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Enrique Dussel, una invitación a pensar desde Latinoamérica

Enrique Dussel, una invitación a pensar desde Latinoamérica
28 de abril de 2013 - 00:00

Enrique Dussel irrumpe en nuestros días como un filósofo político que acompaña desde el pensamiento crítico, los vientos revolucionarios que soplan en Latinoamérica. La voluntad política de los gobiernos progresistas y soberanos de nuestra región nos ha permitido caminar sobre nuestros propios pies para alcanzar mejores días para nuestros pueblos, pero caminar no basta, hace falta pensar con nuestra propia cabeza, y justamente eso es lo que plantea Enrique Dussel con su Teoría Política de la Liberación, una invitación a pensar desde nosotros mismos, para alcanzar nuestra segunda y definitiva independencia.

Su propuesta es descolonizadora, contra el helenocentrismo y eurocentrismo de la filosofía política que se resiste a digerir paradigmas filosóficos propios de nuestras comunidades ancestrales indígenas, como es el Vivir Bien boliviano o el Buen Vivir ecuatoriano, que acompañan el desarrollo de nuestros pueblos desde una cosmovisión relacional armónica entre Estado, sociedad y naturaleza.

La desvalorización de lo nuestro ocurre porque el colonialismo y, posteriormente el imperialismo, impusieron una cultura hegemónica que en nombre del secularismo juzgó todo imaginario popular, categorizando a priori como folclor el pensamiento filosófico de nuestros pueblos originarios indígenas.

La recuperación de la identidad política de nuestros pueblos, implica una comprensión de la “política popular” y sus precursores que van desde Simón Bolívar, José Martí, José Carlos Mariátegui, Fidel Castro, Ernesto Ché Guevara y Salvador Allende, reviviendo el imaginario popular del Frente Sandinista de Liberación Nacional, hasta la resistencia histórica del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional en la voz poética del Subcomandante Marcos.

Para el profesor Dussel, la verdadera historia -contra relatos- de Latinoamérica está marcada por la opresión y exclusión de nuestros pueblos, que tienen en común un proyecto de liberación social y cultural desde la modernidad, por lo cual no existe mejor nombre para el pensamiento filosófico de nuestros procesos revolucionarios que “filosofía de la liberación”.

La academia europea y americana están estudiando nuestros procesos revolucionarios, la Constitución de Montecristi es considerada un texto neoconstitucional de avanzada que se debate en las escuelas de Derecho, igualmente el socialismo del siglo XXI es objeto de estudio en las escuelas de ciencias políticas de una Europa que, en el pasado, se preguntó si los indígenas son hombres o no.

La Teoría de la Liberación es un llamado a los intelectuales a desarrollar una teoría orgánica desde adentro de nuestros procesos políticos antineoliberales, se trata de que nuestros pensadores de la política rompan con las prácticas imitativas de pensamientos, y dejen para siempre de ser sencillos comentadores de obras escritas en algún cafetín francés, que no tienen nada que ver con nuestras realidades e instituciones.

Dussel ha puesto toda su inteligencia, voluntad y compromiso en construir una arquitectónica de la filosofía política de la liberación, desde nuestras coyunturas políticas y sociales, se trata, en palabras de Frei Betto, de poner la cabeza donde los pies pisan, no se puede hablar de izquierda latinoamericana sin pensar en nuestros oprimidos y cómo liberarlos.

Su pensamiento también replantea las concepciones del poder, fortaleciendo democracias modernas como la nuestra, que tratan de acelerar la transición de una democracia liberal de cada cuatro años, a una democracia permanente, directa, real y efectiva de la ciudadanía inmersa en asuntos de interés público, partiendo de la premisa de que el poder no solo se encuentra en el Estado, sino que también está en lo que pensamos, en las formas en las que nos relacionamos, en la manera en la que percibimos a nuestros semejantes, en nuestras identidades. En la política de la liberación, el poder, no es el poder de unos sobre otros, es el poder como verbo, es la capacidad que tiene el pueblo organizado para crear y desarrollar acciones para transformar su realidad. Como explica el subcomandante Marcos: “Es razón y voluntad de los hombres y mujeres buenos buscar y encontrar la manera mejor de gobernar y gobernarse, lo que es bueno para los demás, para todos es bueno. Pero que no se acallen las voces de los menos, sino que sigan en su lugar, esperando que el pensamiento y el corazón se hagan común (unánimes) en la voluntad de los más y parecer de los menos, así los pueblos de los hombres y las mujeres verdaderos crecen hacia adentro y se hacen grandes, y no hay fuerza de fuera que los rompa y lleve sus pasos a otros caminos”.

La Filosofía de la Liberación (1976) de Enrique Dussel es, sin dudas, un clásico, que conjuntamente con una estampita del comandante Guevara, no puede ni debe faltar en las mochilas de nuestros jóvenes pensadores, para pronto tener plumas jóvenes y revolucionarias que escriban los rumbos de nuestra Patria Grande Latinoamericana.

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