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El Telégrafo

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La columna de Ángelo

Kaviedes, se extraña un gol

Desde hace años que no sé nada de la vida de Jaime Iván Kaviedes. El más publicitado, mediático, controvertido y mentado futbolista ecuatoriano de los últimos 15 años.

En estos días se ha recordado al ‘Nine’  por los 13 años del gol que marcó para que la Selección Ecuatoriana de Fútbol clasificara por primera vez a un Mundial.

Ese gol ante Uruguay en el Atahualpa causó lágrimas el 7 de noviembre de 2001 y dejaba atrás décadas de frustraciones de una historia maldita que parecía no tener fin.

Año 1999. Mi editor en jefe, Fernando Artieda (+), tenía la peculiaridad de ordenar como si conversara. Como un diálogo más me dijo: “Entrevista a Kaviedes”.

Yo no quería entrevistar jamás a ningún emelecista. Tampoco me simpatizaba la idea de buscar al goleador mundial porque él ya tenía fama de malcriado.  Pero decirle “no quiero o no puedo” a Artieda no era algo que viniera a mi mente así de fácil. No solo era mi jefe, yo admiraba al poeta-escritor, y eso no me permitía confrontarlo. Respondí: “¡Ajá !”.  

Hace 15 años no todos usaban celular. Y quienes lo tenían cambiaban de número sin mayor trámite. Ubicarlo a Kaviedes en un mundo sin Twitter ni Facebook se me convirtió en un dolor de cabeza. Sin el recurso del Google, me tocó llamar a Vito Muñoz, a Petronio Salazar y a Carlos Alberto Vicente para que me ilustraran, guiaran e informaran sobre quién era ese jovencito oriundo de Santo Domingo de los Tsáchilas, huérfano de padres, que se había convertido en la sensación mediática del año y que firmaba con el Perugia, siendo el primer futbolista de los nuestros en jugar para el calcio Italiano. Me llené de información y llamé por celular a Kaviedes. Contestó alguien que se identificó como ‘primo’.

Kaviedes viajaba al siguiente día a Italia para integrarse al Perugia y lo único que yo tenía de él era un “yo le digo a Iván, chao pana“, de un primo suyo.

Recibí la llamada de Kaviedes, quien muy escueto me dijo que me daba la entrevista antes de entrar al cine del Mall del Sol, a las 20:00. Lo esperé desde las 19:30 en ese lugar. Apareció con un séquito de amigos. Me dijo que lo esperara porque su película ya había empezado y que me daba la entrevista apenas terminara el filme.  

Esperé durante dos horas y media.  

Artieda, ¿por qué a mí me pides que haga esta nota?, me repetía mentalmente.

Jaime Iván Kaviedes, el chico que en horas firmaba públicamente para el Perugia italiano, salió del cine de la mano de una modelo, y me dio una extensa, exclusiva, reveladora y larga entrevista que se publicó el día en que él se ponía la camiseta del Perugia. Logré la nota y Artieda no me ‘mató’.

Semanas después el goleador me llamó desde Italia para agradecerme por la nota. Uno de sus primos le había mandado una copia del semanario para el cual yo escribía en esos años.

Han pasado casi 15 años de aquella primera entrevista a Kaviedes. No lo veo desde 2009, cuando él estaba en el ‘ojo del huracán’ por una relación sentimental con una famosa brasilera que casualmente compartía un programa de TV conmigo. Sin duda el tiempo pasa. Hoy era preciso recordar al hombre gol.

Ser juez de la vida de otros no es algo que a mí me quede bien.

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