Evelyn M. y Freddy H., sospechosos del asesinato de la taxista Ruth Rivera y del albañil Kléver Játiva, son investigados ahora por el crimen del defensor de los derechos de la naturaleza y de los animales Samuel Chambers, por el vínculo cercano que aparentemente tenían con él. 

Samuel Chambers fue visto por última vez la noche del 26 de octubre de 2017, dos días después su familia presentó la denuncia de su desaparición. El 7 de noviembre del mismo año fue hallado su cuerpo sin cabeza y sin manos en una quebrada de Guápulo, en el nororiente de Quito.

Las características de su muerte fueron casi similares a las del albañil Kléver Játiva, quien desapareció el 5 de noviembre de 2017 y cinco días después se encontró parte de su cuerpo, faltaba la cabeza y las piernas. El hallazgo se produjo en el botadero de basura El Troje, en el suroriente de Quito.

Según familiares de la víctima, Evelyn M., su hijastra, lo llamó para pagarle $ 600 que le debía y desde ese día no apareció hasta que lo hallaron muerto.

La taxista Ruth Rivera, de 39 años, desapareció el 8 de septiembre del año pasado después de coger una carrera hacia el sur de Quito. El 11 del  mismo mes la encontraron muerta en un bosque del barrio 18 de Octubre, en el sector El Camal, en el sur.

El padre de la víctima reveló que la madrugada del día de la desaparición recibieron la llamada de una mujer que le anunció la agresión que iba a recibir su hija. La fallecida tenía el rostro desfigurado. En este caso Evelyn y Freddy están procesados por presunto asesinato.

Caso Chambers

La osamenta encontrada incompleta en el sector de Guápulo fue identificada por un tatuaje en la espalda, que decía “Alicia en el país de las maravillas”, lo que fue reconocido por sus familiares.

Samuel Chambers, quien en el mes de su desaparición hubiera cumplido 25 años, tenía su propio estilo de vida, con frecuencia vestía una túnica y salía con su perro a caminar.

Dos días antes de su desaparición perdió a su mascota, la mataron. Además en su casa le dio posada a Freddy H., pero después le pidió que se marchara por sus malas compañías.

Según la fiscal Blanca Avilés, el cuerpo presentaba un avanzado estado de putrefacción y antropofagia, por lo que no permitió identificar las causas de su muerte. Sobre las partes faltantes los forenses indicaron que fueron desprendidas por animales de la zona.

Hasta la fecha, la Fiscalía tomó 40 versiones de personas cercanas a Samuel, efectuó tres allanamientos, practicó cinco barridos en la zona y emitió 21 impulsos fiscales. El expediente cuenta con 12 cuerpos.

Javier Andrade, abogado de la familia Chambers, indicó que manejan varias hipótesis, una de ellas, es que Samuel fue amenazado por grupos ideológicos contrarios a su pensamiento, pero también hay la posibilidad de vincular el caso con un grupo de personas que ya tenía antecedentes criminales.

“Estamos seguros de que fue un crimen y no una muerte accidental. Lastimosamente se dificulta conocer las causas de la muerte y esto define si hubo delito o no”.

Andrade considera que el cuerpo fue arrojado en la quebrada de Guápulo, pero que la muerte de Samuel ocurrió en otro lugar.

Elsa Mendieta, abuela de Samuel, reveló que Freddy H. vivía en la casa de su nieto porque parecía tranquilo, pero en una ocasión le dijo que su huésped tenía malas amistades y estaba inconforme con su presencia. “Freddy amenazó a mi nieto semanas antes de su muerte”.

Tras la partida de Freddy robaron en la casa de Samuel. “Mi nieto me reveló que las personas que asaltaron su casa eran de Guápulo. No me dio sus nombres y se negó a poner una denuncia”. También sostuvo que su nieto conocía a Evelyn, quien vivía a una cuadra de su casa.

Mendieta pidió que la muerte de Samuel no quede en la impunidad. “Quiero que la Fiscalía investigue a fondo este caso, porque hay dos personas involucradas en otros asesinatos, espero solo la verdad y justicia”. (I)