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Ecuador, 26 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Ariruma Kowii: La épica sobreviviente

“Pues nuestra poesía ha renunciado al ensueño y la soledad para hacerse solidaridad y amor. Ya no es lo que fue antes: éxtasis y evasión. Ahora es pasión y compromiso con el mundo en que estamos vivos, aterrados, con los pies en la tierra, a punto de estallar, y responsables de la palabra y del destino del mundo.

 

Sí, monjes y poetas: tenemos que ser profundamente heroicos y morales, y no podemos eludir esta misión. Pues en esta época que es la apoteosis del terror, la indiferencia y el desprecio no nos harán inmunes a la culpa, pues en esta querella del hombre contra la oscuridad, contra la fatalidad atómica, contra toda forma moral y física de opresión, el silencio del poeta será un crimen, y su poesía “incontaminada” afilará, aunque no lo quiera la cuchilla del verdugo contra la víctima, y en última instancia, bendecirá la culpa.”

 

Carta de un poeta Nadaísta a un poeta Tzántzico

 

Gonzalo Arango

 

Como hace algunos años solamente...

 

Cuando hace algunos miles de años Gilgamesh comenzaba sus aventuras junto con Enkidu y estas aventuras se plasmaban en unas tablillas de barro, el escriba nunca imaginó que su escritura cuneiforme inauguraría la poesía épica. En esos tiempos la ayuda se le pedía a los dioses para acabar con la injusticia y los abusos de poder. Nada cambió como hubieran pensado los pobladores de Uruk. Pero nosotros, después de tanto tiempo, agradecemos el conocer y leer la Epopeya de Gilgamesh.

 

Algunos críticos aseguran que la poesía épica, contraria a la poesía lírica, evolucionó en la narrativa, mientras que otros críticos se refieren a ella como la base de la poesía panfletaria o poesía social.

 

Los símbolos, las leyendas, mitos y las religiones siempre han estado presentes en los cambios políticos y sociales de todos los pueblos del mundo.

 

La poesía, ese arte demasiado humano, ha vivido dentro de las vísceras de cada uno de los movimientos revolucionarios: guerras, revueltas, guerras civiles, guerrillas, cismas religiosos o simples cambios sociales, culturales o artísticos. La poesía y los poetas han compartido cada uno de esos quiebres históricos; unas veces con más fortuna que otras, y Ecuador no ha quedado al margen de esta dulce compañía de los poetas en sus cambios como sociedad.

 

El poeta Ariruma Kowii es un fiel y claro ejemplo de que la palabra poética va como compañía y a veces como generadora de esos cambios.

 

Kowii nace un 4 de agosto de 1961 en Otavalo, Imbabura y con él nace una forma distinta de ver y entender la poesía en Ecuador.

 

En todos los países latinoamericanos se ha tenido en el olvido o en el desprecio a la poesía escrita en idiomas indígenas. Existe un marcado racismo y desconocimiento por parte de autoridades como por parte de lectores y falta de interés hasta por escritores y poetas de estos mismos países.

 

Afortunadamente esto comienza a cambiar, a darle un giro al destino artístico y ya voces como las de Ariruma se escuchan seriamente y con el gusto de compartir territorios geográficos como poéticos.

 

Ariruma Kowii publica su primer poemario en 1988, Mutsuktsurini, poemas escritos en su totalidad en Kichwa, como una forma de resistencia poética, social y humana, marcando así un camino a seguir con una propuesta estética por una educación multicultural en el Ecuador.

 

Durante el levantamiento indígena del Inti Raymi de 1990, los versos de Ariruma estuvieron acompañando el movimiento sin que fuera necesario que esos versos estuvieran firmados por Kowii para que ello ocurriera; él sabe que sus versos tienen esa función social y que en muchos casos sirven para crear conciencia en quien los lea o en quien los escuche:

 

Por nuestra

tierra

aquí estamos,

carajo.

 

Por nuestros

pueblos

aquí estamos,

carajo.

Poemas para construir el futuro

 

Como si de alguna manera se abriera el diálogo entre el poeta español Celaya con su verso La poesía es un arma cargada de futuro y los versos del poemario Tsaitsik / poemas para construir el futuro de Ariruma. Como si estos versos penetraran en lo más hondo de la tierra indígena ecuatoriana y desde aquí, motivaran a otras voces indígenas de América, a través de los poemas escritos en forma de Haylli, en los que se perciben desde los ecos prehispánicos hasta las necesidades del cambio social y poético del ahora.

 

Veinticinco poemas, el título del poema es el número, y todo el poemario es bilingüe, entre dos ríos navega la mirada del lector: el kichwa y el castellano. Aquí en el territorio de la hoja en blanco no hay guerra ni protagonismo por ninguna de las dos voces que lo conjuntan. Aquí la unión es la propuesta estética dirigida a motivar una lucha social basada en la conciencia y el canto del júbilo o del triunfo sobre la ignorancia y los atavismos coloniales, que se tienen que romper del todo:

 

Y porque la palabra,

el canto, la danza

han brotado de los wakas

los runas

en cualquier tiempo que

     estén

no deben tener miedo

de seguir siendo: Raíz,

     tronco, flor,

fruto

deben cantar con fuerza

en cualquier

lugar

la palabra, el canto,

debe fundir

las murallas que se

     interpongan

para que la vida siga

     siempre presente!...

 

Los versos que invitan a seguir con la palabra en la conciencia y derribar todo aquello que se interponga en el avance de la propuesta a un mejor mundo o una mejor vida. En los poemas de Ariruma Kowii siempre habita la esperanza, pero no la esperanza del mártir o del sacrificio, no, habita la esperanza que se encuentra en el ser que trabaja para cambiar las cosas y que sugiere no perder la memoria ancestral y no olvidar.

 

Todo poeta parte de su cosmogonía y Ariruma parte de la cosmogonía del mundo andino. En muchas ocasiones me he enfrentado a poetas y escritores que critican de mala fe y con mala voluntad el campo semántico utilizado por los poetas en idiomas indígenas. Creen que ya es un exceso el que los poetas (llamados indígenas) sean de un campo semántico limitado y que ya desde hace muchos años está desgastado y sin luz. Hablar del canto, la música, la tierra, el sol, la luna, el cosmos, los héroes y dioses ancestrales, la naturaleza y en este caso el cóndor, ya no ofrece ninguna visión nueva o construcción poética renovadora. Pero opino lo contrario, el canto se nutre de la repetición como en el rezo. Entre más se repita una palabra mayor es su poder energético. Un mantra, un rezo, una oración, un murmullo repetido constantemente, no solo es un poema. Es una gran visión protectora de todo aquello que pueda dañar un mundo que constantemente necesita manifestarse y estar en constante resistencia para que de esta forma no sea destruido ni olvidado.

 

Poema 3

 

Kanpaj, ñukapaj

ñukanchijkunapaj

juyashka llajtaman.

 

Nuestro pueblo

es como una inmensa flor

que brilla como el sol

en el día

que brilla como la luna

en la noche.

 

Sisa shunku, sisa allpa

sisa panpa, sisa pajcha

sisa sara, sisa asua

sisa warmi, sisa runa

sisa puncha, sisa tuta

tukuipachamari kanki.

 

Los enemigos de la vida

tienen el rostro de las

     espinas

ellos, abren heridas

profundas

a la sagrada piel de la vida

heridas que manchan

nuestros caminos

heridas que hacen

     marchitar

el pun pun de las

palpitaciones.

 

El canto es puro, el ritmo, la musicalidad y en el caso de no saber kichwa, seguir el consejo de Borges: leerlo con la música que tienen los versos aun sin entender el significado. Pero al leer los versos en español nos podemos dar una idea en el espíritu de lo que Ariruma Kowii nos canta a la conciencia.

 

Los gestores de la poesía occidental o mestiza son muy crueles. Cada año en todos nuestros países de América se editan gruesas antologías de poetas. Y en verdad son muy pocas o ninguna la antología que reúne a poetas mestizos y a los mal denominados poetas indígenas. Repito: se editan, en algunos países de América, más de cuatro libros al año que dicen antologar o recopilar a poetas mexicanos, peruanos, ecuatorianos, etcétera, pero en casi ninguna de ellas o más bien en ninguna de estas antologías nacionales se ven seleccionados poetas en idiomas indígenas.

 

Aquí veo dos grandes problemas que habríamos de solucionar de una vez a estas alturas del tiempo y de los movimientos sociales de nuestros países. Para ello, habría que anular de una vez por todas esa división gentilmente racista entre poetas mestizos (sin llamarlos así), y poetas indígenas, (es mercadotecnia folclórica llamarlos todavía de esa forma). Con decir simplemente poetas de tal o cuál país creo que sería suficiente y justo.

 

Un amigo poeta tsotsil de los altos de Chiapas, se atrevió a pedir la beca para jóvenes creadores que da el Conaculta en México. Y le dijeron que él no podía participar, aunque cumplía con todos los requisitos de la convocatoria, diciéndole de una manera hipócritamente amable que “ellos, indígenas”, ya tenían sus propias becas y que por eso no podía aplicar a esa convocatoria.

 

Esto, a parte de ser un daño moral y una ofensa humana, es contrario a toda naturaleza creativa. Uno es Poeta y ya está, seas de donde seas y hables el idioma que hables. Pero así son las cosas que, afortunadamente, comienzan a cambiar.

 

Y el otro problema a solucionar es que cuando un antólogo de cualquier país del continente americano comience a compilar poetas, incluya junto con todos los demás poetas mestizos los poemas de poetas (ocuparé en ese sentido lo de poetas indígenas) en otros idiomas del país antologado.

 

A algunos poetas les parecerá innecesaria esta medida, y otros la tomarán como una exageración y hasta una ofensa o de plano una medida ridícula y pasarán sin hacerle caso. Pero creo que ya estamos a buen tiempo de cambiar la historia de la poesía y la vida de los poetas en nuestros países.

 

Cuando Ariruma Kowii escribe el subtítulo de Poemas para construir el futuro, está sugiriendo que tomando al pie de la letra sus cantos, podemos lograr construir el futuro:

 

Que los cuatro horizontes

vuelvan a unirse, formen

    un solo

cuerpo

Que ni cielo ni tierra esté

dividido

Que todos los caminemos por un mismo

camino

Que la tierra, el maíz

vuelva a nacer, crecer,

     madurar

en el seno

de nuestras manos.

 

Que todos se beneficien

     de los frutos

que brotan de nuestra

     generosa

allpa mama

Que ningún pueblo

por más fuerte, poderoso

que sea

se adueñe de la voluntad

el destino, la vida de otro

pueblo

Que todos luchemos

siempre

por la LIBERTAD!

 

Algunos pensarán que es demasiado idealizado o utópico lo que el poeta pide y señala. Y claro que las utopías se hacen en el cuerpo mismo de la utopía. “Comienza a pensar el mundo diferente y lo cambiarás”, decía en algún tiempo un poeta surrealista. La realidad es cambiable siempre y cuando alguien comience a sugerir hacia dónde ir, y qué mejor que escuchar y saber del lugar de donde se viene para saber mejor al lugar a donde se quiere llegar.

 

Las diferencias son mínimas en lo esencial, y solo lo superficial va de acuerdo a nuestra propia voluntad. Es mucho pedir, talvez, pero si no se pide todo, nunca se tendrá nada.

 

Afortunadamente varios poetas ecuatorianos han escuchado y han entendido el mensaje y logran una excelente simbiosis entre los poetas kichwas y los poetas mestizos. También publicaciones que poco a poco se abren camino entre la ignorancia y los prejuicios van teniendo presencia. El futuro es hoy, ya se sabe, y esto sí está cambiando. Lento, es verdad, pero por fortuna se está poniendo en práctica en varios lugares.

 

Ariruma Kowii es un poeta que con vida y su poesía encarna lo que yo llamo la épica sobreviviente.

 

Poema 19

 

CANTO A MÍ MISMO

 

Yo puedo hacer de la esencia

la raíz, la pulpa, el nervio

de mi vida

un árbol frondoso, lleno

     de flores

colores, frutos

Yo puedo hacer de mí, todo!

De mí, nada!

Yo puedo vendar sus ojos

ponerle sancadillas y hacer

que caiga de bruces,

     se hunda

se pierda!

En el mismo precipicio de la

nada!

 

Ñuka, ñuka kauasaiwanka

ñukapaj sapi kausaiwan

imatapash shinanatami

     ushani

sisayuj, fankajuy, wayuyuj

kiruta shinanata munajpika

shinaymanllami.

Ñuka kanawanka

imatapash

shinanata ushaymanllami

urmachinata munajpi

chinkachinata munajpi

tukuita shinachijmanllami.

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