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Ecuador, 30 de Enero de 2025
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Arsénico por compasión, otra forma de leer

Un libro. Imágenes. Muchas, muchísimas referencias. Leer o no leer, he ahí la alternativa, saltar de una referencia a otra mientras la fábula sigue su camino, a toda costa. 

Ir a cada referencia, en un texto impreso, puede resultar agotador. “Debe haber otra forma de leer esto...”, piensa el lector. Ve en su mente una pantalla de televisión en la que pueda conjugar todas las imágenes, las escenas propuestas, ir y venir entre las múltiples referencias al cine. Acaso sea posible. Hay, de hecho, una nueva forma de leer.

Arsénico por compasión, de Luis Monteros Arregui, es el primer libro interactivo, multimedia, hecho en Ecuador, a propósito de su contenido.

Manuela Carcelén, editora de A los cuatro vientos, la empresa que decidió editar —en medio de un trabajo de un año, titánico—, la versión digital de esta obra, explica el porqué de hacer una publicación con estas características: “Cuando nos llegó el libro del ‘Lucho’, por sus características específicas, decidimos hacer dos versiones, la impresa y la digital. En la digital, una vez descargado el e-book, tienes todas las referencias en el texto, ya no necesitas Internet. Si quieres, puedes pasar por alto las referencias, pero ahí las tienes también”.

He aquí un texto que fluye por dos vertientes distintas, existe la trama y, paralelamente, es posible contar con las referencias.

¿A quién se le ocurre escribir así? A un escritor que está creando un personaje apasionado por el cine, dice Monteros, quien es además guionista, escritor y corrector de estilo. Él mismo dice que la novela fue concebida como un pre guion cinematográfico, los capítulos de la obra, cortos, cumplen la función de secuencias en un largometraje. En ese entonces, la novela no contaba con las referencias, era un texto llano, hasta que algunos lectores le recomendaron a Monteros la inclusión de las pistas, para no perderse en el mundo alucinado del protagonista.

El personaje principal de la obra, Tomás, se desenvuelve en medio de un discurso monomaniaco que él teje alrededor de sus obsesiones, de su frustración al comparar su vida con lo que ocurre en las pantallas. El personaje habla de cine, vive como en una película. Y tuvo su debut casi cinematográfico, pues la presentación del libro se realizó a usanza de los grandes eventos de Hollywood, con una campaña publicitaria previa y hasta un tráiler que presentaba la historia de Tomás como una película romántica.

El mundo del cine se trasladó, en cierta forma, al mundo real. ¿Cómo emprender una lectura así?
La idea de los realizadores era que el lector no solo pudiera acercarse a una idea de lo que el autor quería decir, al comparar escenas, al aludir a personajes, etc., sino que estuviese en la posibilidad de visualizar de forma exacta a qué hace referencia el autor en cada pasaje. Es decir, el lector accede, de cierta manera, a la mente del autor, a su universo alucinado con mil escenas de cine, montadas todas en una historia paralela que sirve como columna vertebral a su propia obra.

Por lo menos veinte personas trabajaron en la producción de este libro —diseñadores gráficos, programadores, editores, un comunicador online—, de forma voluntaria y gratuita o por canje, y cuya edición salió de lo tradicional. Gracias a este trabajo exhaustivo del equipo de edición, el lector puede acceder a cada referencia a través de tres pequeños íconos —texto, imagen y video— que le indican al lector con qué tipo de referencia va a encontrarse, desde textos explicativos a fotogramas y a secuencias específicas, escenas que han sido seleccionadas para cumplir su rol de exactitud dentro del texto, de la fábula del libro.

“No le puedes pedir al lector, dice Montero, que haya visto todas las películas que el protagonista menciona o a las que se hace alusión en el libro o que recuerde exactamente la escena de The Fight Club de la que estás hablando”. Para eso están las referencias.

Era necesaria, pues, esta mediación, construir un puente entre el discurso cinéfilo y el pobre lector, que en algún momento se encontraría perdido en un mundo ficcional dentro de la ficción.

Es posible descargar Arsénico por compasión para dispositivos IOS desde la página de la editorial o la web del libro, a un cómodo precio.

Las opciones de lectura, pues, están ahí: hay una versión impresa, que cuenta con todas las referencias, a modo de anexo, al final del libro. Y está la versión digital de la obra, que se cuenta como el primer libro interactivo en nuestro país, es decir, que puede ser manipulado por el lector en su propio dispositivo.

Este año, si acceden a los recursos necesarios, los realizadores planean hacer una edición impresa, tradicional, sin las referencias.

Para ese entonces, ya será otro cuento, otro texto.

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