Los premios ITV son -nadie lo duda- una buena intención algo añeja ya, vintage diríamos para ser más generosos, de un buen hombre que a su vez fue un excelente productor que con mano dura manejó un canal, hace un buen tiempo ya. Recuerdo con afecto a Alfredo, porque fue el primero en darme un protagónico en una comedia televisiva, que gracias al cielo nunca vio la luz. Yo tenía 16 escasos años y varias décadas después mi madre aún ignora el personaje que interpreté (con poco talento para la comedia y muchas ganas de devorarme al planeta, ¡tenía 16 años nada más!) en esa comedia que fue guardada en algún cajón de un escritorio que el tiempo embodegó. Me queda claro que no fue culpa de Alfredo, ni del canal sino de mis escasos dotes actorales ( ... ).

Por eso, cuestionar los ITV me resulta complicado, escribo y ‘delete’, escribo de nuevo, me levanto de la silla y borro. Respiro... escojo las palabras y los términos. Procuro, sin suerte, ser gracioso para dorar la píldora. Trato de decir que el instituto en mención hace rato que no causa bulla con las estatuillas, que en realidad es una especie de mini letrero de vidrio. Tienen 20 años haciendo casi que la misma aburrida producción. Ningún canal transmite la gala. Y no hay mucho que premiar en la TV criolla,  porque si bien algunos de los galardonados son los mejores en lo que hacen, también es cierto que son o los únicos o los más visibles.

Las mismas caras, los mismos gestos, los alumnos que presentan los premios, las mismas cámaras de chismes que buscan lo que sea, menos hablar de los premios. No hay avance, lo cual significa que se ha retrocedido. Que quizás sea hora de parar y de paso dejar que una entidad oficial o un medio de comunicación OBJETIVO (difícil) haga esa labor. Complicadísima labor en un medio tan pequeño como el de la TV ecuatoriana. No gustan los ITV. Están demodé. Estoy siendo lo más generoso posible. He leído otras críticas, y la mía es la más benevolente. Señores de la Academia, perdón del Instituto, mutis por el foro. El asunto no da más. En el siguiente capítulo, algún premiado defiende a los ITV.

VARIOS

Doménica Mena es de las periodistas de verdad que se extraña en la TV.  De las que llegó por méritos profesionales. Su alegría es completa pues está embarazada de nuevo. Segundo bebé para la estable pareja Tamayo-Mena.

Sharon tiene en mente algo revolucionario para 2014. Un tema prometedor a través de la pantalla del Uno. Quizás deba dejar en el baúl de los recuerdos el programa concurso diario que, con más responsabilidad que ganas, anima en las tardes. De seguro le irá muy bien.
Teleamazonas habría encontrado por fin la senda del éxito rotundo. Y el 2014 se avecina con una serie de novedades infartantes. Buenas noticias.

La telenovela ‘La Dama y el Obrero’ es tan mala que Telemundo Internacional (en Los Ángeles) hizo solo 80 capítulos de una trama bobalicona.

Sería bueno, justo, legal, maravilloso, etc., que las prominentes figuras televisivas que están de candidatos/as para las elecciones del 2014 por favor no aparezcan ese tiempo en pantalla. Es injusto. Roberto Rodríguez no pertenece ya a Gamatv. Eso lo sabíamos. Tampoco Vivi Arosemena. El canal sigue apuntando solo para Quito.

Por favor, a las dulces (y lindas, eso indudable) conductoras del segmento de TC ‘De Boca en Boca’, están dando notas del espectáculo, no de la guerra en Moldavia. Diviértanse más, relájense, vivan la noticia, menos libreto y más alma a la nota. Disfrútenla y de paso contagien (nos) de las buenas nuevas de los artistas del mundo. Para lo serio ya está Rocío Cedeño que además, lo hace maravilloso.