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El Telégrafo
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Según Interpol, Vaca sigue detenido en EE.UU.

Según Interpol, Vaca sigue detenido en  EE.UU.
14 de febrero de 2014 - 00:00

La Interpol de Quito recibió un comunicado con fecha 10 de febrero de su similar de Washington, el cual señala que el excomandante de la Policía, Édgar Vaca Vinueza, sigue a órdenes de las autoridades migratorias de Estados Unidos, donde se inició un proceso para su deportación.

La Fiscalía General de Ecuador inició causas penales en contra del excomandante Vaca, por estar acusado de perpetrar delitos de lesa humanidad.

El coronel Carlos Chiriboga, jefe de la Interpol de Quito, explicó que su similar estadounidense informó que Vaca fue apresado el pasado 24 de enero porque estaba de manera irregular en territorio norteamericano.

Por tal motivo, dijo, fue conducido hasta una dependencia del servicio migratorio en la zona de Newark, en el estado de New Jersey, en donde permanecerá preso hasta que se realice una audiencia judicial como paso previo a su deportación. Sin embargo, se conoció que Vaca habría contratado abogados especialistas en temas migratorios para conseguir su salida del centro de detención.

Interpol de Francia

El fiscal general del Estado, Galo Chiriboga, aprovechó su  estadía en París (Francia) para preguntar a través de la embajada de Ecuador en ese país a la Policía de Francia la situación jurídica del general Vaca.

En el documento se pide  información del expolicía que reside en Estados Unidos, en calidad de fugitivo de la justicia ecuatoriana, puesto que está acusado de ‘cometer crímenes contra la humanidad durante el período 1984-1988’. Cabe recordar que la sede de la Interpol se encuentra en Lyon-Francia.

El 1 de octubre de 2013, Galo Chiriboga Zambrano formuló cargos contra 10 ciudadanos (expolicías y militares) por el delito de lesa humanidad, instrumentado en los tipos penales de tortura, violencia sexual y desaparición forzada, cometido contra Luis Vaca Jácome, Susana Cajas Lara y Javier Jarrín Sánchez.

Precisamente, la hermana de Jarrín, Beatriz, relata las torturas a las que fue sometida para incriminar a su hermano detenido y aceptar que asaltó un banco.

Testimonio de tortura

“Era un día viernes 14 de junio de 1984, estaba en mi lugar de trabajo, me desempeñaba como profesora de un jardín de infantes en el barrio La Ecuatoriana, en el sur de Quito, ingresaron 3 hombres, se identificaron como agentes de policía y me pidieron que les acompañe a las oficinas del SIC, porque tenía que responder unas preguntas, que era cuestión de una o dos horas máximo”, recuerda la mujer que estaba embarazada.

En el SIC la recibió Vaca, se enteró de su nombre porque así lo saludaban los agentes. El oficial tenía una fotografía de su matrimonio y dedujo que habían allanado su casa de la Villaflora. Nunca recuperó los bienes que se llevaron los policías.

“El capitán Vaca me gritó, me llevó a empujones a un cuarto de un metro por un metro, oscuro, me amenazó, después de unos minutos entró el capitán Vinueza, de pelo crespo y rostro duro, me golpeó, me insultó y me pusieron descargas eléctricas”, reveló.

Beatriz Jarrín, hermana de Arturo, militante de AVC, mencionó que Vaca intentaba que ella declare que asaltó un banco con el hábito de monja. Cuando la trasladaron a otra habitación había una división de madera, en una de ellas estaba Consuelo Benavides sometida a tortura, “escuchaba los gritos de dolor y lo mismo hacían conmigo”, indicó.

“Me amarraron con una soga los dedos pulgares y me subieron a una mesa, me colgaron y volvieron las descargas eléctricas, insultos y golpes”, agregó la mujer que entre las fotografías que le enseñaron solo logró identificar a sus hermanos Arturo y Miguel.

Beatriz Jarrín y Patricio Baquerizo identificaron a Édgar Vaca como su torturador personal.Cuando la sacaron al patio del lugar, vio a Arturo con evidencias de tortura. Ahí le exigían que revele el paradero de su otro hermano. También recuerda que vio a Patricio Baquerizo, quien no podía caminar por los golpes que le habían propinado. En la noche era testigo del tormento al que era sometido Arturo Jarrín. Su esposo Washington Borja también fue víctima de exagentes.

“Fui constantemente torturada”, Vaca y Vinueza se turnaban para hacerlo, sostuvo Beatriz, quien perdió en su encierro el bebé que esperaba.

“Los agentes me decían, les vamos a matar, nadie sabe que ustedes están aquí, les matamos y les dejamos botando por ahí, hacemos un bien a la sociedad, esta es la orden de mi capitán Vaca”, aún recuerda la mujer que sobrevivió a tanta violencia.

Después de 4 días de tortura, Beatriz y Consuelo Benavides fueron trasladadas a la cárcel de mujeres. Luego de 3 semanas salió en libertad, pero nuevamente los agentes le sacaron una boleta de detención, huyó y el 15 de abril de 1988 dictaron sobreseimiento definitivo a su favor, y entonces pudo volver.

Baquerizo, torturado 2 veces

“Fui torturado 2 veces por el entonces capitán de Policía Édgar Vaca Vinueza”, así empieza su relato Patricio Baquerizo, apresado la primera vez el 14 de junio de 1984 en el domicilio de Consuelo Benavides, junto a 3 adultos y 2 menores. A todos nos llevaron a los calabozos del SIC.

Los agentes intentaban que declare su participación en el asalto al Banco del Pacífico de la Villaflora, para lo cual le pusieron una funda en la cabeza para provocarle asfixia. “Se me somete al ‘submarino’, que era sumergir la cabeza en una especie de pila de agua, mientras entre metida y sacada se sucedían las mismas preguntas, amenazas e insultos”, recuerda Baquerizo.

Fueron 7 días de torturas, durante los cuales Vaca hacía notoria su presencia y de la impunidad que se creía prevalido. Dirigía personalmente las torturas, no le importaba que se lo viera e identificara. Su naturaleza y actitud era la del torturador, sostiene el hombre que fue liberado 8 días después.

Sin embargo, el 30 de agosto de 1985 fue nuevamente arrestado y torturado. Fue trasladado a las dependencias del SIC del Guayas, donde Vaca le dio la bienvenida y lo obligó a declarar el paradero del secuestrado Nahim Isaías, a través de varios sistemas de tortura, como la aplicación de corriente en los testículos. Luego, pasó a la Penitenciaría y al final salió del infierno.

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