Ariruma Kowii: La épica sobreviviente
“Pues nuestra poesía ha renunciado al ensueño y la soledad para hacerse solidaridad y amor. Ya no es lo que fue antes: éxtasis y evasión. Ahora es pasión y compromiso con el mundo en que estamos vivos, aterrados, con los pies en la tierra, a punto de estallar, y responsables de la palabra y del destino del mundo.
Sí, monjes y poetas: tenemos que ser profundamente heroicos y morales, y no podemos eludir esta misión. Pues en esta época que es la apoteosis del terror, la indiferencia y el desprecio no nos harán inmunes a la culpa, pues en esta querella del hombre contra la oscuridad, contra la fatalidad atómica, contra toda forma moral y física de opresión, el silencio del poeta será un crimen, y su poesía “incontaminada” afilará, aunque no lo quiera la cuchilla del verdugo contra la víctima, y en última instancia, bendecirá la culpa.”
Carta de un poeta Nadaísta a un poeta Tzántzico
Gonzalo Arango
Como hace algunos años solamente...
Cuando hace algunos miles de años Gilgamesh comenzaba sus aventuras junto con Enkidu y estas aventuras se plasmaban en unas tablillas de barro, el escriba nunca imaginó que su escritura cuneiforme inauguraría la poesía épica. En esos tiempos la ayuda se le pedía a los dioses para acabar con la injusticia y los abusos de poder. Nada cambió como hubieran pensado los pobladores de Uruk. Pero nosotros, después de tanto tiempo, agradecemos el conocer y leer la Epopeya de Gilgamesh.
Algunos críticos aseguran que la poesía épica, contraria a la poesía lírica, evolucionó en la narrativa, mientras que otros críticos se refieren a ella como la base de la poesía panfletaria o poesía social.
Los símbolos, las leyendas, mitos y las religiones siempre han estado presentes en los cambios políticos y sociales de todos los pueblos del mundo.
La poesía, ese arte demasiado humano, ha vivido dentro de las vísceras de cada uno de los movimientos revolucionarios: guerras, revueltas, guerras civiles, guerrillas, cismas religiosos o simples cambios sociales, culturales o artísticos. La poesía y los poetas han compartido cada uno de esos quiebres históricos; unas veces con más fortuna que otras, y Ecuador no ha quedado al margen de esta dulce compañía de los poetas en sus cambios como sociedad.
El poeta Ariruma Kowii es un fiel y claro ejemplo de que la palabra poética va como compañía y a veces como generadora de esos cambios.
Kowii nace un 4 de agosto de 1961 en Otavalo, Imbabura y con él nace una forma distinta de ver y entender la poesía en Ecuador.
En todos los países latinoamericanos se ha tenido en el olvido o en el desprecio a la poesía escrita en idiomas indígenas. Existe un marcado racismo y desconocimiento por parte de autoridades como por parte de lectores y falta de interés hasta por escritores y poetas de estos mismos países.
Afortunadamente esto comienza a cambiar, a darle un giro al destino artístico y ya voces como las de Ariruma se escuchan seriamente y con el gusto de compartir territorios geográficos como poéticos.
Ariruma Kowii publica su primer poemario en 1988, Mutsuktsurini, poemas escritos en su totalidad en Kichwa, como una forma de resistencia poética, social y humana, marcando así un camino a seguir con una propuesta estética por una educación multicultural en el Ecuador.
Durante el levantamiento indígena del Inti Raymi de 1990, los versos de Ariruma estuvieron acompañando el movimiento sin que fuera necesario que esos versos estuvieran firmados por Kowii para que ello ocurriera; él sabe que sus versos tienen esa función social y que en muchos casos sirven para crear conciencia en quien los lea o en quien los escuche:
Por nuestra
tierra
aquí estamos,
carajo.
Por nuestros
pueblos
aquí estamos,
carajo.
Poemas para construir el futuro
Como si de alguna manera se abriera el diálogo entre el poeta español Celaya con su verso La poesía es un arma cargada de futuro y los versos del poemario Tsaitsik / poemas para construir el futuro de Ariruma. Como si estos versos penetraran en lo más hondo de la tierra indígena ecuatoriana y desde aquí, motivaran a otras voces indígenas de América, a través de los poemas escritos en forma de Haylli, en los que se perciben desde los ecos prehispánicos hasta las necesidades del cambio social y poético del ahora.
Veinticinco poemas, el título del poema es el número, y todo el poemario es bilingüe, entre dos ríos navega la mirada del lector: el kichwa y el castellano. Aquí en el territorio de la hoja en blanco no hay guerra ni protagonismo por ninguna de las dos voces que lo conjuntan. Aquí la unión es la propuesta estética dirigida a motivar una lucha social basada en la conciencia y el canto del júbilo o del triunfo sobre la ignorancia y los atavismos coloniales, que se tienen que romper del todo:
Y porque la palabra,
el canto, la danza
han brotado de los wakas
los runas
en cualquier tiempo que
estén
no deben tener miedo
de seguir siendo: Raíz,
tronco, flor,
fruto
deben cantar con fuerza
en cualquier
lugar
la palabra, el canto,
debe fundir
las murallas que se
interpongan
para que la vida siga
siempre presente!...
Los versos que invitan a seguir con la palabra en la conciencia y derribar todo aquello que se interponga en el avance de la propuesta a un mejor mundo o una mejor vida. En los poemas de Ariruma Kowii siempre habita la esperanza, pero no la esperanza del mártir o del sacrificio, no, habita la esperanza que se encuentra en el ser que trabaja para cambiar las cosas y que sugiere no perder la memoria ancestral y no olvidar.
Todo poeta parte de su cosmogonía y Ariruma parte de la cosmogonía del mundo andino. En muchas ocasiones me he enfrentado a poetas y escritores que critican de mala fe y con mala voluntad el campo semántico utilizado por los poetas en idiomas indígenas. Creen que ya es un exceso el que los poetas (llamados indígenas) sean de un campo semántico limitado y que ya desde hace muchos años está desgastado y sin luz. Hablar del canto, la música, la tierra, el sol, la luna, el cosmos, los héroes y dioses ancestrales, la naturaleza y en este caso el cóndor, ya no ofrece ninguna visión nueva o construcción poética renovadora. Pero opino lo contrario, el canto se nutre de la repetición como en el rezo. Entre más se repita una palabra mayor es su poder energético. Un mantra, un rezo, una oración, un murmullo repetido constantemente, no solo es un poema. Es una gran visión protectora de todo aquello que pueda dañar un mundo que constantemente necesita manifestarse y estar en constante resistencia para que de esta forma no sea destruido ni olvidado.
Poema 3
Kanpaj, ñukapaj
ñukanchijkunapaj
juyashka llajtaman.
Nuestro pueblo
es como una inmensa flor
que brilla como el sol
en el día
que brilla como la luna
en la noche.
Sisa shunku, sisa allpa
sisa panpa, sisa pajcha
sisa sara, sisa asua
sisa warmi, sisa runa
sisa puncha, sisa tuta
tukuipachamari kanki.
Los enemigos de la vida
tienen el rostro de las
espinas
ellos, abren heridas
profundas
a la sagrada piel de la vida
heridas que manchan
nuestros caminos
heridas que hacen
marchitar
el pun pun de las
palpitaciones.
El canto es puro, el ritmo, la musicalidad y en el caso de no saber kichwa, seguir el consejo de Borges: leerlo con la música que tienen los versos aun sin entender el significado. Pero al leer los versos en español nos podemos dar una idea en el espíritu de lo que Ariruma Kowii nos canta a la conciencia.
Los gestores de la poesía occidental o mestiza son muy crueles. Cada año en todos nuestros países de América se editan gruesas antologías de poetas. Y en verdad son muy pocas o ninguna la antología que reúne a poetas mestizos y a los mal denominados poetas indígenas. Repito: se editan, en algunos países de América, más de cuatro libros al año que dicen antologar o recopilar a poetas mexicanos, peruanos, ecuatorianos, etcétera, pero en casi ninguna de ellas o más bien en ninguna de estas antologías nacionales se ven seleccionados poetas en idiomas indígenas.
Aquí veo dos grandes problemas que habríamos de solucionar de una vez a estas alturas del tiempo y de los movimientos sociales de nuestros países. Para ello, habría que anular de una vez por todas esa división gentilmente racista entre poetas mestizos (sin llamarlos así), y poetas indígenas, (es mercadotecnia folclórica llamarlos todavía de esa forma). Con decir simplemente poetas de tal o cuál país creo que sería suficiente y justo.
Un amigo poeta tsotsil de los altos de Chiapas, se atrevió a pedir la beca para jóvenes creadores que da el Conaculta en México. Y le dijeron que él no podía participar, aunque cumplía con todos los requisitos de la convocatoria, diciéndole de una manera hipócritamente amable que “ellos, indígenas”, ya tenían sus propias becas y que por eso no podía aplicar a esa convocatoria.
Esto, a parte de ser un daño moral y una ofensa humana, es contrario a toda naturaleza creativa. Uno es Poeta y ya está, seas de donde seas y hables el idioma que hables. Pero así son las cosas que, afortunadamente, comienzan a cambiar.
Y el otro problema a solucionar es que cuando un antólogo de cualquier país del continente americano comience a compilar poetas, incluya junto con todos los demás poetas mestizos los poemas de poetas (ocuparé en ese sentido lo de poetas indígenas) en otros idiomas del país antologado.
A algunos poetas les parecerá innecesaria esta medida, y otros la tomarán como una exageración y hasta una ofensa o de plano una medida ridícula y pasarán sin hacerle caso. Pero creo que ya estamos a buen tiempo de cambiar la historia de la poesía y la vida de los poetas en nuestros países.
Cuando Ariruma Kowii escribe el subtítulo de Poemas para construir el futuro, está sugiriendo que tomando al pie de la letra sus cantos, podemos lograr construir el futuro:
Que los cuatro horizontes
vuelvan a unirse, formen
un solo
cuerpo
Que ni cielo ni tierra esté
dividido
Que todos los caminemos por un mismo
camino
Que la tierra, el maíz
vuelva a nacer, crecer,
madurar
en el seno
de nuestras manos.
Que todos se beneficien
de los frutos
que brotan de nuestra
generosa
allpa mama
Que ningún pueblo
por más fuerte, poderoso
que sea
se adueñe de la voluntad
el destino, la vida de otro
pueblo
Que todos luchemos
siempre
por la LIBERTAD!
Algunos pensarán que es demasiado idealizado o utópico lo que el poeta pide y señala. Y claro que las utopías se hacen en el cuerpo mismo de la utopía. “Comienza a pensar el mundo diferente y lo cambiarás”, decía en algún tiempo un poeta surrealista. La realidad es cambiable siempre y cuando alguien comience a sugerir hacia dónde ir, y qué mejor que escuchar y saber del lugar de donde se viene para saber mejor al lugar a donde se quiere llegar.
Las diferencias son mínimas en lo esencial, y solo lo superficial va de acuerdo a nuestra propia voluntad. Es mucho pedir, talvez, pero si no se pide todo, nunca se tendrá nada.
Afortunadamente varios poetas ecuatorianos han escuchado y han entendido el mensaje y logran una excelente simbiosis entre los poetas kichwas y los poetas mestizos. También publicaciones que poco a poco se abren camino entre la ignorancia y los prejuicios van teniendo presencia. El futuro es hoy, ya se sabe, y esto sí está cambiando. Lento, es verdad, pero por fortuna se está poniendo en práctica en varios lugares.
Ariruma Kowii es un poeta que con vida y su poesía encarna lo que yo llamo la épica sobreviviente.
Poema 19
CANTO A MÍ MISMO
Yo puedo hacer de la esencia
la raíz, la pulpa, el nervio
de mi vida
un árbol frondoso, lleno
de flores
colores, frutos
Yo puedo hacer de mí, todo!
De mí, nada!
Yo puedo vendar sus ojos
ponerle sancadillas y hacer
que caiga de bruces,
se hunda
se pierda!
En el mismo precipicio de la
nada!
Ñuka, ñuka kauasaiwanka
ñukapaj sapi kausaiwan
imatapash shinanatami
ushani
sisayuj, fankajuy, wayuyuj
kiruta shinanata munajpika
shinaymanllami.
Ñuka kanawanka
imatapash
shinanata ushaymanllami
urmachinata munajpi
chinkachinata munajpi
tukuita shinachijmanllami.