Hoy, Lisandra Rivera, cineasta puertorriqueña afincada en el Ecuador, es la directora de la carrera de Cine de la Universidad de las Artes, en Guayaquil. En el ámbito cinematográfico ha sido, de forma exitosa, productora, documentalista y directora; es así que, hace pocas semanas, el filme La muerte de Jaime Roldós, dirigido por Rivera y Manolo Sarmiento, ganó el primer premio en el Festival de Cine Político de Buenos Aires. En este contexto, Rivera conversó con CARTÓN PIEDRA, para responder cuestiones generales sobre cine documental.

El documental, como género, ¿por qué es importante en el desarrollo de una cultura de la memoria?

Cuando se mira un evento, una persona, un hecho, o cuando nos miramos a nosotros es importante contextualizar. El cine captura y habla de un momento en el tiempo, y aun si revisamos eventos pasados o actuales, estos cuentan con una mirada y una fecha de construcción que queda establecida. Pasan entonces a ser parte del mapa de la memoria  de un país.

Cuando hablamos ya de su documental, ¿por qué esta búsqueda, precisamente de un tema tan hermético como el de la muerte del presidente Roldós? 

En la pregunta está la respuesta: para romper el largo silencio. Tenemos que hacernos  muchas preguntas y establecer hipótesis sobre lo que aconteció y lo que acontece también actualmente.  Esa es la misión de los que estamos en el ámbito de la creación, artes.

¿Por qué justamente elegir el género documental en vez de la ficción, que podría estar más cerca del público, para presentar este caso?

Nosotros hacemos cine documental así que relatamos la historia de Jaime Roldós desde donde sabemos hacerlo. Si hablamos de que la realidad es una ficción, y aun sabiendo que la ficción tiene casi siempre el afán de parecer ‘real’, entonces eso del género es casi una nomenclatura. Construimos un relato desde nuestro punto de vista y ¡la verdad es que bien puede ser una ficción para algunos! Entonces, la cercanía al público no creo que llegue a través de los géneros, sino, más bien, a través del relato. Jaime Roldós tocó una fibra de este país y su muerte, sin duda, dejó un vacío en lo político y lo emocional en un momento crucial de nuestra historia.

Si nos atenemos a que el documental es un tipo de muestra de la realidad, ¿no es todo documental una producción política?

Sí, creo que toda expresión artística independiente es política.

A pesar de que el documental es un reflejo de la realidad, de cualquier realidad, ¿cómo manejar los conceptos de objetividad y subjetividad, desde que se eligen las tomas, los planos, hasta la selección de los documentos, los testimonios, la edición?

El cine documental es una expresión artística de contenidos que suele ser un ejercicio de interpretación y reinterpretación de la realidad. No es un ejercicio objetivo.

Se ha dicho que el documental es meramente independiente, pues en general son visiones particulares que rara vez obtienen auspicios de grandes corporaciones, pero si obtuviesen algún apoyo, ¿no se perdería el espíritu del documental?

El cine independientes es eso: independiente de la posibilidad de comprometer expresiones y, por lo tanto, si estuviera condicionado por apoyo con intereses particulares, perdería toda su vocación. Esto es muy importante tenerlo en cuenta cuando se miran trabajos de cualquier parte del mundo. No es obvio, así que siempre hay que preguntarse: ¿cómo se financió esta película? Existen fondos concursables independientes hoy en día, lo cual contribuye a que el cine independiente siga haciéndose. Desafortunadamente, los apoyos concursables independientes siguen siendo mínimos en el Ecuador.

Frente a la taquilla de la ficción, ¿cuál sería el método de supervivencia del documental?

Hay muchas vías y métodos alternos a esa ‘supervivencia’ que llamas:  existen plataformas en la nube, redes de exhibición alternativas, redes dedicadas o académicas. Además, no creo que sea un tema solo del cine documental sino del cine independiente en general.  El cine expresivo —como me gusta llamarlo— tiene otras pretensiones más allá de una ‘supervivencia’ basada únicamente en la taquilla.