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El Telégrafo
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Una travesura de niños, posible causa de incendio

Los vecinos y hasta un policía ayudaban, con mangueras, a apagar las llamas hasta que llegaran las unidades del Cuerpo de Bomberos.
Los vecinos y hasta un policía ayudaban, con mangueras, a apagar las llamas hasta que llegaran las unidades del Cuerpo de Bomberos.
Foto: Lylibeth Coloma / El Telégrafo
29 de diciembre de 2017 - 00:00 - Redacción Justicia

Flor caminó entre las personas aglomeradas. Veía el humo a lo lejos y sabía que era su casa la que se incendiaba, pues la llamaron a su celular para avisarle. Cuando vio la escena completa se lanzó a los brazos de Adrián, su hijo mayor, y llorando se preguntaba ¿Por qué?

Eran cerca de  las 09:15 de ayer. De la casa que alquilaba en la cooperativa Nueva Prosperina, en el noroeste de Guayaquil, no había más que escombros. Los bomberos llegaron minutos antes que ella, pues el acceso vehicular en la zona es complicado por las elevaciones con calles de tierra e irregulares. Hasta eso dos moradores se armaron de valor, rompieron la pared de bloques de la casa de al lado, cogieron mangueras e intentaron controlar el fuego.

Leonardo Viteri fue uno de ellos. Él lanzaba agua desde el techo contiguo. “No los conozco. Solo vivo por aquí, pero no es necesario que sean mis amigos para ayudar. Además, las llamas podían alcanzar otras casas, a nadie le gustaría ver a más afectados. Yo vivo a cinco cuadras y hasta allá se escuchó la explosión del cilindro de gas”.

Julián Navarrete ayudó desde la parte frontal. “Pensamos que había niños. Sabíamos que los bomberos demorarían porque es difícil llegar acá”.

Adrián, quien un día antes llegó a vivir con su madre y sus hermanos pequeños, dijo que salieron a las 05:00 a trabajar por la avenida Casuarina, “Fui el último en salir de la casa y dejé, como siempre, todo desconectado. Por eso dudo que haya sido un cortocircuito. Yo creo que esto fue provocado, maldad de alguien”, expresó Adrián Arana. Agregó que lo que más le duele es que su familia no tendrá un techo para pasar el fin de año.

“Todo, todo se perdió”, fue lo único que dijo Flor.

Alexis Bravo, una vecina, contó que dos niños jugaban con fosforitos por el sector y que los vieron salir del solar de la vivienda de Flor. “Pero no hay ninguna persona herida porque los vecinos salieron a ayudar”.

Incendio de vehículos
Un par de horas antes, en la cooperativa Trinidad de Dios, en Monte Sinaí, un hombre resultó con quemaduras de segundo grado cuando trasvasaba brea líquida (para asfaltar) de un tanquero a otro.

Jonathan Batista, del Cuerpo de Bomberos, manifestó que se investigará el origen del incendio y si el lugar contaba con los respectivos permisos para realizar la actividad. (I)

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