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Lecturas de verano

Nieve en verano, por Natalia Enríquez; Sobre Nieve (Alfaguara, 2006), de Maxence Fermine

Nieve en verano, por Natalia Enríquez; Sobre Nieve (Alfaguara, 2006), de Maxence Fermine
11 de agosto de 2014 - 00:00

“La poesía no es un oficio. Es un pasatiempo. Un poema es agua que corre. Como este río. Yuko clavó la mirada en el agua silenciosa y huidiza. Luego se volvió hacia su padre y dijo:

-Es lo que quiero hacer. Quiero aprender a mirar cómo pasa el tiempo”

Es en el verano cuando la luz cae sobre las cosas con un brillo diferente, el de la levedad, el cielo es más azul que nunca, la nostalgia no pesa sino que impulsa, y la brisa fresca es el aire cotidiano. Este ánimo propicia una lectura que no se impone por contraste, sino por exceso, pues la luz llama a la luz.

“Durante el verano de 1884 Yuko escribió setenta y siete haikus”

Cuando el joven Yuko decide ser poeta, a contracorriente de las opciones tradicionales en su familia, el autor abre el pretexto para tejer alrededor de ese deseo un sentido, no únicamente, sobre el oficio de poeta y la poesía; sino en relación con el universo de lo cotidiano, con la pintura, la danza, el honor, el destino. Y con estos sentidos logra significar la nítida historia a partir de la armónica existencia de los personajes.

El relato va tomando el tono, el ritmo y el color de cada estación que transcurre mientras Yuko trabaja puntillosamente un poema sobre la nieve, su imponencia, su blancura abarcadora, son entre otras las cualidades que le interesa atrapar. Nieve recoge de manera sencilla, y por eso profunda, como si fuese un haiku las preocupaciones que laten en todas las historias: amor, muerte, vida, pasión.

“necesitará siete años para perfeccionar su arte”

El aprendizaje y la enseñanza recíprocos entre un anciano y un joven se ven atravesados por un hallazgo singular, una mujer, que une la historia entre el pasado del gran maestro Soseky y el futuro del talentoso Yuko. Este hallazgo sucede durante el viaje que emprende Yuko hacia el encuentro del anciano guiado por una recomendación del emperador para convertirse en verdadero poeta; y que marcará el final del relato cerrando el círculo místico abierto por Fermine.

En la historia resalta la claridad del lenguaje, tanto como si fuera un copo de nieve; la limpia descripción del paisaje japonés, el deslizamiento del relato en medio de las cualidades de la cultura nipona, como la importancia del silencio y el respeto por la disciplina. Fermine construye así imágenes que albergan belleza y sabiduría; logra que la fragilidad y la vitalidad que cohabitan cada instante, en la poesía y en la vida, tiemblen en la piel del lector. Funánbula la protagonista, la palabra y la vida.

Nieve, deja la huella de esa brisa, de esa levedad, del haiku, de la poesía, del paisaje  que se funden y pasan de ser una lectura de verano a ser un recuerdo inolvidable, un aquí y un ahora que vale mucho la pena repetir; cosa que hice para escribir esta nota acompañada de un té frío de toronjil, mientras se pone el sol.

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