Ecuador tiene un gran potencial minero, todavía no explotado, y con el objetivo de aprovecharlo se creó en 2010 la Empresa Nacional Minera (Enami). Desde entonces, gracias a convenios con compañías estatales de Chile y Venezuela, la entidad ha avanzado en estudios ambientales y de exploración que permitan en el mediano plazo tener certeza de las reservas de hierro y cobre. También ha identificado nuevos proyectos que buscan socios.

Con ese objetivo, a finales de noviembre, el gerente general de la Enami, Santiago Yépez, acudió al evento más importante de la industria del cobre el ‘Asia Copper Week, Shangái 2013’, donde expuso los proyectos mineros del Ecuador para atraer inversiones. Tres empresas chinas se mostraron interesadas.

¿Cómo evalúa su viaje a China?

El balance de mi visita es bastante positivo, primero porque se le consideró a la Enami para participar en este tipo de eventos de una industria como la del cobre que se ha movido bastante bien. Los precios no han sido tan volátiles como los del oro. El cobre, tomado como materia prima, sigue manteniendo una demanda gigantesca a nivel mundial. China sigue siendo el mayor demandante de cobre en el mundo y ahí precisamente confluyen estas conversaciones.

En este foro, se hizo notar al mercado mundial del cobre que Ecuador es un destino atractivo, que tiene reservas de cobre sumamente importantes que no se pueden cuantificar todavía, pero sí podemos decir que solo se ha explorado el 5% del territorio nacional y con eso se encontraron proyectos de cobre de nivel mundial como Mirador, Panantza San Carlos y Llurimagua. Si exploraríamos lo que falta, el 95%, la posibilidad de encontrar proyectos de gran minería sería bastante real.

¿Qué proyectos se expusieron?

Indicamos el proyecto Llurimagua, ubicado en Imbabura, que lo estamos desarrollando con Codelco (estudios de prefactibilidad). Adicionalmente, presentamos 2 proyectos de cobre y molibdeno que creemos tienen mucho potencial que son Telimbela y El Torneado que están en Bolívar. Los resultados preliminares nos hacen pensar, con mucho ánimo, que tenemos proyectos de clase mundial.

¿Cuáles son las reservas?

Todavía no podemos hablar de cifras de reservas estimadas porque estamos en una fase de exploración inicial. Esperamos tener la licencia de exploración avanzada para empezar una etapa de perforación, pero los resultados que tenemos son bastante alentadores. Esperamos resultados para mediados o finales de 2014.

¿Cómo recibieron en China esos proyectos estratégicos de la Enami?

La idea del viaje a China fue vender los proyectos de la Enami para conseguir financiamiento y socios. Y en ese sentido, también tuve la oportunidad de visitar Beijing por invitación de la oficina comercial de Asia, liderada por el embajador Óscar Herrera, quien generó encuentros más puntuales con empresas. En ese marco, las compañías South American Iron and Steel, Poly Metals y Jinxing manifestaron su interés de desarrollar de inmediato proyectos de desarrollo conjuntamente con la Enami. Hay mucho interés por Tola Norte, ubicado en Esmeraldas, de arenas ferrotitaníferas. Tenemos un interés particular en ese proyecto porque nos permitirá colaborar con la estrategia del Gobierno del cambio de la matriz productiva, con la construcción, en el mediano plazo, de una planta siderúrgica para otorgar mayor valor agregado al mineral que vamos a producir y finalmente, esperamos con ansias llegar a un momento en que podamos sustituir las importaciones de hierro o de minerales de hierro.

Con el proyecto Tola Norte, sumado al de Mompiche, en manos de la Gran Nacional Minera Mariscal Sucre, que es una empresa ecuatoriano-venezolana, en la cual la Enami mantiene el 51% del capital, podríamos alimentar una planta siderúrgica para al menos 30 años.

EN BREVE 

Es doctor en Jurisprudencia por la Universidad Católica de Quito, con estudios en Ciencias Financieras y Derecho Internacional Privado. Fue presidente de la Cámara de Minería y gerente de la minera Monterra Resources.

¿En qué consiste el interés de las empresas chinas?

La idea era tender lazos con compañías que efectivamente estén interesadas en el desarrollo de proyectos en el Ecuador, una vez que hemos obtenido eso, las compañías extranjeras van a venir al país. La intención es tener conversaciones un poco más estrechas, revisar información en base a un acuerdo de confidencialidad y también, nosotros como empresa, determinar cuáles son las condiciones adecuadas para escoger a nuestro socio, qué calidad financiera, técnica, de personal, tiene. Debemos ser prolijos y responsables para decidir con quiénes vamos a desarrollar los proyectos.

¿Qué tipo de negocio se les propone?

La ley permite una abanico de probabilidades, una de ellas es la conformación de compañías de economía mixta en las que el Estado, la Enami, deberá tener al menos el 51% del capital accionario, pero también existen figuras innovadoras que pueden utilizarse como contratos de asociación o join venture; contratos EPCM, en los que se construyen facilidades, se administra y finalmente se entrega para el desarrollo a la Enami. La idea es buscar una figura de ganar-ganar, tomando en cuenta las leyes ecuatorianas, que dicen que el país tendrá al menos la misma participación económica que la empresa que explota.

¿Hay cierta idea de que las empresas chinas no son cuidadosas con el medio ambiente?

Me apenan mucho ciertos estereotipos. Se dice que las empresas chinas no tienen un manejo ambiental prolijo y, más allá de tildar a cualquier empresa por su nacionalidad, creo que existe una legislación ambiental bastante estricta que es una garantía para todos.

¿En qué estado se encuentran Llurimagua y Tola Norte?

Para Llurimagua tenemos firmados unos acuerdos binacionales con Codelco (Corporación Nacional del Cobre de Chile) que pueden avanzar hacia el desarrollo de una etapa de exploración y finalmente, llegado el momento, constituir una empresa de economía mixta. Ese proyecto tiene más o menos 10 mil metros de perforaciones, la idea es hacer 15 mil metros de perforación el próximo año, lo que nos permitirá delinear un depósito de cobre mucho más específico. Probablemente, a mediados de 2015 podremos constituir la compañía de economía mixta para afrontar un proceso de producción en el que el Estado tendrá la mayoría, el 51% de las acciones y de los beneficios.

En la zona donde está ubicado Llurimagua, específicamente en Íntag, hay cierta resistencia al proyecto.

Siempre ha habido cierta oposición, pero la Enami ha comunicado los beneficios de la minería, desmitificando ideas equivocadas sobre el desarrollo del sector minero como la contaminación del agua, la depredación del suelo, de los bosques, reforzando ideas como la participación de las comunidades en el trabajo indirecto, en transferencia de tecnología y sobre todo en la participación directa de las regalías que los proyectos dejarán. Las comunidades entienden que la minería es progreso, que una minería responsable con el medio ambiente es factible. Esas ideas han calado en las comunidades, pero lamentamos que haya posiciones mezquinas, que defienden intereses muy particulares y no se pueda dialogar.

¿En qué fase está proyecto que la Enami mantiene con Venezuela en Esmeraldas?

Mompiche ya ha obtenido la licencia ambiental para exploración avanzada de arenas ferrotitaníferas. Se harán exploraciones no muy profundas para determinar el contenido de hierro en las arenas y se espera que en un corto plazo, no más de 2 años, podamos iniciar la extracción de hierro.

¿Cuándo se tendrían cifras de reservas probadas?

Pienso que a finales de 2014 tendríamos ya una idea bastante cercana de la cantidad de hierro y titanio provenientes de Mompiche y Tola Norte para alimentar la planta.

¿Se habla mucho del potencial para el futuro, pero en este momento cuánto aporta la minería al desarrollo del Ecuador?

El aporte minero actual a la economía nacional, a través de impuestos y regalías, no supera el 2%, pero sí vale la pena indicar que no existe al momento un proyecto de gran minería que esté en operación. Entonces, el desafío es que esos proyectos entren en producción en el corto plazo y nos vayamos dando cuenta cómo se incrementará la participación del sector minero en el producto interno bruto (PIB). Además, está el tema del encadenamiento productivo. En Perú y Chile se habla de que por cada persona que trabaja en un proyecto minero al menos 9 laboran en actividades asociadas. La cantidad de mano de obra que vamos a tener y a requerir, la transferencia de tecnología y de conocimiento, son otro tipo de aportes. Nuestra idea es desarrollar una minería responsable, tecnificada, que mantenga altos estándares y que esté bajo el control del Estado. También queremos que nuestro medio ambiente esté lo mejor conservado posible, por lo tanto, generar procesos de remediación, de reforestación, actividad sin cianuro, sin mercurio.

Usted habla de la minería legal , pero ¿qué pasa con la ilegal?

Hay que rescatar lo que trajo la Ley de Minería: la criminalización de la actividad ilegal. Es necesario mano dura para erradicarla, pero también creemos que es fundamental ayudar a formalizarse a quienes, por desconocimiento o por falta de financiamiento, no pueden realizar una actividad formal. La Enami ha hecho esto en 2 proyectos sociales: Río Santiago (Esmeraldas, de oro) y Río Conguime (Zamora Chinchipe, de oro aluvial). Fomentamos que se agrupen asociaciones que trabajaban de manera ilegal, también tecnificamos a los mineros artesanales, les damos apoyo técnico, financiero, tributario y les enseñamos técnicas modernas que no necesariamente significan altos costos, pero que permiten erradicar el uso del mercurio, teniendo en cuenta los procesos de remediación ambiental al mismo tiempo que inician los procesos de producción.