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Los sabores que encantan a los ambateños (Galería)

2.	En el Café La Fuente, los turistas, locales y extranjeros, pueden disfrutar del café pasado. Este negocio fue inaugurado en 1976. Fotos: José Chávez
2. En el Café La Fuente, los turistas, locales y extranjeros, pueden disfrutar del café pasado. Este negocio fue inaugurado en 1976. Fotos: José Chávez
27 de julio de 2014 - 00:00

Para conocer una ciudad, hay que probar su comida, aquella que se prepara en los negocios urbanos, donde las recetas se transmiten de generación en generación. Ambato es una ciudad rica en sabores. Conócelos.

Las tortillas de Ingahurco

En uno de los barrios más antiguos y conocidos de Ambato, Ingahurco, hay un rincón gastronómico donde los amantes de la comida tradicional pueden degustar un plato que ha formado parte de la dieta de varias generaciones. Es el comedor María Genoveva, donde la especialidad son las tortillas de maíz, combinadas con queso, cebolla blanca y cocidas en un tiesto de barro.

Este pequeño local de 3 m x 2 m, cubierto por paredes de madera y ubicado a un costado de la avenida Las Américas, vía que conecta la Universidad Técnica de Ambato (UTA) con el centro de la ciudad y con la Panamericana Norte, tiene más de 180 años de historia.

María Genoveva forma parte de la tercera generación que prepara este plato. “Mi abuela fue la fundadora del local hace por lo menos 180 años, cuando este barrio estaba rodeado de matorrales, árboles de eucalipto. La avenida principal no existía, por lo menos como la conocemos ahora”.

Por la cercanía a la terminal ferroviaria, los viajeros se acercaban al local para comprar un real de tortillas, lo que en este tiempo equivalía a un dólar”, cuenta la propietaria del comedor.

En la actualidad, por este valor se puede adquirir 5 tortillas, que pueden ir acompañadas con porciones de chochos con tostado y la infaltable chicha, todo por $ 2. El comedor está ubicado en una casa particular. Entre los clientes más frecuentes hay concejales, funcionarios públicos y universitarios.

La bebida espumosa que proviene de Suiza

“Quien no ha probado el ponche suizo en Ambato, o no nació aquí, o es un mal ambateño”. Así de radical es Vicente Jarrín, ambateño de 80 años, cliente frecuente del Ponche Suizo, ubicado en las calles Sucre y Montalvo, en pleno centro de la ciudad. Para este ambateño, este negocio es un referente en la cultura gastronómica de esta ciudad.

Esta bebida de consistencia espumosa, color amarillo y sabor dulzón, proviene de Europa, pero fue incorporado en las recetas ambateñas, gracias al fallecido empresario pillareño Serafín Viera, quien consiguió que un chef suizo le compartiera la receta. “Cuando mi padre llegó de Suiza nos reunió a todos los hijos, y nos dijo que nos iba a sorprender con un postre. Tenía 11 años y a todos nos encantó el sabor. Mi padre se emocionó y dijo que la venta del ponche sería su mejor negocio”, relata Rebeca Viera.

Hace 64 años, durante la primera Fiesta de la Fruta y de las Flores, el ponche se repartió entre los asistentes y causó sensación. Sus hijos heredaron el secreto de la preparación del ponche, una bebida que también se convirtió en un vínculo familiar, pues los hermanos Viera mantienen la tradición y administran el negocio.

El costo del vaso es de $ 1 y puede ir acompañado por pasteles, galletas o barquillos.

Rosquillas en la Casa del Portal

En la remozada Casa del Portal, está la Carreta de las Rosquillas, donde hay una gran variedad de pan, empanadas, postres, roscas y pasteles.

El pan que se prepara en este local es horneado a leña, sin levadura y con manteca vegetal.

Por cerca de 65 años, don Fausto, un ambateño que dedicó su vida a la elaboración de pan artesanal, cautivó el paladar de quienes visitan su local.

Gabriel Muñoz, funcionario público, advierte que lo mejor para comer a media mañana, era la rosquilla de don Fausto, quien falleció hace un mes, después de convertirse en uno de los personajes más conocidos de la ciudad. “A la rosquilla le acompañábamos con yogur, horchata, avena o jugo de naranja”.

Café La Fuente

Uno de los lugares ideales para disfrutar de una buena taza de este grano molido es el Café La Fuente. Ubicado en una casa antigua, en la esquina de las calles Bolívar y Lalama, este lugar es un referente para muchos ambateños.

En este sitio se puede disfrutar del típico café pasado. El local fue inaugurado en 1976 y, desde entonces, se ha convertido en uno de los pocos lugares en la ciudad donde es posible disfrutar de una taza de café con humitas, arepas o pan ambateño. Con el transcurso del tiempo, el local ha incorporado otras opciones: desayunos continentales, secos de carne y de pollo, cebiche de chochos, batidos de banana, frutilla, tomate y babaco.

Llapingachos con chorizo y huevo

Es un plato típico ambateño. Algunos lo acompañan con chorizo, salsa de maní, lechuga, encurtido de cebolla roja con tomate, aguacate y un huevo, por lo regular, frito. El mercado de la ciudad, es la ‘hueca’ más conocida para probar el clásico llapingacho, pero, sobre todo, en el comedor de Mariana Jiménez.

A este local, situado en la esquina norte del mercado, llegan alrededor de 120 personas al día. Nunca han faltado los comensales desde que se inauguró después del terremoto de 1949. “Mi madre abrió este comedor que lleva por nombre Rinconcito de las Delicias en 1950, cuando era jovencita y dedicó su vida a la preparación de este plato. Por más sencillo que parezca, tiene su receta original sin la cual no tiene ese gustito”. Desde que comenzó a funcionar, el restaurante ha recibido alcaldes, concejales y artistas de la provincia de Tungurahua. Aunque existen más locales donde se prepara esta tradicional tortilla, el más concurrido es el de doña Mariana, quien no tiene reparo en reconocer que fue nombrada la madrina y abanderada del mercado.

Los hot dogs de Don Mario

En la esquina de las calles Sucre y Martínez, un grupo de estudiantes universitarios y funcionarios públicos vestidos con traje y corbata, esperan la llegada de un furgón que tiene la forma de un hot dog. El vehículo pertenecía a don Mario quien, un buen día, compró un chasís Mitsubishi y creó un furgón. Al abrir las ventas, se convirtió en un quiosco.

Aunque el hot dog es el más solicitado, también prepara papas fritas y hamburguesas.  

Laurita Narváez, la actual dueña del negocio, explica que cada día se expenden alrededor de 200 perros calientes. “Mi padre, quien falleció hace un par de años, fue el pionero de los locales de comida rápida que hay en la ciudad”. A los comensales que cada tarde y noche se acercan al vehículo no les importa comer de pie. “El hot dog se come mejor así”, comenta uno de los clientes.

La atención comienza a las 18:00 y concluye pasada la media noche.

Gallinas de Pinllo

El auténtico sabor de las gallinas de Pinllo está en Ambato. Hace 60 años, aparecieron los primeros locales especializados en preparar la gallina asada, acompañada con diferentes guarniciones: papas enteras, arroz, ensaladas y pastas.

Mariana Córdoba, propietaria del restaurante Gallinas Asadas, manifiesta que esta actividad nació a raíz del despunte avícola de la zona.

“A principios de los años cincuenta, en Pinllo se empezaron a instalar planteles avícolas. La crianza de gallinas creció y se empezó a buscar una opción gastronómica a estas aves.

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