Para la aplicación de conductas evasivas o elusivas, con frecuencia contribuye la propia ley cuando abunda en vacíos, ambigüedades y escudos fiscales. Recordemos que los escudos fiscales generan porosidad en el sistema tributario, y dejan puertas abiertas para que –con o sin la presencia de la esencia económica o financiera ni la razón jurídica, los contribuyentes disminuyan la carga tributaria. Los escudos fiscales afectan al estado de resultados disminuyendo contablemente la utilidad gravable, por lo tanto, bajando el impuesto.

La depreciación, los gastos financieros y los gastos derivados de la venta de activos fijos interesan sobremanera para los efectos tributarios. Su presencia puede atentar contra la eficiencia económica y social y ser perversa con la equidad (horizontal, sobre todo).

Además, impide la eficacia de la política fiscal y tributaria en términos de asignación y redistribución. La cultura tributaria orientada a la construcción de ciudadanía fiscal aporta de manera fundamental al cambio de conducta de los ciudadanos-contribuyentes.

La tributación, entendida
desde la solidaridad (no caridad ni filantropía)
tiene un poder extraordinario y silencioso. ¿Qué justificación ética y legal tiene la evasión?La conciencia ciudadana tiene que empoderarse de la necesidad ineludible del pago de impuestos como la única vía para garantizar la justicia social y el desarrollo colectivo.

Los impuestos, aplicados con criterio de equidad, progresividad y suficiencia, son el arma más poderosa para el desarrollo y la paz. Solamente con una política tributaria y fiscal redistributiva se puede promover y dinamizar el desarrollo humano y superar las iniquidades económicas, sociales y territoriales.

Estado, gobierno y sociedad tienen la obligación de velar por el presente y futuro colectivos. La acción de todos los actores de la esfera de los emprendimientos privados tiene que ser responsable en lo social, ambiental, laboral y fiscal. Si esto demanda, como efectivamente ocurre, hay que llamar a las cosas por su nombre, alejarse de eufemismos inútiles y de recovecos lingüísticos.

Es indispensable el compromiso con la construcción de una sociedad de paz y convencerse de que aquello se puede construir sin un gramo de pólvora.

La tributación, entendida desde la solidaridad (no caridad ni filantropía) tiene un poder extraordinario y silencioso. Si esto es así: ¿Qué justificación ética y legal cabe a la evasión, a la elusión y a muchos de los escudos fiscales?

* Director General del Servicio de Rentas Internas (SRI)