El pensamiento económico de la Revolución Ciudadana no configura un paradigma en el sentido propuesto por Kuhn. Más bien, es el resultado de la confluencia de varias corrientes críticas a la ortodoxia neoliberal.

Se pueden identificar al menos las siguientes. La Economía Ecológica que contribuyó a propuestas como los derechos de la naturaleza, el impuesto Daly-Correa y el petróleo bajo tierra en el Yasuní-ITT.

La Economía Social que inspiró la definición del sistema económico social y solidario (en contraposición a la economía social de mercado), y de la economía y las finanzas populares y solidarias en la Constitución y en la ley respectiva. La Economía Feminista que influyó en el reconocimiento del trabajo familiar no remunerado en la Constitución y en la idea de que la transferencia monetaria del Bono de Desarrollo Humano era una retribución parcial al trabajo doméstico no remunerado de las madres de hogares pobres.

La Economía Post keynesiana indujo a que en la Constitución se elimine la autonomía del Banco Central y se defina la estabilidad económica como “el máximo nivel de producción y empleo sostenibles en el tiempo”, y a relievar la importancia de la demanda agregada, las políticas distributivas y redistributivas, y el Estado.

El impuesto a la salida de divisas para desestimular la salida de capitales se basa también en esta corriente.

La Teoría Monetaria Moderna inspiró la definición del mecanismo de inversión doméstica de los recursos del Banco Central.

El enfoque de capacidades y del desarrollo con libertad de Amartya Sen influyó en la orientación filosófica de los planes del Buen Vivir. También influenciaron las críticas de Joseph Stiglitz, economista neo keynesiano, al Consenso de Washington, al FMI y el Banco Mundial, y al fundamentalismo de mercado.

El enfoque de derechos contribuyó a fortalecer en la Constitución el “garantismo” y universalismo de los derechos a la educación, salud y seguridad social, así como a ampliar los derechos de las mujeres y los grupos de atención prioritaria y los derechos colectivos. Jubileo 2000 impulsó en el país la crítica a la deuda externa, que se expresaría en la auditoría a ésta y la recompra de los Bonos Global.

El estructuralismo latinoamericano y el pensamiento cepalino están presentes en las propuestas de sustitución de importaciones, desarrollo endógeno de capacidades tecnológicas, difusión del progreso técnico y cambio de la matriz productiva.

La Economía Política configuró la visión de la economía como un espacio de intereses y poderes en disputa e indujo a tomar medidas que favorecen al trabajo por sobre el capital como la eliminación de la tercerización laboral y la protección de los derechos de los trabajadores, especialmente la afiliación a la seguridad social.

También en este marco se planteó el biosocialismo y el socialismo del siglo XXI. No es una lista exhaustiva, pero muestra el carácter diverso y heterodoxo del pensamiento económico de la Revolución Ciudadana.