¿Cómo se expande la clase media en Latinoamérica?
Mientras Europa sufre una profunda crisis económica y Estados Unidos analiza la forma de regresar a un crecimiento generador de la mayor cantidad de empleos posibles, América Latina ha tenido un crecimiento económico bastante positivo a pesar de los efectos negativos de las economías periféricas de Europa y de EE. UU.
Latinoamérica en los últimos 10 años ha tenido tasas de crecimiento economico que contrastan totalmente con las obtenidas en la década de los años 80 y 90, consideradas décadas perdidas por el premio nobel de economía 2001, Joseph Stiglitz.
El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita creció a una tasa anual de 2,2% entre 2000 y 2010, y a un ritmo mayor a lo largo del periodo 2003-2009. A pesar de que estas tasas de crecimiento no alcanzan la magnitud de las del este de Asia, representan una mejora sustancial de las cifras de crecimiento en la región en comparación con el pasado: un
0,2% negativo en los años ochenta y un 1,2% positivo en los años noventa (Gráfico 1).
Las altas tasas de crecimiento y las políticas económicas emprendidas por los gobiernos progresistas de la región han permitido una clase media más extensa. El estudio del Banco Mundial (BM) titulado “La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina, Panorámica general” describe el auge de este estrato de la sociedad a lo largo de los últimos años y analiza el tamaño, las características y la composición de este fundamental grupo social.
El BM suele ubicar el umbral de pobreza moderada para la región en 4 dólares al día y el piso de la clase media en 10 dólares siendo su techo 50. Según el informe, entre 0 y 10 dólares se encuentra el 68% de la población (15 países, 500 millones de personas) donde el 30,5% vive en la pobreza (hasta 4 dólares) y el 37,5% vive entre la pobreza y la clase media (de 4 a 10 dólares).
Este último rango es identificado como un segmento vulnerable por correr el riesgo de caer (de nuevo) en la pobreza. Por encima del segmento vulnerable, cerca del 30% de la población de América Latina pertenece a la clase media (10–50 dólares al día) y aproximadamente un 2% pertenece la clase de ingresos superiores (que vive con más de 50 dólares al día) identificados como ricos, a cifras del 2009 (gráfico 2).
La clase vulnerable es la clase social más extendida en la región donde representa al 38% de la población. Mientras que la pobreza disminuía y la clase media aumentaba durante la última década, llegando cada una hasta cerca del 30% de la población, la gran mayoría de las familias en América Latina pertenecían a la clase de los vulnerables (gráfico 3). El informe resuelve en esta parte que “un continente donde los vulnerables constituyen el segmento más amplio de la población es mucho menos atractivo que un continente de clase media, pero es claramente mejor que un continente predominantemente pobre”. Es decir, el objetivo de los hacedores de la política económica es llevar a ese segmento, catalogado como vulnerable, a la clase media.
El alto crecimiento económico de la región y la menor desigualdad entre la población contribuyeron a la reducción de la pobreza y a la expansión de la clase media. El aumento del ingreso por habitante promedio jugó un rol mucho más importante, y a él se debe el 66% de la reducción de la pobreza y el 74% de la expansión de la clase media en los años 2000, mientras que el resto está relacionado con cambios en la desigualdad.Para las economías grandes de la región como Brasil y Argentina se observa la presencia de los efectos de la redistribución del ingreso en la expansión de la clase media, mientras que en países como Costa Rica y Ecuador, según el informe, se puede notar los resultados de la contribución del crecimiento (gráfico 4).
El documento también explica, mediante una medida de movilidad económica, el cambio direccional de los ingresos entre 1995 y el 2010. En 1995 los considerados pobres representaban el 45,7% de la población de la región. Al año 2010, de esa población, el 21% pasó al segmentos de los vulnerables y el 2,2% logro colocarse en la clase media mientras el restante siguió siendo pobre. Igualmente, el 33,4% de los habitantes de la región que eran vulnerables en 1995, el 18,2 pasó a ser clase media en el 2010. Esto demuestra la aportación realizada por cada factor (crecimiento y redistribución) a la difusión del estrato estudiado en el informe.
Una de las conclusiones centrales es la similitud en los años de escolarización de los cabezas de familia en la clase media, donde estos tienen más años que los pobres, pero menos que los ricos (gráfico 5). Con respecto a la cuantificación del segmento estudiado, el aumento es del 50%, es decir, de 103 millones de personas en 2003 a 152 millones en 2009.