En un hueco de unos dos metros de profundidad, oculto debajo de un colchón, privados de la libertad escondían un arsenal.

El armamento fue descubierto durante una requisa realizada luego de una riña entre pandillas, ocurrida en el pabellón de mediana seguridad del Centro de Privación de Libertad Regional Zona 8, en Guayaquil.

La celda donde estaba la caleta es la número 106. Las cinco personas que la ocupaban fueron procesadas por el delito de ingreso de artículos prohibidos, tipificado en el art. 275 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) y sancionado con prisión de uno a tres años.

Así lo informó el fiscal Víctor González, quien agregó que entre lo decomisado se encuentran un fusil M16, una subametralladora, una pistola, un revólver y municiones para todas esas armas. Además de celulares.

“Este armamento de alto calibre es regularmente de uso policial o militar”, dijo.

El fiscal agregó que los sospechosos cumplen sentencias por delitos de tenencia de armas, tráfico de drogas, robos.

También estuvieron implicados en violación, asesinatos y otros ilícitos.

“Indagamos dos premisas: ¿cómo ingresó el armamento y para qué iba a ser utilizado? Queremos establecer si era para una eventual fuga o amotinamiento”.

Añadió que se indagará si tiene relación con el ingreso de una ambulancia falsa al recinto penitenciario, en enero pasado.

Un agente de la Unidad de Contingencia Penitenciaria manifestó que la caleta evidentemente era antigua, por sus características, y fue cavada con armas artesanales fabricadas por los internos.

Galo Erazo, jefe de la Policía Judicial de Guayaquil, Durán y Samborondón, afirmó que durante la requisa también se decomisaron 80 armas blancas (machetes, cuchillos y puntas) y botellas con licor. (I)