Alianza del Pacífico: nuevo ajedrez geopolítico
Sonrientes, cómodos y seguros, así se presentaron ante las cámaras, semanas atrás, los cuatro presidentes que conforman la Alianza del Pacífico, reunidos en Cali para celebrar su VII cumbre. Pero, detrás de esos acentuados rostros de alegría, ¿cuál es el común denominador que poseen México, Colombia, Perú y Chile?
Además de tener agendas de política económica que apuntan a una mayor apertura de sus mercados, los cuatro países mantienen Tratados de Libre Comercio (TLC) firmados con los Estados Unidos.
Como señala la analista Nancy Bravo de Ramsey: “En los ámbitos propios de uniones regionales se sabe que la Alianza del Pacífico fue conformada para debilitar las posibilidades de acción del Mercosur, hasta hace poco el único bloque comercial que existía en Sudamérica. Actualmente, frente a la presencia de otro ente, aparentemente con similares propósitos, elementos del Mercosur afirman que este bloque no ha logrado prosperar en un sistema de libre comercio, mientras que Chile, Colombia y México tienen mucha más experiencia en bloques de ese tipo, incluso con Estados Unidos, nación con la que han firmado acuerdos que están vigentes. Pero por otro lado, hay quienes sostienen -además- que la Alianza del Pacífico reúne a los representantes de los países más neoliberales de América Latina. La excepción es Ollanta Humala, también de izquierda, quien se ha visto pegado a la Alianza como una cuestión heredada de Alan García.” (Ver infografía ampliada)
El membrete -neoliberal- con el que se bautizó a la Alianza, se afianzó con el discurso de Juan Manuel Santos, cuando señaló que se debe “instalar el nuevo motor de la economía regional”, dejando atrás los acuerdos pre existentes. Fue en esa Cumbre, donde los mandatarios reiteraron la importancia de intensificar los flujos de comercio e inversión, y profundizar los lazos de cooperación entre los países miembros del Asia Pacífico.
El grupo tiene el propósito de avanzar en un proceso de negociación arancelaria, que se destina a cumplir las reglas del libre mercado, lo que pondría en juego las demandas sociales o las asimetrías económicas de los países involucrados. Una de las tareas por cumplir a un corto plazo es la liberación del 90% de los aranceles de una manera poca discriminada.
Para el analista Marcelo Fernández de Córdova, esta alianza no es “eventual”, sino que obedece a algo más grande: “Mantener una relación comercial con el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico”. “Además, señaló que “es otro intento de cooperación para crear un mercado más amplio integrado por los 21 países que pertenecen a la cuenca hidrográfica del pacífico, donde están los Estados Unidos, China y Japón; las tres economía más fuertes del mundo. Asimismo, “los países del Asia Pacífico representan el 46% del comercio global”, acotó Córdova.
Por su lado, el sociólogo Hernán Reyes, destacó que no es negativa ninguna forma de integración, y más aún si es comercial. La Alianza del Pacífico “se formó para dinamizar el comercio entre esos países, y de ellos con el resto del mundo, (...) y no dejan de ser meritorios estos acuerdos de tipo económico y comercial, que de alguna manera, se van superponiendo a otra serie de tratados comerciales, como los de libre comercio, que están en vigencia con EE.UU. o con Europa, o los tratados bilaterales con diferentes bloques comerciales y económicos”, enfatizó Reyes.
Ante esto, y como destaca Nancy Bravo de Ramsey, se presumiría “que la Alianza es un nuevo club neoliberal que, si bien, por un lado, parece interpretar las demandas sociales bajo el tenor de cerrar la brecha económica que existe entre los diversos sectores de los pueblos, por el otro nos permite presumir que la nueva estrategia de Estados Unidos -a través de los tratados comerciales- consiste en contener a China, que cada vez avanza más segura en su intención de ampliar sus mercados en el mundo.”
De acuerdo al ideólogo originario de la Alianza del Pacífico, Alan García, ex presidente de Perú, en su momento indicó que esta unión serviría para “profundizar la integración entre estas economías y definir acciones conjuntas para la vinculación comercial con Asia Pacífico, sobre la base de los acuerdos comerciales bilaterales existentes entre los Estados parte”.
Acciones que conllevan, según la Declaración de Lima, a “alentar la integración regional, así como un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías de sus países”. A la vez, existe el compromiso de “avanzar progresivamente hacia el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas”, destacó García.
Cifras del grupo económico
El nuevo grupo comercial actualmente se ubica como la octava economía en el mundo, pues cuenta con una población de 215 millones de habitantes y representa el 55% de las exportaciones latinoamericanas. Son datos que García fue enfático en exponer a sus detractores. “Esta no es una integración romántica o poética, es una integración realista ante el mundo y hacia el mundo”, enfatizó.
Por su parte, Santos, en la última cita de presidentes, recalcó que han trabajado para que “esta integración no sea retórica sino real, con resultados concretos, que lleguen a tener un impacto positivo en el bienestar social de los pueblos y en la generación de empleo formal para los ciudadanos de la Alianza”.
El nuevo bloque representa el 40% del Producto Interno Bruto (PIB) de América Latina y un mercado de 216 millones de consumidores. Por otra parte, el crecimiento de esos países ha sido sostenido. Por ejemplo, Perú durante 14 años consecutivos ha mantenido un crecimiento de alrededor del 6,5%, mientras Chile, en los últimos 12 años, alcanzó un promedio del 5,5%.
Los países que conforman la Alianza del Pacífico exportaron en conjunto cerca de 445 mil millones de dólares en 2010, casi 60% más que las exportaciones del Mercosur en el mismo año.
Este mayor flujo de exportaciones se da por su relación comercial con los Estados Unidos, con el cual los cuatro países mantienen un TLC. El primero en firmarlo fue México en 1994, seguido de Chile en 2004, Perú en 2009 y Colombia en 2012 (Ver gráfico 1). Aquello ha equilibrado positivamente la balanza comercial de esos países.
Algunos especialistas en el tema geopolítico señalan que la nueva estrategia de Estados Unidos con los TLC es contener a China, que demostró fuerza con una diplomacia activa a nivel global.
La visita del vicepresidente chino, Li Yuanchao, se sumó a una nueva del propio Xi Jinping que escogió América Latina en el marco de su primera visita oficial a Estados Unidos y su segunda gira internacional como presidente. La creciente inversión china en América Latina implica los sectores mineros y energéticos, pero se ha diversificado la infraestructura y con una abundancia financiera ha permitido a algunos países escapar de la hegemonía del Fondo Monetario Internacional para la capitalización.