En Ventanas, provincia de Los Ríos, fue detenido Fernando Santana Lara, de 31 años, a quien los agentes de la Policía Judicial del Guayas (PJ-G) lo señalan como el principal sospechoso del asalto y robo, mediante el sistema de secuestro exprés, a los abogados Jorge Sosa Meza y María Gallardo Ramia.

La captura de Santana ocurrió el miércoles anterior, luego de que los agentes, a través de labores básicas de inteligencia, locarizaran el vehículo Kia Sportage negro, de placas GSC-8942, propiedad de Sosa, en un garaje  situado en las calles 10 de Agosto entre Pacífico Gordillo y Ricardo Astudillo, del cantón.

Como resultado de la incursión policial se reportó, además del decomiso del vehículo, la captura de Santana que en su poder tenía las llaves del carro y el teléfono celular de uno de los perjudicados.

El sospechoso fue trasladado a las dependencias de la PJ-G, en la que las víctimas del robo lo identificaron como quien utilizó un arma de fuego para intimidarlas y conducirlas a un inmueble situado en el Bloque 1 de El Fortín, en el que los mantuvieron cautivos por casi cuatro horas.

Eso aconteció el pasado 3 de junio, alrededor de las 23:00, cuando el abogado en libre ejercicio Jorge Sosa y María Gallardo, fiscal de Tránsito del Guayas, se trasladaban en el vehículo antes mencionado por Urdesa Central.

Santana, quien no registra antecedentes penales, confesó ante el fiscal que investiga el caso su participación en el delito y condujo voluntariamente a los agentes hasta su domicilio, situado en la Mz. 208 de Sauces V, norte de Guayaquil, donde tras un allanamiento, decomisaron una pistola Mauser Werke, con la que habría amenazado de muerte a sus víctimas.

Hasta el momento están implicados en el caso Santana y otro sujeto identificado como Héctor Vera Moreira, quien se  encargaba de cuidar a las víctimas en esa vivienda. Ambos tienen orden de prisión preventiva por robo agravado en la modalidad de secuestro exprés.

El jefe de la PJ-G, Marcelo Tobar, indicó que el constante patrullaje preventivo que los agentes realizan en diferentes partes de la urbe ha conllevado a los delincuentes a trasladar a  las víctimas a lugares apartados, y mantenerlas cautivas más tiempo, mientras hacen de las suyas, y no retenerlas en los vehículos, en lo que se conoce comúnmente como el “paseo millonario”.

El oficial señaló que ese tipo de casos, como el que ocurrió con los profesionales del Derecho no es una nueva modalidad delictiva, puesto que sí se han reportado anteriormente, sino que son artimañas que utiliza el hampa con la intención de perfeccionar el delito.

Los sospechosos podrían ser sancionados con el articulado del Código de Procedimiento Penal referente al robo agravado, con la única agravante, señaló, del gran trauma psicológico que sufren quienes son blanco de ese delito.

Indicó que la Unidad Antidelincuencial hace énfasis en sectores que considera  de riesgo para el cometimiento del delito y para la captura de los secuestradores, quienes no solo atemorizan a las personas que toman un taxi amarillo, o los denominados “taxi-amigo”, sino también a quienes conducen, como ocurrió con este último caso.

Por esa razón, concluyó, en la ciudad, los elementos de Servicio Urbano realizan frecuentes controles a los automóviles particulares y taxis, ya que los miembros policiales han detectado en algunos casos la complicidad de los conductores de esos vehículos de alquiler en este tipo de delitos.