Hijos de internos culminaron segundo vacacional
Rehabilitación social trabaja dentro y fuera de las celdas
A través de un proyecto social de arte y cultura los hijos de personas privadas de libertad (ppl) aprendieron que hay muchas formas de enfrentar situaciones adversas, sin emplear la violencia y fomentar las buenas costumbres.
Durante 15 días los 50 pequeños tomaron clases de actuación, baile, canto y hasta presentaron una obra, bajo la asesoría de la artista Nelly Pazmiño Yépez, quien explicó que a través de historias contadas fomentaron el compañerismo entre los participantes.
“Fuera de que tengan inconvenientes o situaciones de vida no planificadas son niños con almas nobles”, indicó Pazmiño y de paso detalló que en la parte teatral ensayaron ‘La ratita presumida’, en canto ‘Barquito de papel y La melodía’ y en danza el ritmo ‘Soca’.
La mañana del jueves en el Teatro del Ángel, situado en el norte de Guayaquil, se clausuró uno de los cursos vacacionales dirigidos a los familiares de las ppl. Durante el evento los menores demostraron lo aprendido y recibieron un diploma por su participación.
Esta fue la actividad relacionada con el Centro de Rehabilitación Social Guayas N° 8. El anterior campamento vacacional fue dirigido a 150 menores, por 15 días, tiempo en el que fueron capacitados por personal del Ministerio de Justicia, Cruz Roja Ecuatoriana y Policía Nacional, en actividades lúdicas.
La ministra de Justicia, Ledy Zúñiga, explicó que el nuevo modelo de rehabilitación social no solo busca transformar el sistema dentro de las cárceles, pues también se preocupa por quienes están afuera y necesitan el apoyo de las autoridades.
“Ellos (los niños) forman parte de este proceso de protección de derechos (...) sin tener la culpa están pagando por el error que su padre o madre cometieron, por esa razón es importante que se incluya a los muchachos en el proceso, para que sepan que hay muchas cosas por hacer en la vida y que uno define su futuro desde pequeño”, expresó la Secretaria de Estado.
Para cumplir con estas jornadas se hizo un estudio de los hogares y de las ppl, además se efectuó una clasificación por grupo de edades y familiares.
‘Elian’, de 10 años, fue uno de los participantes. Él estaba emocionado al estar junto a personajes que solo había visto por la televisión, y sin notarlo aprendió cómo ser una mejor persona y conoció la importancia de fomentar los buenos valores.