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COMUNA ENGABAO: esto es mi terreno, mío, este es mi suelo donde yo nací, por eso ando, sino ¿para qué voy andar estorbando por aquí?

COMUNA ENGABAO: esto es mi terreno, mío, este es mi suelo donde yo nací, por eso ando, sino ¿para qué voy andar estorbando por aquí?
19 de mayo de 2013 - 00:00

El concepto de hecho social total, en el cual se podrían atisbar elementos históricos, antropológicos, económicos o políticos, podría servir para entender el lugar epistémico que la autora del documental concede a Engabao. Así, esta comuna parece ser el paraje donde los sucesos de la vida ocurren en un flujo de intercambios bajo un halo consuetudinario que; sin embargo, trascurren a una velocidad distinta al tiempo de las metrópolis e, inclusive, de las ciudades intermedias. Para este trabajo, la materia prima es la verdad y honestidad, asimismo se advierte en la interacción e interpelación el cariño y la armonía que fraguó la autora con los espectadores-participantes oriundos de Engabao: la esencia no engaña. Para esta producción el presupuesto fue ínfimo y nuestra autora argentinagringoecuatoriana vivió en Engabao de febrero a julio de 2012, en marzo de 2013 volvió a exhibir un primer corte.

 

Si uno googlea la palabra Engabao, son múltiples las postales que se venden al decir que Playa de Puerto Engabao está ubicada al norte de Playas provincia de Guayas, a 110 Km de Guayaquil, y que es un verdadero paraíso tropical de la costa ecuatoriana, muy conocido por surfistas nacionales y extranjeros. ¿Sólo eso?

 

A forma de collage y práctica aleatoria, cito texturas, diálogos, pasajes, fragmentos, diversos materiales puestos en escena en el documental y demás. Voces. Límenes como en un sueño del cual uno despierta más obnubilado que de costumbre. A mí me pusieron huérfana en el mundo. Hay una disyuntiva entre las categorías de comuna o parroquia, el territorio comunal y colectivo se vuelve propiedad del cantón, no se paga impuestos, la tierra corresponde al linaje y a la ancestralidad, tus hijos son mis hijos. ¿Para qué va a ser parroquia? Las calles igual están destrozadas, el agua servida del alcantarillado quedó ahí. ¿Qué significa ahora en el mundo decir territorio colectivo? Una comuna ofrece posibilidades que quizá en otros países no existen. ¿Qué es una comuna? Cuando un pueblo pesquero se vuelve privado es solo para el turismo. Es necesario anteponer la palabra comuna antes de Engabao, las palabras nos marcan, son tizones y huellas indisolubles. Me importa saber qué sientes vos cuando veas la peli. Las palabras fluyen en un chorreo fulgurante. La gente recuerda la pelea de la comuna con los abusos del magnate Álvaro Noboa en los años ochenta, se quería robar Engabao, ya estaban listos los alambrados, las estacas, las pistolas, daban tiros al aire. No sabían cómo ganarse el terreno, metían presa a la gente. Léxicos. Eso fue una victoria, sino estaríamos invadidos de cualquier cristianito. No nos hemos dejado aplastar por la gallardía y valentía de las personas que se han parado tieso. Para entrar en Engabao, siempre se lo hace por Playas, en el futuro por la Ruta del Sol. Oxímoron: comuna versus el lindero privado de las bananeras Noboa. Engranajes. Es un pueblo de 4.000 personas, pero es grande para ser comuna. La idiosincrasia no es una moneda. ¿Cuántos lugares en Ecuador pueden ser turísticos?

 

Indicios. Criarse sin zapatos, entonces comprendí que eso era la pobreza. Traíamos la pesca al hombro. Hago una cordial invitación para ver mañana esta historia titulada Comuna Engabao. El pueblo se componía de unas cincuenta casas. El trabajo principal que hacíamos era tejer sombreros, también fuimos carboneros, de eso se vivía. Ahora pescamos. Qué pescado había antes, yo fluía entre balsas. Estamos muy agradecidos compañera Libertad. Antes a la escuela la señorita venía tres meses para repasar las consonantes, ahora van a poner las vocales para que pronuncien palabras, pero no terminé la primaria. Una profesora para seis grados, por suerte eso ha cambiado. Límites. Historias tristes, epifanías de lo complicado que significa pagar para vivir —a pesar del lugar común— y todo para venir a estancarse en esto: humano, demasiado humano. No había para carne, comíamos gallinita, un caldo, una sopa. Zoom, el rostro de Julio se detuvo en el asombro. Testigos del crecimiento de Engabao. Zarpazos, parece que fue ayer. Ni modo, qué duro el matrimonio, ya me metí en eso, antes que el alba engañe hay que salir a pescar, mi mujer ya está embarazada, después coger leñita, montar el burro y vámonos. Puertas. ¿Por qué razón me abandonaste sin ninguna compasión?, no entiendo qué mal te hice para que te fueras dejándome sola con mi gran dolor. Espero que en la película también se hable de la ganadería porque eso es importante. Agradecería a la productora que a través del documental los gobiernos hagan eco de que Engabao también existe y que merecemos un lugar donde se aplique el Buen Vivir.

 

Hay un sutil ejercicio de inferencias que propone la autora, en apariencia no efectúa una denuncia ni apunta a una diana específica, pero la herida es larga, simplemente muestra la realidad, así crudita y sin tapujos, sin decoración ni pirotecnia verbal. Quizá eso sea lesivo, la crudeza de la realidad: la espina más honda, la que más duele. Lo mejor es la realidad. Al duro. La tomas tal como está en la calle. La agarras con las dos manos y, si tienes fuerza, la levantas y la dejas caer sobre la página en blanco. Y ya. Es fácil. Sin retoques. Esa es la sincera preocupación por develar la historia de Engabao. Los emotivos testimonios de tres comuneros fundadores que miran hacia atrás —la niñez es el lugar donde todo ocurre y para siempre— recuerdan no solo su vida, sino además cómo se creó y creció la comuna. Es tan lejos pedir. Tan cerca saber que no hay.

 

Ventanas. Celebrados instantes cuando la autora invita por altoparlante a la proyección del documental que se llevará a cabo el domingo a las 8pm en el parque central para ver qué se hizo con todo el material filmado. Musiquita para avivar la verbena —un pasillo eso es evidente—. Un segundo mágico donde se desempolva el lomo del libro de actas de la comuna. Umbrales. Quién no quisiera tener la suerte de un solterito para reír y gozar tomando un buen traguito, por eso le digo a usted, a ustedes que están jovencitos, juéguense con el amor y gocen otro poquito. El pañuelo que me diste, le hice cuatro pedazos y el consuelo que yo tengo es dormir en tus brazos. Libertad me está haciendo recordar muchos tiempos, tomando nos dábamos refrán, ya nosotros hemos perdido esto. Señora Libertad le felicito porque no mucha gente se preocupa por saber de nosotros, yo no escucho que por este sector aledaño hayan hecho historia.

 

El poder simbólico radica en los retratos de los personajes principales, su asombro al advertir que fueron captados en cámara y el rubor de verse proyectados en una pantalla. Flashes conmovedores de gente humilde, sincera, su reacción, el pudor en el bolsillo, diálogos lacónicos y sin ambages. El profundo proceso de cavilación para dilucidar cuándo sucedió todo en la comuna Engabao conlleva una carga estética para el deleite y trastoque de toda fibra íntima: estertor, trizadura y hondonada. Presenciamos un prodigioso e inclaudicable work in progress de un documental que se alimenta con las sugerencias de sus propios protagonistas, la cuerda podría ser ad infinítum, de esta forma seguir retroalimentándose para saber qué opina el prójimo, mi enemigo, mi hermano. Un claro ejemplo de proyecto para lograr una verdadera democracia participativa.

 

En ese sentido, la autora exhibe un otro país: anacrónico, atemporal, lejano, ¿fuera de qué historia? ¿Existe noción de cambio como privilegio de la sucesión temporal? Un país invisibilizado por los desequilibrios en el proceso de desarrollo social y económico del Estado ecuatoriano. La hendidura del lodo en las calles del domingo, qué difícil es todo cuando se acercan las despedidas. Uno de los logros mayores está en la forma de proyectar la situación actual de Engabao con la narración de los personajes para saber cómo era antes y cómo es ahora. Bajo esa lógica de realidad latente y paralela, Gills en un pavoneo de técnica y virtud cinéfila, nos propone dos pantallas paralelas: una que invita al ojo a observar las coordenadas vivenciales de la comuna Engabao (en un montaje que selecciona varios momentos donde se afirma la identidad cultural del pueblo), y otra donde la cámara revisita el pueblo meses después para recibir la opinión de la gente (en un ejercicio de convergencia y de contraste). Al final, en un alcanzado plano de una carretera, un hombre aprovisionado de un cultivo vegetal pedalea una bicicleta y se acerca a la cámara. Se fusiona la misma imagen con la proyección estelar en el parque central. Metadocumental, reflexión de la imagen sobre la imagen, images thats what I eat.

 

Trabajo que zigzaguea entre lo antropológico y experimental, como un museo etnográfico enfocado en prácticas de transformaciones sociales. Documental perpetuo, cebollita-galimatías, podríamos decirlo, es un proceso, no es que se acaba y listo. Siempre que Gills regrese a Engabao habrá algo nuevo que filmar. ¿Qué le falta al documental?, indican que todavía falta por recopilar. Seguro nunca alcanza para decir todo lo que se quiere decir. Y claro, está el rédito inmaterial de la fraternidad con los comuneros. En la proyección varios niños se acercaron a comparar una copia del documental, quizá una tercera parte de este proceso será cuando la autora vuelva a vender el dvd a 1 dólar, un dolor.

 

Gills quizá no es consciente de la belleza que logró en su documental. Mejor así. Cuando uno no puede hablar de belleza, es suficiente con su evidencia. A veces solo es posible rozar la colita de la palabra belleza ya que es ese proyecto del que en el fondo nadie habla, del que no conviene hablar porque nadie lo volvió asequible, nadie lo alcanzó, como el Coyote al Correcaminos. Every step is moving me up, one moment there, one tiny, tiny move, Its all I need and I jump over, this is how we walk on the moon.

 

 

FICHA TÉCNICA

 

 

Cine Foro: Comuna Engabao

 

Video instalación en doble pantalla, color, sonido, 37 minutos, 2013.

 

Concepto, investigación y realización: Libertad Gills Arana

 

Imagen: Libertad Gills Arana, Ludovic Pronko, Jóse Franco Vicuña

 

Sonido: Ludovic Pronko, Libertad Gills Arana, Christian Proaño

 

Dibujos: creados por los niños y niñas de Engabao durante la residencia artística Franja Arte-Comunidad, octubre 2011.

 

Cámara adicional: Javier Lazo

 

Edición: Libertad Gills Arana

 

Post-producción: Jóse Franco Vicuña

 

Producción: Copilote Films, con el apoyo del Premio Nuevo Mariano Aguilera 2012, y la Beca de Investigación de Flacso-Ecuador. Segmento animado hecho con el apoyo de Franja Arte-Comunidad.

 

Productora: Libertad Gills Arana

 

Afiche original: Ana Fernández

 

 

DATOS

 

 

El video Cine Foro: Comuna Engabao estará en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito hasta el 19 de junio 2013. 

 

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