China amplía su influencia en Latinoamérica
Poco a poco China se ha instalado en el escenario internacional como el actor que amenaza el poder hegemónico de Estados Unidos. Hace unas semanas la prensa destacó en sus titulares el hecho de que China se convirtió en la mayor potencia comercial del mundo, desplazando a los estadounidenses. Y esa situación se viene repitiendo a todos los niveles y en todas las regiones del planeta. Incluso, China está financiando hoy el tesoro de Estados Unidos. En sus manos está casi el 23% de la deuda estadounidense (de un total de $ 17 trillones).
En el caso de América Latina, el gigante asiático gana cada vez más espacio y se ha convertido en un socio fundamental para la región, tanto por el flujo comercial como por las inversiones y el financiamiento. Y en la otra vía, América Latina es clave para China en la provisión de recursos naturales, especialmente petróleo y cobre, destinados a consolidar el proyecto chino de construir grandes infraestructuras y desarrollar el país en base al consumo interno.
Aunque su economía se ha desacelerado, China sigue creciendo a tasas superiores al 7%, muy por encima del promedio mundial. Para 2014, la Cepal estima que la economía china crecerá 7,5% mientras la media mundial será 2,9%. Estados Unidos registraría una tasa de 2,6% y América Latina y el Caribe, 3,2%, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) estimó el año pasado que China se convertirá en la mayor economía del mundo en 2016, superando a Estados Unidos en términos de poder adquisitivo.
El panorama de una China fuerte, cada vez más presente en Latinoamérica, motivó la reciente decisión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de crear el Foro Celac-China.
Esta iniciativa surgió también a raíz de la presentación del estudio de la Cepal denominado Recursos Naturales: situación y tendencias para una agenda de desarrollo regional. En el documento, publicado en diciembre de 2013 y que fue presentado a los cancilleres de la Celac durante la reunión en La Habana hace unos días, describe “un escenario de mayor presencia e influencia china en la región”, al ser el destino de crecientes volúmenes de exportación de petróleo y materias primas.
En el estudio se menciona que el valor de las exportaciones de los sectores primarios de los países de la Celac mostró un “crecimiento inédito” desde 2003 debido al alza de los precios en el mercado mundial de metales, crudo y otros productos básicos. Los precios estuvieron empujados por el auge de la demanda internacional de bienes primarios (minerales, hidrocarburos, soja, etc.) y ese incremento de la demanda tiene su raíz en la “extraordinaria expansión económica de China y otras economías emergentes durante la última década”. La demanda de hierro, cobre, aluminio y otros minerales se asocia al crecimiento de sectores como la construcción, infraestructura y manufactura.
El comercio entre China y América Latina se multiplicó por 21 entre 2000 y 2012, y en pocos años China pasó de ser un socio menor a tornarse un actor central del comercio exterior de la región.
Desde 2012, los precios se han visto afectados por la desaceleración económica derivada de la crisis de la zona euro y el menor ritmo de crecimiento de China. Los costos han bajado alejándose de los niveles máximos, aunque todavía superan ampliamente los niveles medios de las últimas 3 décadas, según la Cepal.
Las exportaciones de Latinoamérica hacia China se concentran en bienes primarios (69%) y manufacturas basadas en recursos naturales (24%) con poca presencia de productos con valor agregado. De su lado, China exporta esencialmente, manufacturas de alta y media tecnología (gráfico 1).
Según otro estudio de la Cepal, denominado Promoción del comercio y la inversión con China, “el comercio bilateral se multiplicó por 21 entre 2000 y 2012, y en pocos años China ha pasado de ser un socio menor a tornarse en un actor central del comercio exterior de la región. Por su parte, China también ha reconocido la importancia creciente de sus vínculos con América Latina y el Caribe”.
En ese período, el intercambio comercial pasó de poco más de $ 12 mil millones a $ 250 mil millones. Las exportaciones se multiplicaron por 25 y las importaciones, por 18, aunque la región mantiene un “persistente y creciente déficit comercial con China”, indica la Cepal.
En el gráfico 2 es posible observar que en la mayoría de los países de Sudamérica, China escaló posiciones entre 2000 y 2012 hasta convertirse en el primer socio comercial de, por ejemplo, Brasil, Chile y Perú; y en el segundo socio de Colombia, Uruguay y Venezuela. En el caso de Ecuador, China pasó de ocupar el puesto 18 entre sus socios al 11 y hoy es el mayor acreedor como país. El 36% del total de la deuda externa ecuatoriana fue contraída con China (unos $ 4 633, 9 millones) mientras el 46,5% corresponde a deuda multilateral, según cifras del ministerio de Finanzas.
A escala regional, China se convirtió en el principal destino de minerales como el cobre y el hierro, cuya producción ha aumentado significativamente en América Latina.
En el caso de los hidrocarburos, la Cepal estima que “del 185% del incremento de los precios del crudo que se produjo en el período comprendido entre 2002 y 2007, el impulso de la demanda de petróleo por parte de China contribuyó en una proporción de entre un 10,8% y un 27,1%, lo que junto con los volúmenes más altos demandados contribuyó a un mayor intercambio comercial energético entre China y América Latina”.
El 48% de las exportaciones bolivianas y colombianas, el 53% de las ecuatorianas, el 65% de las trinitarias y el 81% de las venezolanas corresponden al sector de petróleo y gas natural, y han sido impulsadas por el auge de precios.
“Cuando la economía china crece demanda más y esta demanda se diversifica tanto en bienes como en servicios. China también va a invertir más en el exterior tanto para tener acceso a los insumos para su máquina productiva, como para impulsar la creación de empresas multinacionales chinas”, señaló Robert Devlin, subgerente del Departamento de Integración y Programas Regionales del del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en la revista del organismo que consultó a sus economistas sobre el fenómeno China.
Para Eduardo Lora, del Departamento de Investigación del BID, “América Latina se ha beneficiado y se va a seguir beneficiando del surgimiento de China porque implica una ampliación del comercio mundial y un motor del crecimiento”. Existe “una gran compatibilidad de intereses en lo comercial”, agregó. Y el crecimiento en lo económico hace prever consecuencias en lo geopolítico. Antoni Estevadeordal, economista principal de Comercio del BID, apunta que “históricamente, estos grandes procesos de revolución industrial y modernización económica van acompañados de hegemonía política mundial como ocurrió con Gran Bretaña, EE.UU.,Japón, y ahora, muy probablemente con China”. Parece ser solo cuestión de tiempo y América Latina lo sabe.