Todos los canales de la TV criolla están ya realizando sus avant premiere para la llegada del papa Francisco al Ecuador.

Algunos reporteros de los más mayorcitos recuerdan con afán que lucían sin abdomen y con cabello allá en el 1985, cuando Juan Pablo Segundo vino al país, y que causó cuadros maravillosos de católicos que en Quito, Guayaquil, y Latacunga abarrotaron las misas y los fieles se contaron por millones.

Ahora en pleno mundo digital las circunstancias han cambiado. Sin embargo quedan en el archivo las imágenes del Papa en su homilía en el Guasmo, aquella inolvidable escena lanzando una blanca paloma al aire. Y también aquella multitudinaria visita al parque de El Ejido en Quito.

Mi abuela era evangélica, adventista para más datos, pero era una mujer bien informada, y leía los diarios de la época en su totalidad.

En la época en la que nos visitó Juan Pablo, el Papa viajero, como se lo conocía, yo muy niño, la disputa familiar por las secciones del diario, guerra intelectualoide que culminaba con mi abuela sumergida en la sección política, mi hermano en la de comiquitas....y yo en la de espectáculos, era frecuente.

Las calles de nuestras ciudades, llenas de buses viejos y ceviche en balde, se engalanaron de banderas blancas y amarillas con letreros en latín que le gritaban al pontífice SOMOS TODOS TUYOS.

Y aquel armatoste con ruedas denominado Papamóvil, ideado y armado por manos ecuatorianas: cuánto de laboriosas, cuánto de religiosas, cuánto de creativas... Tan bien nos fue con el papamóvil made in Ecuador que los países vecinos nos lo pidieron prestado.

El Papa fue la imagen de todos los pocos canales de aquella época, en donde el dial maniobrado con alicate solo llegaba hasta el número 10.

Hoy los de la TV tienen un reto mayor, tienen competencia, y demoledora ...antes de que ellos digan spot noticioso o flash, ya en las redes sociales se difunden fotos o notas de última hora de tal o cual acontecimiento, con la desventaja además de que no podemos llevar el televisor colgado en el cuello, en cambio el celular sí, incluso hasta al baño.

Y es donde con el más mínimo movimiento del pulgar nos trasladamos hasta la misma China, y nos enteramos del terremoto en Japón a poco de sucedido...y hasta en tiempo real.

Los diferentes canales ya tienen entre corte y corte la imagen del Sumo Pontífice, las cámaras están listas para el arribo de Su Santidad, quien no da ruedas de prensa; importa su imagen frente a multitudes, importa su carisma demoledor, importa una mirada al gran angular.

En los templetes que servirán de escenario tanto en el Parque Bicentenario de Quito, como en Los Samanes de Guayaquil, sendas pantallas estarán colocadas en diferentes etapas de los grandes complejos, de la iglesia macro.

Llega Francisco, el Papa carismático, y lo bueno y novedoso es que los constantes spots, que se realizarán en la TV a propósito de su llegada a Ecuador, se verán interrumpidos en su habitual y lánguida transmisión los realities de medio pelo que muestran cero talento y mucho cuerpo. En horario familiar, claro está. (O)