programación musical, que seguirá solamente en la web.
Quiteños sienten la pérdida
Esta mañana, Vicente Rivera, propietario de la Relojería Exacta, se sorprendió al conocer que la Radio Tarqui, que escucha desde hace más de 40 años, salió del aire. “No puede ser, es una gran pena”, dijo el hombre de 74 años, cuyo negocio está al frente de la radio.
El cierre de la estación, tras 60 años de transmisión, fue una mala noticia entre los vecinos de la estación en la calle García Moreno y Espejo, en el centro histórico de Quito.
Rocío Naranjo (61 años) lloró. Desde hace más de 20 años se dedica a comercializar productos en el portón de la casa N7-52, frente a la radio. “Desde que era niña siempre escuchaba la radio, crecí con ella”, manifestó al recordar programas como “La sorpresa de la 1”. “La Radio Tarqui era una alegría para el centro”, precisó. La mujer recuerda las múltiples ocasiones que pisó la estación para conocer a artistas como los Hermanos Miño-Naranjo, así como las anécdotas que hubo, como, cuando una vez se cayó el escenario en fiestas de Quito.
Julio Álvarez tiene una librería en la esquina de la calle Espejo. Dijo que la radio fue su “inspiración” en el apoyo a los artistas. Con ese ejemplo fundó la Casa del Artista, en donde todos los sábados apoya a artistas nacionales. El programa que más recordará es “La sorpresa de la 1”, en donde recordó que el maestro Juanito, Gustavo Herdoiza, fundador de la estación y que murió en junio de este año, movió a Quito con sus ocurrencias. “Qué venga la persona que está vestida de negro, premíamos a la persona que tiene la moneda más antigua”, recordó Álvarez que locutaba Herdoíza y con ese llamado cientos de quiteños llegaban a la emisora.
Santiago Mantilla, propietario del calzado Mantilla, diagonal a la radio, estuvo esperando hoy por la programación. La noticia de que no sonará más le conmovió, pues contó que ayer se encontró con Hernán Herdoíza y no le anticipó nada. “Ha cumplido su misión con el pueblo”, dijo sobre la labor de la emisora. Contó que fue amigo del “Maestro Juanito”, a quien calificó como un “valuarte”, así como a todos los periodistas. “Me harán falta”, suspiró.
Cerca del mediodía de este viernes, el equipo de la Radio Tarqui pisó por última vez el escenario principal. Allí frente a las sillas vacías estuvieron quienes compartieron historias y noticias con los quiteños. En la memoria de muchos quedará el famoso estribillo: "Taaaaaarquiiiiiiiiii", que era identificatorio de la emisora. Las luces se apagaron. El apagón llegó a la Radio Tarqui. (I)