Vecinos y la Policía se organizan para vigilar las casas deshabitadas
Moradores de diversos sectores de Guayaquil y Quito han adoptado variadas medidas de seguridad para que sus domicilios no sean blanco de la delincuencia, especialmente en las festividades de fin de año.
En varios sectores, las estrategias son definidas de forma independiente por los moradores. Mientras que en otros barrios los planes son establecidos en coordinación con la Policía Nacional.
El coronel Juan Carlos Rueda, jefe del Distrito Metropolitano de Quito (DMQ), manifestó que los planes -en los que hay un acercamiento entre el policía y el ciudadano- han sido de vital importancia para atender y prevenir los hechos delictivos.
Dijo que, por ejemplo, mantener la comunicación entre ambas partes ha permitido a los ciudadanos la posibilidad de encargar la vigilancia de sus inmuebles al personal uniformado que realiza sus rondas cerca de las residencias.
Según el informe policial de noviembre pasado sobre robos en domicilios, las viviendas que quedaron al cuidado de los gendarmes no reportaron ningún tipo de anomalía.
Algo similar ocurre en el sector de La Chala, uno de los más conflictivos al suroeste de Guayaquil, con el despliegue de controles en comunión con la comunidad.
Jimmy Calderón, quien está al frente de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC), ubicada en la 16 y 4 de Noviembre, indicó que promueven la implementación del plan “Cuadra Segura”, que consiste en socializar y organizarse con los moradores para tomar acciones inmediatas ante hechos y situaciones delictivas o de emergencia.
Francisco Ullauri, dirigente del Comité de Moradores de La Chala, explicó que realizan periódicamente reuniones con los oficiales de Policía para interactuar y determinar la realidad de los barrios.
“Se trata de lograr el involucramiento de las personas de cada cuadra para conocer lo que les ocurre”, manifestó. Byron Guerra, oficial de Policía, indicó que han entregado volantes y tarjetas con los números de teléfonos celulares de los oficiales y clases a cargo de la seguridad del sector, con el objetivo de que cuando ocurra un delito la información de la noticia sea más directa y efectiva.
En relación a la organización barrial independiente, la principal medida adoptada es la contratación de guardianía informal.
En sectores como Samanes III, al norte de la ciudad, la presencia de esos vigilantes es común en la mayoría de cuadras.
“Aquí cada cual se tiene que autoproteger. Por nuestra parte decidimos bloquear el acceso a los vehículos extraños con un portón y pagar a un celador para que esté atento de lo que ocurre”, relató la moradora Glenda Hidalgo.
Otra de las estrategias definidas en los barrios tiene relación con la instalación de las alarmas comunitarias, que también son adquiridas por gestión de la Alcaldía y administradas por los más de 1.000 comités creados en el DMQ.