Mauricio Pinto Guzmán, de 37 años, fue amenazado de muerte unas cuatro veces, según los familiares que llegaron al lugar donde, la noche del jueves, lo asesinaron. Ahí proporcionaron el alias del sospechoso. La víctima estaba en el Guasmo cuando un motociclista se le acercó y le disparó.

Un morador, quien jugaba voleibol cerca del sitio donde ocurrió el crimen, comentó que escuchó tres disparos y que las personas que estaban cerca corrían o se lanzaban al suelo temerosas de ser heridas.

Germán Cevallos, jefe de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased), indicó que la víctima, supuestamente, se negaba a vender sustancias estupefacientes y esa sería la causa del asesinato. Los agentes de la unidad realizaron allanamientos para capturar al victimario. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición  no había detenidos.

El fiscal Miguel Vélez, quien llegó a realizar el levantamiento del cadáver, lamentó que en el sector nadie quiso decir nada. En la escena se encontraron tres vainas percutidas y una bala.

Menos de 12 horas después, también en el Guasmo, ocurrió otro hecho violento. La víctima fue Juan Carlos Andrade, un taxista informal que, supuestamente, se opuso a un robo. El sospechoso es conocido como Alonso.

Glenda Barrio, la esposa, contó que su conviviente salió de su casa en Fertisa, en el sur de Guayaquil, a las 06:40 para dejar a sus dos hijos y a una sobrina en la escuela y de ahí iba a trabajar. “Pero no regresó más. Tal vez pensaron que tenía dinero y le vieron el celular”.

“A primera hora del día asesinaron a un hombre que se ganaba la vida trabajando. No sé si querían robarle el carro o las pertenencias. Al parecer dejaba un pasajero cuando el criminal se subió al carro y como no se dejó robar le disparó. Los policías dicen que le dispararon por seis ocasiones”, señaló Mario Córdova, un allegado.

Una habitante del sector aseguró que Alonso “es una ‘polilla’ del barrio, todos lo conocen aquí, porque es muy peligroso”. (I)