El consumo para el Buen Vivir dará sus primeros pasos en el Ecuador, con la implementación de nuevas normas para etiquetar unos 45 mil productos que se venden en el mercado ecuatoriano. La medida busca guiar a los consumidores a la hora de adquirir un producto en el que deberá constar su composición detallada.

Los esfuerzos gubernamentales y de la empresa privada tienen un objetivo claro: mejorar la calidad de consumo de la población y con ello, reducir las alarmantes tasas de enfermedades como diabetes, sobrepeso y obesidad.

El Gobierno no quiso perder tiempo y ya expidió el Reglamento Sanitario de Etiquetado de Alimentos Procesados para el Consumo Humano (que tengan registro sanitario). El Ministerio de Salud expidió la norma el 15 de noviembre de este año, con el objetivo de regular y controlar el rotulado.

En ella se incluye a los alimentos naturales, procesados y bebidas energéticas. Además, se prohíbe el uso de imágenes reales o ficticias de personas o animales.

La política forma parte del proyecto de Agenda Regulatoria que trabaja la Secretaría Nacional de Desarrollo (Senplades), uno de cuyos ejes fundamentales es el consumo para el Buen Vivir. Es decir, mejorar los hábitos alimenticios de las personas, en respuesta a la problemática que enfrenta el país, de altos índices de obesidad, desnutrición infantil y enfermedades crónicas como la diabetes e hipertensión, que empezaron a reportar mayor prevalencia desde finales del siglo XX.

El Plan del Buen Vivir 2013-2017 propone el tema de la salud desde una mirada intersectorial que garantice condiciones de promoción y prevención de enfermedades, y que fortalezca las capacidades de la población para mejorar su calidad de vida. Contempla los hábitos, la universalización de servicios de salud, la consolidación de la salud intercultural, la salud sexual y reproductiva, los modos de alimentación y el fomento de la actividad física.

Dentro de ese contexto, el Gobierno también expedirá normativas complementarias para regular los alimentos que se expenden en los bares escolares y que afectan a la población más vulnerable, los niños. Se trata de todo un programa que irá acompañado de una campaña de información sobre el etiquetado, el incentivo al consumo de frutas y legumbres, a la actividad física para superar el sedentarismo, y al no consumo de alcohol y tabaco, este último causante de la muerte de 4 000 personas al año, según datos oficiales.

Además, el artículo 52 de la Constitución indica que las personas tienen derecho a disponer de bienes y servicios de óptima calidad y a elegirlos con libertad, así como a información precisa y no engañosa sobre su contenido y características.

“Estamos en un país libre, el que quiera fumar sabiendo que hace daño a los pulmones (que lo haga), es su responsabilidad, no se le va a prohibir, pero que sepa sobre los efectos nocivos para que pueda elegir”, manifestó el presidente Rafael Correa en el Enlace Sabatino 348.

Añadió que si “otros quieren comprar comida chatarra también es problema de ellos. Son libres de hacerse daño con la mala alimentación, pero el deber de un Estado y un Gobierno es informar”.

Para la ministra de Salud, Carina Vance, el etiquetado se enmarca en estándares internacionales y permitirá visualizar los contenidos de los productos: nutrientes, edulcorantes, grasa, calorías y sal. También se deberá informar si un producto es transgénico.

La información tendrá que ubicarse en la parte frontal de los productos. Para ilustrarla se eligió la figura de un semáforo, relacionando los colores con el contenido de azúcar, grasas y sal. Por ejemplo, el rojo señala alto contenido de azúcar; el amarillo, contenido medio de grasas; y, el verde, bajo en sal (ver gráfico 1).

El Gobierno calcula que más del 80% de los alimentos procesados que se venden tendrían etiquetas rojas, por la presencia de sustancias perjudiciales para la salud.

El ministro coordinador de Producción, Empleo y Competitividad, Richard Espinosa, aspira a que en todos los productos predomine el color verde. Aunque reconoce que hay que tomar en cuenta cuáles son los hábitos alimenticios de los ecuatorianos, insiste en la necesidad de mejorar la composición de nutrientes en los productos.

El Codex Alimentario
Los esfuerzos desplegados en el mundo para mejorar la calidad de los productos han llevado a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a establecer las normas del Codex Alimentario, que es un código manejado por la entidad y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Jorge Samaniego, oficial de Programas de la oficina de la FAO en Ecuador, explicó que el Codex es un código de recomendaciones sobre los nutrientes alimenticios. Esa información valiosa debería llegar al consumidor para que tenga conocimiento sobre el contenido de grasa, proteínas y carbohidratos, y sobre sus repercusiones en la salud, dijo.

El funcionario señaló que la política adoptada por Ecuador tiene relación con ese mecanismo y se ajusta a las recomendaciones de la FAO. “Lo que ha hecho el Ministerio de Salud, con el nuevo etiquetado, es simplificar la lectura, poniendo barras y colores que son fáciles de entender para cualquier consumidor”.
A escala mundial, en todos los países desarrollados se especifica la información nutricional en los productos de consumo; y, en las naciones en proceso de desarrollo, poco a poco se van incrementando este tipo de medidas, indicó Samaniego.

Estamos en un país libre, el que quiera fumar sabiendo que hace daño, es su responsabilidad, no se le va a prohibir, pero que sepa los efectos nocivos para que pueda elegir (...) Si otros quieren comprar comida chatarra también es problema de ellos’, dijo el presidente Rafael Correa en el Enlace Sabatino 348.

Los plazos para el etiquetado
En Ecuador, las empresas tienen hasta el 15 de mayo de 2014 para cumplir con el reglamento, que permite -mediante una transitoria- vender el stock existente con la actual etiqueta para el caso de las industrias grandes y medianas. Para las pequeñas, el plazo es de un año, según confirmó Espinosa.

El ministro explicó que cada vez que se hace un cambio de etiqueta es necesario obtener un nuevo registro sanitario. Este procedimento no tendrá ningún costo para los empresarios, por tratarse de una política pública, dijo. Ese sector expresó su preocupación por eventuales trabas burocráticas.

¿Qué dicen los industriales?
El debate sobre la normativa empezó en 2011 y contó con la participación activa de la industria de alimentos. En un comunicado, la Cámara de Industrias y Producción sostuvo que los empresarios propusieron establecer un sistema gráfico de información compuesto por los valores diarios de ingesta que cada persona debería mantener como parte de una dieta equilibrada.

“Lamentablemente, el Ministerio de Salud alejó el debate de dicha propuesta, buscando categorizar a los alimentos procesados como buenos o malos y, en ese marco, generar alertas en la población sobre su consumo”, indica el documento.

El gremio manifestó su preocupación sobre los 30 y 180 días que tarda la Agencia de Regulación y Control Sanitario para aprobar un cambio de registro sanitario y sugiere un esquema de aprobación automática.

Además, observa que el cambio de etiquetas a escala de la producción internacional puede ser altamente complejo debido a los volúmenes requeridos para atender el mercado ecuatoriano.

La Cámara reitera su intención de ayudar a que la normativa nacional “sirva plenamente para alcanzar los objetivos nacionales, sin que aquello implique generar condiciones adversas a la producción y comercialización de productos alimenticios”.

Al respecto, Antonio Quezada, gerente de Division Dyvenpro y director Corporativo del Grupo Difare, sostuvo que el etiquetado es información básica y positiva que debe tener el consumidor y que “muy pocos productores lo cumplen”.

Apuntó que es parte de la responsabilidad social empresarial apoyar a una campaña necesaria, como la que emprenderá el Ministerio de Salud.

Quezada indicó que los diseños de las etiquetas podrán ser cambiados dentro de los plazos establecidos por el Gobierno y restó importancia al costo de los rótulos o, eventualmente, de los empaques. “Si fuera el caso, es lo que menos incide en el precio del producto”.

Pero reconoció que sí es posible que algunos proveedores consideren que la nueva información podría reducir sus ventas. Quezada admitió la necesidad de promover cambios en los hábitos alimenticios para beneficio de la sociedad y “no por molestar a la industria o a los negocios de alimentación”.

En opinión del presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab), Christian Wahli, el Gobierno tomó una decisión que hay que cumplir, por lo que hay que empezar el proceso de etiquetado sin perder tiempo, debido a las escasas posibilidades logísticas que existen en el país.

“Nosotros representamos la pequeña porción de la agenda ecuatoriana, somos parte de este esfuerzo y con ello se abre un espacio para ir dialogando en la medida en que avance el programa”, enfatizó Wahli, al observar que la industria participó de manera apolítica en este proyecto de Gobierno, cuyos resultados “no son como los esperábamos, pero tampoco son malos y, hablar al momento de costos, ya no tiene ningún sentido”.

Wahli cree que la decisión del Gobierno obligará a los empresarios a mejorar sus industrias, pero se sumó a las preocupaciones sobre el registro sanitario.

“Cierto que no ha sido sencillo”, apuntó por su parte el ministro Richard Espinosa, pero dijo que se debatió con todas las empresas de manera técnica y profesional, aunque estos procesos “no pueden contentar al 100% de la gente”.

Salud y consumo
Los hábitos alimenticios determinan buena parte de la salud de la población. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), las principales causas de muerte en el Ecuador en 2010 y 2011 son la diabetes mellitus y las enfermedades hipertensivas, que están relacionadas con la dieta (ver gráfico 2).
Por otro lado, entre las 10 causas principales de morbilidad de la población ecuatoriana, están enfermedades como la diarrea y la gastroenteritis de presunto origen infeccioso, debido a la ingesta de alimentos mal preparados o que están caducados (ver gráfico 3).

Los niveles de sobrepeso y obesidad, enfermedades causadas por mala alimentación y sedentarismo, también preocupan a las autoridades.

En Ecuador, más del 60% de adultos padece sobrepeso u obesidad. En niños, niñas y jóvenes, la situación también debe prender las alertas (ver gráfico 4).

El Plan Nacional del Buen Vivir 2013-2017, destaca que apenas el 11% de la población realiza actividad física de manera habitual, el resto es sedentario.

A ese panorama hay que sumar la desnutrición por ingesta de alimentos con escasos niveles de proteínas y vitaminas.

Por otro lado, investigaciones del Ministerio del Deporte de 2012 señalan que el colegio es la instancia que más ha influido en los hábitos deportivos de la gente, con lo que se confirma la importancia de recuperar la educación física en los centros educativos. El Plan del Buen Vivir destaca al deporte como un agente promotor de la calidad de vida de la población.

Aun así, el gerente del Grupo Difare cree que el país necesita más de una generación para hacer cambios de vida y hábitos de consumo que sean perdurables. El Gobierno encamina hacia allá sus esfuerzos.