Consideraciones históricas sobre el uso de la tierra
Uno de los principales recursos que brinda la naturaleza a los seres humanos es la tierra, pues ahí crecen y se desarrollan las plantas, tanto silvestres como las que se cultivan para servir de alimento a los seres vivos. Ecuador, gracias a su privilegiada ubicación geográfica en la zona tropical del planeta, recibe la mayor cantidad de energía solar por unidad de superficie que, añadido a factores como la influencia de la cordillera de los Andes que proporciona una gran variedad de climas y condiciones naturales, hace que tenga ecosistemas con gran capacidad productiva.
El ecologista británico Norman Myers determinó que la región tropical de los Andes es uno de los principales “hotspots” ecológicos del mundo. El país presenta la biodiversidad por hectárea más alta de todos los países sudamericanos. El mapa bioclimático de Myers fue utilizado para elaborar el mapa ecológico de Ecuador, que muestra 25 zonas de vida.
El impacto de la creciente intervención humana sobre los ecosistemas naturales, en particular el efecto del crecimiento económico y demográfico a partir del pasado siglo, fueron relevantes en la transformación y orientación del uso de la tierra. La continua expansión de la actividad productiva no se ha dado sobre la base de la sustentabilidad, lo que descarta la distribución equitativa de la riqueza y el manejo adecuado de los recursos naturales y el medio ambiente. El suelo ecuatoriano ha sufrido una serie de transformaciones históricas, intensificadas con la llegada de los españoles. Colón, en su segundo viaje trajo consigo una serie de especies que incluían animales domésticos, como las yeguas, vacas, ovejas y cabras. Pero también vinieron plagas como las ratas, ratones, pulgas y piojos. Además, se trajo especies como el trigo, la cebada, legumbres europeas, caña de azúcar y algunas frutas.
Estas especies introducidas produjeron la explotación demográfica más grande de la historia, pues ocuparon nichos ecológicos vacíos y desplazaron a las especies nativas, por ser más competitivas. El ganado vacuno se reprodujo exitosamente, alimentándose de los grandes pastos naturales que había en algunas zonas del continente. En 1544 algunos ganaderos tenían hasta 150.000 cabezas que se duplicaban cada 15 meses. Todo esto causó el agotamiento de los pastos y suelos por el sobrepastoreo. Ya en la época de la Colonia, se generó una reorganización de las sociedades. Se simplificó el orden ecológico natural: se sembraban y utilizaban cada vez más plantas útiles y la lógica agrícola fue producir en función de la demanda de mercados externos, lo que acrecentó la presión de uso sobre los suelos con “aptitud agrícola”.
Posteriormente, vendrían las reformas borbónicas que coinvertían a los antiguos Virreinatos en colonias. En este período se intensifica el uso de la tierra hacia actividades agrícolas, a través de plantaciones tropicales como el cacao, el tabaco, el café, la caña de azúcar, con sus consecuentes impactos ambientales. Esos cultivos significaron la transformación de zonas boscosas en plantaciones agrícolas; se sobreexplotó la tierra, acompañada de una simplificación ecológica de los ecosistemas (una sola especie sustituyendo a bosques con alta biodiversidad).
Fue un hecho que atentó contra la seguridad alimentaria de las poblaciones locales, y de toda su forma de vida, forjando un desplazamiento de los agricultores tradicionales de sus tierras y la destrucción de los ecosistemas productivos. A su vez, se destruyen los bosques para abastecimiento de madera y leña que estaban al servicio de las plantaciones para exportación de los productos como fuente de energía. La Colonia significó para el Ecuador, la modificación del uso del suelo, el deterioro de los ecosistemas con potencial productivo y la pérdida de la biodiversidad.
Ya en la República, especialmente a finales del siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX, con el auge del liberalismo, se intensificaron las plantaciones agroindustriales. En distintos países de América Latina se cubrieron extensas áreas de plantaciones tropicales destinadas a la exportación. Tal fue el caso del cacao y el banano en Ecuador, del café en Centro América y de la caña y el tabaco en el Caribe. Durante la época republicana, la principal causa de transformación de los paísajes serranos fue la introducción del eucalipto por García Moreno. Su impacto fue tan fuerte que hoy parece que constituye una especie andina, cuya plantación se basa en el monocultivo.
Asimismo, miles de hectáreas de bosques se talaron, lo que dio lugar a un acelerado proceso de erosión y empobrecimiento del suelo y a la introducción de plagas agrícolas, que obligó a introducir insumos agrícolas importados. Hacia inicios de 1960, la frontera agrícola interna de las haciendas comenzaron a agotarse, principalmente en los valles de la Sierra norte más integrados al mercado. Al desaparecer las tierras disponibles sin cultivar, la única alternativa para aumentar la producción fue el aumento de la productividad por hectárea. Esto implicó la introducción de cambios tecnológicos, con menores requerimientos de mano de obra.
Finalmente, durante la segunda mitad del siglo XX, la ampliación de la frontera económica, en la que se incluyen principalmente actividades petroleras, agrícolas y de construcción vial, constituyó una de las razones fundamentales del deterioro de la cobertura natural. De esta breve descripción histórica, se observa que la tierra ha sufrido una serie de transformaciones en su uso con un fuerte impacto ambiental, a raíz de la especialización de la economía y la expansión socio- demográfica del país.