Tratantes enamoran a sus víctimas para esclavizarlas

Carlos susurró palabras de amor en los oídos de Ana (nombre protegido), adolescente de un cantón de la provincia de Los Ríos. El gusto por su ‘conquistador’ la impulsó a abandonar su casa, su familia, su historia y empezar una nueva vida en Quito.

Los primeros días parecían calcados de un cuento de princesas y castillos, pero al poco tiempo se desvanecieron. Carlos, sin asustarla, le dijo que no tenía más dinero y debían trabajar. Ana, enamorada, no asimiló lo que pasaba cuando fue ‘vendida’ a otros hombres y aunque un pálpito muy leve le decía que algo no estaba bien, ella creía que todo se valía por amor.

Los días fríos de la capital se convirtieron en meses y Ana continuaba esclavizada sin estar encerrada, sin grilletes, sin ataduras en sus manos o mordazas en la boca. Su prisión era mental. Con el tiempo  el amor desapareció, pero ahora la anulaban el miedo, la vergüenza y la culpa.

Aquella voz diminuta creció y un día escapó. Carlos fue detenido, pero no enviado a prisión, pues recibió medidas sustitutivas. Andaba suelto, amenazando con matar a los familiares de la chica. La adolescente ingresó en una casa de acogida. Al salir, más tranquila, retomó sus estudios, pero una tarde Carlos apareció y la secuestró. Esta vez Ana lo engañó para escaparse y con sus parientes denunció el secuestro.

La seducción o el enamoramiento son las principales estrategias que usan los tratantes para captar a las víctimas. Uno de los medios más usados son las redes sociales, explicó Argentina Santacruz, de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Ecuador. Las falsas ofertas de trabajo o de estudios en condiciones demasiado buenas son otras tretas.

País de tránsito, origen y destino

De acuerdo con la OIM, los estudios realizados en 2012 y 2017 evidencian que Ecuador es un país de origen, tránsito y destino para los distintos fines de la trata de personas reconocidos por el Código Orgánico Integral Penal (COIP), como trata con fines de explotación sexual, laboral, mendicidad y reclutamiento forzoso para fines delictivos.

“Hay provincias y cantones con mayor vulnerabilidad. Por ejemplo, para la trata con fines de explotación sexual se puede mencionar Quito, Guayaquil, Manta, Loja, Cuenca, Lago Agrio, Ibarra, Santo Domingo y Quevedo. Para fines de explotación laboral están Otavalo, Riobamba, Colta, Guamote, entre otras”, detalló Santacruz.

La trata de personas no tiene un grupo etario en especial. Sin embargo, generalmente son niñas, niños y adolescentes. Los captores analizan el grado de vulnerabilidad de las víctimas.

A inicios del año en el operativo ‘Horus’, realizado por la Unidad Antitrata de la Policía Nacional, los agentes rescataron a 19 víctimas de entre 3 y 5 años, y de 14 a 17 años. Sus familiares los obligaban a trabajar en el comercio informal, en Quito. También eran forzados a mendigar desde las 10:00 hasta las 22:30. Los chicos no recibían dinero por sus actividades. Hubo ocho detenidos.

De enero a junio de 2017, el Ministerio del Interior reportó que 32 sospechosos fueron capturados y 47 víctimas recuperadas en 15 operativos policiales.

El COIP precisa las modalidades

Thania Moreno, fiscal subrogante del Estado, manifestó que cuando entró en vigencia el COIP, en 2014, la trata de personas fue tipificada en el capítulo de graves violaciones a los derechos humanos. La pena alcanza hasta 19 años de privación de libertad y están especificadas las modalidades: explotación sexual (prostitución forzada, turismo sexual o pornografía infantil), explotación laboral (trabajo forzoso, trabajo infantil, servidumbre por deudas), mendicidad, adopciones ilegales, matrimonio servil (unión de hecho precoz o arreglada, y con fines de procreación), tráfico de órganos, reclutamiento forzoso (para fines delictivos o conflicto armado).

“Una vez que la víctima está en la cadena de explotación forma un vínculo con el tratante que es difícil de romper. Los sentimientos no le permiten ver la realidad, piensan que es normal”.

Atención integral

Por esta razón, o por el temor y la vergüenza del qué dirán, las víctimas no denuncian a sus captores. La fiscal Moreno destacó que trabajando en los ejes de protección y reparación integral de la persona afectada se empoderará y luchará por conseguir justicia.

La OIM reveló que en Ecuador hay dos casas de acogida especializadas en trata de personas: una en Pichincha y otra en El Oro.

Daniel Rueda, presidente de la Fundación Alas de Colibrí, manifestó que en su centro hay capacidad para 15 mujeres adolescentes.

Desde 2012, en el sitio se restauraron más de 160 víctimas. “Este es un delito lacerante, pluriofensivo. Las víctimas necesitan atención integral: psicológica, social, legal, educativa para restituirles derechos vulnerados, reinsertarlas a la sociedad y ayudarlas a tener un proyecto de vida. Durante este tiempo tienen períodos de reflexión para que puedan aportar a la justicia. Aún hay limitaciones importantes para la atención de víctimas”. En caso de que la afectada no reciba la ayuda adecuada puede volver al círculo de violencia.

Rueda indicó que es importante la sensibilización de la sociedad y de los actores de justicia, pues hay personas que normalizan las relaciones de poder, la explotación, el sometimiento.

Moreno coincidió con esta opinión, pues “cuando hablamos de explotación queremos ver a alguien golpeado y desnutrido, pero no será así, los tratantes la tendrán arreglada, hermosa para los clientes. Las personas pensarán ¿cómo me va decir que es víctima si está muy guapa? Son imaginarios por los que tenemos que luchar”.

Como experiencia, la fiscal de este delito que trata de estos actos ilícitos desde 2006 contó que la primera vez que estuvo en un proceso por explotación laboral los jueces manifestaron ¿cómo se iba a sancionar a alguien por dar trabajo?

Resaltó que para la investigación cuentan con herramientas jurídicas, como el colaborador eficaz; es decir un procesado que aporte con información real de la organización y obtiene el beneficio de rebaja de la pena. También los agentes encubiertos.

Cifras mundiales

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que cerca de 21 millones de personas en el mundo son víctimas del trabajo forzoso. En esta cifra se incluye a víctimas de trata para la explotación laboral y sexual. Aproximadamente el 30% de las víctimas de trata es de niños y el 70% es de mujeres y niñas. Estos son los datos publicados en el Informe Mundial sobre la Trata de Personas, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. (I)